viernes, 26 de enero de 2024

La lección de Saúl

 


Con el cuento pulquero "La lección de Saúl", Camila Estrada González, originaria de Tepotzotlán,  se hizo acreedora a una mención honorífica de nuestro UNDÉCIMO CONCURSO ESTATAL PENSADOR MEXICANO DE LITERATURA ESCRITA POR NIÑOS Y JÓVENES 2023, y del favor del dios del pulque Ome Tochtli.



La lección de Saúl


Había una vez un niño llamado Saúl, que no respetaba la naturaleza; pisaba las plantas, las arrancaba, dejaba pelones los retoños de los arbolitos y si le picaba una planta con sus espinitas, la rompía por puro enojo. Saúl vivía en el campo, en una casa muy bonita, a sus padres, no les gustaba que el niño no respetara la naturaleza, ya le habían dicho muchas veces que no hiciera eso, pero Saúl no les hacía caso porqueestaba en el celular o viendo la tele sin permiso.

Un día, sus papás, hartos de que no respetara la naturaleza su hijo, decidieron llevarlo con su abuelo, que vivía en el desierto; le prepararon ropa, su bote de agua y se fueron. Saúl pensaba que era muy injusto que lo llevaran hasta allá, se puso de muy mal humor porque no iba a poder usar el internet ni jugar videojuegos, sus papás le dijeron que era lo que se había ganado por no respetar la naturaleza.

Cuando Saúl llegó a casa de su abuelo salió a ver algo que golpear, observó pura arena, después siguió caminando y se encontró con unos niños que estaban jugando a la pelota, entonces le dijeron:

     -¿Quieres jugar con nosotros niño?-.

Saúl muy malhumorado les dijo:

     -¡NO! ¿Qué no ven que estoy enojado? ¡Y además no me llamo “niño”! Me llamo Saúl

Saúl se fue marchando enojadísimo y cuando caminó más, levantó la vista y se encontró con algo gigante, en los bordes de esa cosa había muchas espinas y eran muy gruesas. Saúl se espantó mucho y empezó a llamar a gritos a su abuelo. Él llegó corriendo muy confundido; Saúl le dijo:

     -¡Ay abuelo! ¿Qué es esa cosa, que me dio un gran susto?

     -¡Oh hijo, hubieras conocido esta planta desde muchísimo antes!

    -¡¿Es una planta?! ¡Está gigante!

     -¡Sí!, ¿verdad? Se llama maguey y tiene una flor muy bonita llamada quiote, mira, aquí hay otra planta que ya tiene su quiote.

     -¡Wow!

     También del maguey se saca una bebida muy rica llamada pulque y sabe muy rica, ¿quieres probarla?

     -Bueno-. Contestó Saúl.

Y su abuelo sacó una herramienta rara que dijo que era para raspar el maguey. Lo sirvió en dos jarritos, uno para Saúl y otro para él. Saúl probó la refrescante bebida y le supo deliciosa. Su abuelo le dijo que el maguey también se  podía utilizar para hacer ropa, comer su centro y hacer un vaso con la penca del maguey que son sus tallos y las espinitas son sus hojas.

Saúl se quedó maravillado con la hermosa planta y le dijo a su abuelo que le mostrara más plantas. Poco a poco Saúl se fue enterando de plantas maravillosas y empezó a cuidar la naturaleza, ya no arrancaba las plantas y a veces platicaba con ellas.

El abuelo de Saúl llamó a sus papás para que se enteraran de que Saúl había cambiado bastante y que hasta se quería llevar unos hijitos del maguey para plantarlos en su casa, sus papás fueron a llevárselo y se sorprendieron tanto de su hijo, se sintieron muy felices y se fueron a su casa con Saúl y luego iban a visitar a su abuelo.

A Saúl le gustaba visitar a su abuelo y agarró el gusto de dibujar, tenía muchos amigos, tanto como en casa de su abuelo, como en su casa. También hizo su propio huerto donde plantó frutas y verduras, flores y magueyes. Desde entonces Saúl vivió muy feliz con sus papás y su abuelo.

 FIN



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