jueves, 15 de noviembre de 2018

ÁRBOLES ENTRE EL ASFALTO


 * "Árboles entre el asfalto" es un poemario de la joven escritora María Gómez Álvarez con el que ganó el Sexto Premio Estatal de Cuento y Poesía para Niños y Jóvenes San Miguel Cañadas, Tepotzotlán, 2018. La presente es una edición completa de dicho poemario, ilustrado profusamente con obra del artista alemán Sascha Schneider.


I Árboles entre el asfalto


Nezahualcóyotl

El ave canta, deja su eco un instante y se va. 
Me alegra el alma; después, vacía.
Me siento bajo este árbol con mi nostalgia a cuestas,
contemplo la niñez feliz en el columpio,
el subibaja que miro enfrente, ahora inservible y oxidado.
¿Por qué tenemos que pasar como nubes?


Mercaderes

Pequeñas, adormiladas por el trajín de la mañana,
el sol quemante y la altura de la ciudad;
encerradas en cajas con pequeños orificios,
próximas a morir en la venta
afuera de primarias y secundarias,
lo mismo que los azules nadadores
en minúsculos recipientes.
Poco el espacio, escasos agua y oxígeno.
Recluidos a costa de unos mercaderes
que no respetan ni a tortugas ni a peces,
mucho menos conocen la palabra dignidad.
  

Aves

Cruzan el campo, el cielo;
el terracota, cobalto y el violeta. 
No las detiene el viento arrebatado,
ni la lluvia que enciende polvo entre los malvones.
Para ellas es rutina ser las aves: emigrar.

Lluvia

La lluvia crece en plantas y animales.
Alimenta a los árboles gigantes  y a las flores más pequeñitas.
Pero a veces no sabemos convertir el líquido en energía,
ni siquiera evitar que se enloden las coladeras en el camino.
¿Dónde se diluyó nuestra cultura?
¿Dónde encharcó el amor por la naturaleza,
divina y generosa en sus orígenes?
Agua celeste, una bendición.
Nosotros, un tormento.



Alba

Alba como árboles que aclaran las frondas
en la ventana de mis ojos.
Alba como esperanza en gotas que caen
sobre mi cuerpo, bajo la regadera.
Limpian  mis  pies, mi  rostro.
Enjuagan mi cabello  con su perfume.
Crecen en mi confianza desde este amanecer.




Naturaleza

abejas, flores, polen, miel;
catarinas, mariposas, aves
alegran mi vista y  mis oídos.
Me dan una esperanza
geranios multicolores
Es  éste un nuevo día.


Árbol

Déjame llorar y lamentar la osadía
que existe entre nosotros,
sentada aquí, en el pasto,
mientras contemplo el vigor de la gente
al acabar contigo y yo no hacer
algo por él.


Meditación

Aún contemplaba la primavera
sin saber que la lluvia
estaba por llegar. 



Higo

Déjame tu perfume en los dedos
porque no sé cuándo voy a degustar tus secretos de nuevo
en lo más dulce de mi profundo paladar.



  
Pan

Comieron pedacitos de tortilla,
pan en migas que yo les preparé,
algo de sopa que mi abuela guisó hoy.
Bebieron agua en su bandeja
porque las palomas son seres de luz.



En días de invierno desayuno melancolía
con té de yerbabuena, mientras observo inmóvil
el café negro tuyo que nunca  beberás.



Cielo

Algodones de luz,
las nubes,
cuando las muestra el sol.



Manzana

Piel de manzana
que en ciruela pasa se convierte
al mirarse en el espejo
y recordar su juventud.


Estudio

Como jugar al tenis y desgastarnos toque a toque
con el riesgo del oponente y sus sorpresas,
así el examen que resuelvo ahora
frente a una hoja con múltiples opciones
y poco tiempo para pensar mis tiros.
Pero hallo respuestas con que acierto
la mejor de mis jugadas. 
Después del duro encuentro con el lápiz,
papel y el escritorio, seco mi rostro, bebo agua
y agradezco a la vida  por prepararme hoy.


Rosas

Rosa mágica en los cuentos infantiles.
Rosa de los vientos, cambiante como inmóvil, 
así la quiso Borges.
Rosa sin cortar, renovada, perpetua,
como Pacheco la pidió: nadie corte a la rosa
para que siempre existan otras rosas.



II El presente de este mar


Errante

Goza el presente en tus sandalias
porque el futuro será polvo,
arena errante entre las huellas 
del agitado mar.




Mar

Comienza un viaje de labio a labio
como remos que escuchan el chapaleo interminable.
Nadie nos ve. Nadie nos oye.
Sólo nosotros en el presente de este mar.


Olas

Hora de hablar de las olas del mar
que al comunicarse nos dejan tatuados su sabor a sal 
porque el mar se puede abrazar.


Gitano

Sus ojos revelan un destino
al mirarlos tan hondos recorrer mi silueta
y sentir en mi espalda el marfil de sus dedos
danzar intensos juegos.
Pero él no sabe que soy sirena,
ni que mi mar es poderoso para tragar sus huellas.



Satisfacción

Caminar por la playa a la orilla del mar.
El sol sobre mi espalda, la espuma entre mis pies.
El color de las nubes sonríe en mis pupilas.
Sólo esto necesito. Sólo esto. Nada más. 



  
Arena

Perdernos en la arena.
Desvanecernos en el mar,
nunca solos, como Alfonsina Storni,
como Virginia Woolf.
Juntos, tomados de la mano:
dorados, bajo las vetas de este mar.


Espuma

Andar entre  la espuma, 
a la orilla de este  mar,
contigo, en el silencio;
escuchar el oleaje
entre los pies desnudos,
en la arena finita,
como este caminar.


Sinfonía

Espero tu llegada en la playa
donde me prometiste que veremos vetas 
de este cielo reflejadas en el mar.
Nadaremos hasta llegar al fondo
de todos los oleajes:
novios en una misma sinfonía
hasta  el final.




Plenitud

Espero tu llegada en la playa
donde tú prometiste que veremos
las vetas de este cielo reflejadas en el mar.
Nadaremos ida y vuelta hasta encontrar la paz.


Storni

Quisiera estar en tu mar,
nadar hasta lo profundo,
donde llegaste tú,
convertirme en sirena,
como lo hiciste allá.


Luz

Senda la luz de tu cuerpo
en el oleaje de este mar,
acaricia mi espuma; 
soy sirena hasta agitarme
en lo grato de tu sal.


Sirena

Detrás del vidrio, alejada,
no distingo tu cuerpo.
Sólo sé que te vas.
Desapareces con la noche.




Misterio

En el crepúsculo de la tarde se mira a una sirena.
Con el canto nocturno desaparece una vez más.


Ojos

Verdes como la primavera, aquellos ojos;
como castillos en la arena con corales,
piedritas  y estrellas del algún antiguo mar.
Verdes como el verano, tus ojos, aquel atardecer.


Brisa

Fresca, fresca, respira en el aire la brisa, en esta playa;
mientras tomados de la mano sonríes y me dices,
con certeza, que el mar se parece a mí.



III Rompecabezas


Vagabundo

Camina con temor bajo el crepúsculo
donde la noche,  insolente, y la ciudad, incierta.
Sus pasos cansan. Está muy lejos  el alba de  llegar,
mientras él se pregunta en cada huella de sus tenis rotos
lo cerca o lejos que está la eternidad.



  
Banca escolar

Escribo sentada en la banca escolar.
Recuerdo a mi amiga con su melancolía en las venas,
con los ojos frustrados al no encontrar el amor bello.
Llegó a su casa, dejó caer el agua fría en sus cejas, sus pestañas,
la boca tierna en forma de corazón contrito.
Pupilas verdes se van frente al espejo, como el amor perdido.
Así era ella. Así se fue.


Secreto

El secreto en  tus ojos tiene varias puertas.
Descifrarlo, sólo los expertos.


Tiempo

Tu mirada es el misterio,
ceniza de un cigarro frente a la inmensidad.
Por la ventana me miras, enfermo, sentado en el sillón.
Triste, con el reloj detrás.


Karenina

El tren de la nostalgia se anuncia pronto a ella,
quien llora pensamientos en cada voz que escucha,
mientras arriba exacto su último vagón.



  


Rompecabezas

Armar y desarmar nos quiebra la cabeza
cuando tomamos decisiones 
o resolvemos las tareas.
Pero esos laberintos tienen un final.


Parque

¿De qué color fueron sus ojos?
¿Hojas verdes  de álamos acorazonados y otoñales,
como fue el parque donde caminamos tomados de la mano,
mientras miramos a niños jugar en la resbaladilla?

¿Fueron café maple en días soleados
 cuando pupilas se encontraron en abrazos cercanos
con los primeros besos al salir de aquella  escuela?

¿Fueron azules como el cielo añil de los exámenes
al estudiar muy juntos y concentrados para ser mejores?

¿O fueron grises al descender la niebla sabernos distantes 
porque cambiaste de ciudad y no hay tecnología
que sostenga nuestras huellas sobre aquel umbral?



Incógnita

Para mí tú eres un rosal,
un enorme árbol de buganvilias en primavera,
un nogal generoso en los meses de intensa lluvia.
Pero  yo, ¿qué  soy para ti?


Niñez

Caminar con la música en la mente,
oler té de canela y rodear el parque
de la infancia y mis recuerdos. 
Encontrarnos de nuevo,
después de algunos años,
y saber que los juegos amados de ese tiempo 
son sólo esto: jardín antiguo,
ensueños de un viejo amor.


Rapunzel

Detrás de la ventana el amor se congela
en su melancolía: no saber ya  de él.
Encerrada en los muros del hastío,
mientras el hierro la consume.
Ella corta su cabellera, tan rubia y mítica.
El príncipe no volverá jamás.


Cine

En día soleado me enamoré de él.
Era alguien que iba al cine, como yo.
Por más que seguí sus pasos y él los míos,
los niños interrumpían con refrescos y palomitas;
los novios, con besos, lociones frescas.
Pero el aroma a maderas de su  bufanda,
sus ojos en los míos, entre la multitud,
quedarán guardados en mi memoria para siempre.




Presagio

¿Será que mi vida pasará muy pronto
o la de un ser querido está por fenecer?


Álbum

Las primeras estampas de tu vida no se repetirán.
Las segundas y las terceras lo harán por siempre.


Abuela

Me quedo callada, sentada en tu sofá
para esperar tu abrazo y dormir tranquila,
para soñar contigo y el chocolate
que me diste hace muy poco,
con tu alegría de siempre,
sin importar cansancio, canas,
la jorobita envuelta en ese chal.
Eres ángel de veras cuando no está mamá.


Hermanito

Cada risa entre sueños revela tu felicidad.
Tu historia siempre es mágica;
la acompañan enanos, alguna Blanca Nieves
y las botas de un gato que te hacen bien bailar.


FIN




María María Gómez Álvarez es originaria del Barrio El Calvario, en el municipio de Zinacantepec, Estado de México. Este es su primer poemario, el cual recoge versos que ha hecho desde su niñez. Es estudiante de la Universidad Autónoma del Estado de México, donde próximamente publicaran fragmentos de su obra en la revista universitaria.




Sascha Schneider (1870-1927) pintor y escultor originario de Alemania. Destacó por su obra de tinte místicos y escandalosos. Fue uno de los cofundadores del instituto Kraft-Kunst para modelos. Durante un viaje en barco por la costa de Swinemünde, sintió sed y, por error, bebió un líquido quitamanchas. Como consecuencia, sufrió un colapso y murió.