martes, 27 de junio de 2017

UNA FLOR PARA UN DECAPITADO (BOTÁNICA DE LA SIERRA DE TEPOTZOTLÁN)

Sierra de Tepotzotlán, mirando hacia Villa del Carbón

 Cuando cataloga al mundo, sobre todo con la mirada, el ser humano suele hacer una extraña distinción entre lo simple y lo complejo bajo una básica ecuación: lo simple es lo común, lo complejo es lo extraordinario. Sin embargo, en el entretejido del cosmos ¿no vale por igual cada puntada? ¿No acaso revela el microscopio la complejidad tremenda de cada organismo? Si nos detuviéramos con mayor minuciosidad en las cosas “simples” ¿descubriríamos la complejidad del universo? Ahora que por fin ha comenzado a llover esperemos que entre dos y tres meses el campo comience a florecer. La sierra que es Tepotzotlán, así en lo llano como en lo intrincado, se revestirá de una importante colección de especies florales.

En poco tiempo este escarpado se llenará de flores silvestres

La gente se sorprenderá con el estrambótico girasol o el bello cosmos tan violeta o los mantos de maría o el afamado pericón o el manchado oceloxochitl. Sin embargo, hay una retahíla de florecillas silvestres que por su condición miniatura y al a vez profusa, poco llaman la atención del caminante. Entre ellas, una preciosa flor entre amarilla y anaranjada, de pétalos alargados y cuyo nombre la enlaza con uno de los principales jefes del movimiento independentista de México. El nombre genérico de esta flor es la zexmenia.

Grupo nutrido de zexmenias

Flor a detalle, su nombre guarda una interesante historia

Fue catalogada en 1825, a cinco años de consumada nuestra emancipación, por los botánicos mexicanos Pablo de la Llave (insigne científico, político y sacerdote) y Juan José Martínez Lexarza y nombrada y descrita en su libro Novorum Vegetabilium Descriptiones.

Importante libro de botánica mexicana del siglo XIX

En un arrebato patriótico, entendible por lo turbulento de la época, decidieron nombrar a esa florecilla serrana con el nombre de uno de los caudillos más nobles y más militares de los primeros insurgentes, Don Mariano Ximénez, quizá porque éste, al igual que la flor, era gloria de la sierra, dentro de cuyas geografías se distinguió en la lucha, tal como lo hizo en el Monte de las Cruces, donde su artillería fue fundamental durante el triunfo de Hidalgo y Allende sobre las tropas realistas.

Don Mariano Ximénez, héroe de la independencia de México, da nombre a la flor zexmenia

Ximénez fue fusilado y decapitado en la traición de 1811 que acabó con casi toda la primera jefatura de la insurgencia. Su cráneo fue uno de los cuatro que colgaron en cada una de las esquinas de la cuadrada Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato. Hasta aquí la historia del nombre de la zexmenia, una de las flores más sencillas y humildes entre aquellas que revisten la sierra que es Tepotzotlán.