viernes, 17 de enero de 2025

El sueño de la realidad


 

Con el cuento "El sueño de la realidad", Valentina Aldana Díaz, originaria del municipio de Tepotzotlán, se hizo acreedora al segundo lugar de nuestro CONCURSO ESTATAL PENSADOR MEXICANO DE LITERATURA ESCRITA POR NIÑAS, NIÑOS Y JÓVENES en su emisión 2024. El sueño de la realidad es un trabajo de terror psicológico y onírico que no deja de tener dejos de aquella parricida tragedia griega de Electra. Esperamos que a varios de ustedes los deje sin dormir:


El sueño de la realidad


Hola mi nombre es Eva, tengo 17 años, nací el 7 de julio, tengo dos hermanos; el mayor se llama

Mike y tiene 24 años, mi otro hermano se llama Billy, él tiene 20.

Mi madre casi nunca está en la casa ya que la mayor parte del día está trabajando y mi padre está

muerto, por suerte. No me malinterpreten, yo sí quería a mi padre, bueno más o menos; ya que

me presenté les cuento porque digo que por suerte mi padre está muerto.

Cuando tenía 10 años mi padre fue asesinado por el mejor amigo de Mike llamado Damián. El día

del asesinato yo estaba afuera jugando con mis hermanos mi madre estaba trabajando como de

costumbre y mi papá estaba dentro de la casa leyendo como siempre, todo estaba normal como

un día cualquiera, tocaron el timbre y mi papá abrió. Quien tocó fue Damián, el entró a la casa

apuntándole con una pistola a la cabeza a mi padre, mis hermanos y yo no nos dimos cuenta de

esto hasta que escuchamos los gritos de mi madre quién había visto a mi padre de rodillas

suplicando por su vida con un arma en su frente y a Damián gritándo a mi padre que “le entregara

la llave”.


Mi madre fue por nosotros al patio y nos dijo lo que ocurria; a esto mis hermanos y mi madre

entraron a la casa, justo cuando Mike abrió la puerta y entró recibió una herida de bala en su

hombro. Billy y mi madre entraron y cerraron la puerta detrás de ellos, yo decidí asomarme por la

ventana y lo que vi fue a mi padre desangrándose en el suelo con una herida de bala en la frente; a

Billy golpeando a Damián hasta dejarlo inconsciente y adentro mi madre llorando y tapando la

herida de Mike.

Ustedes pensarían que empecé a llorar o sentí miedo o tristeza pero no, no sentí nada de eso, no

le tomé importancia, de hecho lo único que hice fue, subir en silencio a mi cuarto.

Escuchaba las sirenas de las ambulancias llegando y a los policías entrando a mi casa.

En el velorio todos estaban llorando menos Mike y yo, bueno él porque estaba en el hospital pero

no dudo que también estuviera llorando o estuviera triste yo por el contrario no estaba tomándole

mucha importancia a la situación, lo único en lo que pensaba es que quería comer algo después de

eso; sentía una sensación de libertad pero al mismo tiempo algo en mí decía que él seguía vivo.

Después de un año mi madre decidió que nos mudaríamos de casa, el viaje fue largo y tedioso

como de costumbre mi madre iba manejando Mike en el asiento del copiloto Billy durmiendo y yo

escuchando las pláticas de Mike y mi mamá

Al llegar no podía creer cuál iba a ser nuestra nueva casa, era gigante, con un patio igual de

grande. Al entrar lo primero que hice fué caminar por toda la casa viendo que cosas habían dejado

los antiguos dueños; en la cocina no había mucho que ver solo algunos platos y tazas; en la sala

había una chimenea y arriba de ella un cuadro enorme de un señor con bigote y barba, estaba

vestido con un traje de militar; al lado del cuadro había dos espadas muy antiguas, mi mamá me

dijo que tuviera cuidado con eso porque no estaban muy fijas; las escaleras eran grandes y

rechinaban cada que alguien pisaba un escalón; los cuartos de arriba eran muy grandes también.

Después de explorar un poco la casa, salí para ayudar a mis hermanos a bajar las cajas de la

mudanza cada quien se llevó su maleta y su caja a su habitación; mi cuarto era muy grande, tenía

muchísimo espacio y una gran ventana que daba vista al patio. Después de sacar algunas cosas de

la maleta me dormí pues habíamos llegado tarde y tenía muchísimo sueño.

Al día siguiente Billy tenía que ir a la universidad y Mike y mi mamá salieron a buscar un nuevo

trabajo; yo me quedé sola en la mañana, no hice mucho solo acomode un poco las cosas de mi

habitación comí algo y salí a ver qué podía haber en el patio. Lo único que encontré fue un pozo

viejo que soltaba un olor feo, como si hubiera un animal muerto ahí adentro.


Pasaron varias horas y se me hacía raro que Billy no llegara, después pasaron aún más horas y yo

ya me estaba preocupando, estaba anocheciendo y ninguno de los tres había llegado, les marcaba

y no contestaban.

De repente escuché un silbido muy parecido al que hacía mi padre cuando quería llamarnos, algo

en mí decía que lo ignorara pero mi curiosidad fue más grande y decidí ir a la sala ya que según yo

de ahí venía el silbido, estuve un buen rato intentando averiguar de dónde provenía exactamente

el sonido hasta que me di cuenta que venía de la chimenea, moví los troncos y descubrí una llave

vieja, era pequeña y en la parte de arriba tenía un calaca, cuando tomé la llave el silbido sonaba

como si viniera de afuera, yo seguía con curiosidad así que guarde la llave y salí al patio; el silbido

me dirigia al pozo; cualquier persona normal que viera el pozo y percibiera el olor se iría, pero yo

no, asi que me acerque y cuando estaba lo suficientemente cerca para caerme, sentí como alguien

me empujó por la espalda y percibí un olor muy familiar, percibí el olor de mi papá, en ese

momento, extrañamente, despertéMe sentía un tanto desorientada, estaba en mi recamara, despertando; escuché voces que venían

de la sala, pensé que eran mis hermanos y mi madre así que baje; mientras iba bajando por la

escalera me di cuenta que la casa estaba al revés; las cosas que estaban en la derecha ahora

estaban en la izquierda y viceversa.

Yo no entendía que pasaba, una parte de mí pensaba que era un sueño pero la otra sabía que no

lo era, se había sentido demasiado real como para que fuera un simple sueño, al ir a la sala me

quedé paralizada; mis hermanos estaban hablando con mi padre. Yo no creía lo que estaba

pasando: ¿Como mi padre difunto que yo vi morir, vi su cuerpo desangrándose, podía estar ahí

sentado hablando con mis hermanos?- Esos pensamientos fueron interrumpidos con la voz de mi

padre diciéndome: Hola hijita, qué bueno que bajaste, ven, siéntate con tus hermanos, platícame

cómo te fue hoy.

Lo único que salió de mi boca fue decirle: ¿Qué haces aquí, tú estás muerto cómo es posible?

Mis hermanos comenzaron a reír, mi padre también y entre risas me dijo: qué estás diciendo, yo

nunca he muerto y no voy a morir muy pronto, ven siéntate y déjate de tonterías. Me senté al lado

de Billy, yo sabía que algo andaba mal, les dije que me iba a mi cuarto, que estaba cansada; mi

padre me dijo que me esperara que quería hablar conmigo; yo obedecí y me quedé ahí.

Mike y Billy salieron a comprar algo que mi padre les pidió; cuando se fueron, él se acercó a mí y

me dijo: No vuelvas a hablar de mi muerte, no intentes hacer nada, si lo haces, yo me enteraré y no

querrás saber lo qué haré.



Al escuchar esto me dieron escalofríos no sabía qué decir ni qué hacer; escuché llegar a mi madre

y fui con ella, le conté todo lo que me había pasado y me dijo que me dejara de tonterías que mi

padre siempre había estado vivo y que sería mejor que no tocara el tema.

Yo no sabía que estaba pasando, me subí a mi cuarto y cuando escuché que Mike y Billy habían

llegado corrí con ellos a contarles todo; Mike me miró mal y también me dijo que me dejara de

tonterías que mi padre siempre había estado vivo y que sería mejor que no tocara el tema; esto

me espantó aún más. Pensaba que Billy me diría lo mismo, pero me dio un abrazo y me dijo: Por

favor ya no toques el tema, es por tu bien y por el nuestro también; sé que es raro para ti, él no es

tu padre.

Y me dijo al oído, que si había hallado una llave, la guardara muy bien y que no le contara a nadie,

me dijo que cuando estuviera segura de usarla, no dudara en hacerlo y hullera. Después se alejó y

se fue.

Esto me dejó pensando toda la tarde hasta que llegué a la conclusión de que si había llegado por el

pozo podría irme por ahí también. Me dirigí hacia allá y al llegar le encontré clausurado con una

tapa de madera cerrada con candado; la cerradura me pareció familiar vi que era la misma de la

llave y cuando estaba buscando en mis bolsillos para probarla; escuché los gritos desgarradores de

Billy.

Corrí hacia la casa y cuando entré vi a mi madre desangrándose en el suelo con una herida de bala

en la cabeza a Mike con una herida de bala en el hombro mientras Billy estaba golpeando hasta

dejar inconsciente a Damián.

Mi supuesto padre se acercó a mí y me dijo: si vuelves a intentar otra cosa, volverá a pasar, pero

esta vez a tu verdadera madre.

Estaba ocurriendo justo lo que le pasó a mi padre pero esta vez a mi mamá; quería seguir

pensando que era un mal sueño y que en algún momento iba a despertar, pero sabía que esto no

era así; tenía que hacer algo para irme de ahí lo antes posible.

En el velorio, Billy se acercó a mí y me dijo, ya sabes dónde usar la llave, él va a estar vigilándote

ten cuidado; si quieres respuestas ve con Damián, él ya está muerto en ambas realidades, él te

ayudará. Al siguiente día hice eso, fui a la estación de policía donde sabía que estaba Damián y le

pregunté cómo me podía ir de ese lugar, él me dijo que la única salida era el pozo, en la primera

oportunidad que tuviera tenía que lanzarme por ahí, pero tenía que matar antes a mi padre, de

una forma u otra; no me dijo más y se lo llevaron a su celda.

Regresé a la casa donde mi supuesto padre me estaba esperando, tenía miedo de lo que me

pudiera hacer, pero lo único que hizo fue decirme que subiera a mi habitación y me durmiera; la

verdad tenía mucho miedo de quedarme dormida pero el sueño fue más fuerte que mi miedo y

me quede dormida.

Al día siguiente baje con la intención de asesinar a mi papá e irme de ahí lo antes posible; pero en

ese momento escuché su voz detrás de mí diciéndome: hagas lo que hagas no te vas a ir sin que

yo te mate primero, te lo advertí una vez, no pienso hacerlo dos veces-. Después de esto él subio a

la habitación de Billy, sabía que no iba a pasar nada bueno, así que subí corriendo detrás de él para

evitar que le hiciera algo a Billy pero fue muy tarde; al entrar a su habitación vi su cuerpo en la

cama y su cabeza en la mano de mi padre; él volteó a verme; cuando volteó pude ver una cara que

no era de una persona normal; tenía los ojos blancos, su boca era el doble de grande, me sonrió y

pude ver que solo tenía colmillos, sus pies eran de una cabra, sus manos en vez de tener uñas

tenía garras y en la espalda le habían salido púas. Me asusté muchísimo y corrí hacia la puerta

mientras escuchaba su voz monstruasa gritándome: vuelve, es inútil intentar irse de aquí, no

parare hasta matar a cada persona que se cruce en mi camino para lograr mi objetivo-

En ese momento recordé las palabras de Damián, así que corrí hacia la sala y agarré la espada que

estaba junto al cuadro de la chimenea; justo cuando la agarré sentí una arañazo en mi pierna; yo le

dí un espadazo en la cara y me fui lo más rápido que pude. Solté un grito pidiendo ayuda, el dolor

era muy fuerte y caí al suelo; alcancé a ver a Mike, le pedí ayuda; cuando se estaba acercando a mí

vi como él lo cortaba por la mitad; no podía creer lo que estaba viendo, me levanté lo más rápido

que pude e intente correr hacia la puerta.

Cuando estaba intentando abrirla sentí otro arañazo pero en mi espalda el me volteo y me ahorcó

me estaba levantando del cuello mientras reía; con la fuerza que aún tenía, le enterré la llave en

su mano, se la enterré con tanta fuerza que fue suficiente para que me dejara; agarre aire y subí al

segundo piso estaba buscando una forma de escapar y me dirigí a mi cuarto ya que la ventana

daba justo al pozo; era el momento de saltar e irme, pero sabía que tenía que matarlo antes.

Recorde que Billy tenía un arma guardada en su cuarto después del asesinato de mi padre; corrí a

su habitación y la encontré; escuchaba como subía las escaleras y su risa se escuchaba cada vez

más cerca; regrese a mi cuarto, abrí la ventana y me escondí detrás de la puerta; cuando entro me

subí a una caja que tenía al lado y salte sobre él, le puse la pistola en el centro de su cabeza y

dispare; no espere ni un segundo y salte por la ventana; me lastime muchísimo pero caí en varios

arbustos; corrí hacia el pozo, lo abrí con la llave y salté dentro.

En ese momento escuché la voz de Billy diciéndome: despierta ya llegamos, ahora tú fuiste la que

se durmió todo el viaje.


Cuando abrí bien los ojos, me percate que Mike estaba sentado al lado de Billy lo cual se me hizo extraño, cuando vi quien venía sentado en el asiento del copiloto, un escalofrío recorrió mi cuerpo, era mi padre; no podía creer lo que estaba viendo, bajamos del auto y conté todo lo que había pasado a Billy, él se rio y me dijo que estaba loca, que nuestro padre nunca había fallecido; en ese momento oí la voz de mi padre diciéndome: que te pasa hijita, por qué estás tan rara conmigo? antes de que pudiera contestar algo, Billy se adelantó y le dijo todo lo que le había platicado; por lo que mi madre y Mike también escucharon, los cuatro se fueron y entre risas mi papá me dijo: no digas tonterías hija, fue solo un sueño, mejor ven y ayuda a bajar las cosas. Después de un rato, decidí creerles, pues tuve suficiente tiempo para soñar todas esas cosas y la verdad estaba contenta de que fuera solo un sueño; estaba feliz de ver a mi familia completa otra vez. En la noche mi papá entro a mi habitación, me dio las buenas noches, me abrazo y me dijo: un simple disparo no me puede matar.-

Después de decir eso comenzó a reír, me quede paralizada viendo como agarraba la llave y salía de mi habitación.



Ilustraciones de
Ilustraciones del argentino Santiago Caruso



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