Con el cuento "El sueño de la realidad", Valentina Aldana Díaz, originaria del municipio de Tepotzotlán, se hizo acreedora al segundo lugar de nuestro CONCURSO ESTATAL PENSADOR MEXICANO DE LITERATURA ESCRITA POR NIÑAS, NIÑOS Y JÓVENES en su emisión 2024. El sueño de la realidad es un trabajo de terror psicológico y onírico que no deja de tener dejos de aquella parricida tragedia griega de Electra. Esperamos que a varios de ustedes los deje sin dormir:
El sueño de la realidad
Hola mi nombre es Eva, tengo 17 años, nací
el 7 de julio, tengo dos hermanos; el mayor se llama
Mike y tiene 24 años, mi otro hermano se
llama Billy, él tiene 20.
Mi madre casi nunca está en la casa ya que
la mayor parte del día está trabajando y mi padre está
muerto, por suerte. No me malinterpreten,
yo sí quería a mi padre, bueno más o menos; ya que
me presenté les cuento porque digo que por
suerte mi padre está muerto.
Cuando tenía 10 años mi padre fue
asesinado por el mejor amigo de Mike llamado Damián. El día
del asesinato yo estaba afuera jugando con
mis hermanos mi madre estaba trabajando como de
costumbre y mi papá estaba dentro de la
casa leyendo como siempre, todo estaba normal como
un día cualquiera, tocaron el timbre y mi
papá abrió. Quien tocó fue Damián, el entró a la casa
apuntándole con una pistola a la cabeza a
mi padre, mis hermanos y yo no nos dimos cuenta de
esto hasta que escuchamos los gritos de mi
madre quién había visto a mi padre de rodillas
suplicando por su vida con un arma en su
frente y a Damián gritándo a mi padre que “le entregara
la llave”.
entraron a la casa, justo cuando Mike
abrió la puerta y entró recibió una herida de bala en su
hombro. Billy y mi madre entraron y
cerraron la puerta detrás de ellos, yo decidí asomarme por la
ventana y lo que vi fue a mi padre
desangrándose en el suelo con una herida de bala en la frente; a
Billy golpeando a Damián hasta dejarlo
inconsciente y adentro mi madre llorando y tapando la
herida de Mike.
Ustedes pensarían que empecé a llorar o
sentí miedo o tristeza pero no, no sentí nada de eso, no
le tomé importancia, de hecho lo único que
hice fue, subir en silencio a mi cuarto.
Escuchaba las sirenas de las ambulancias
llegando y a los policías entrando a mi casa.
En el velorio todos estaban llorando menos
Mike y yo, bueno él porque estaba en el hospital pero
no dudo que también estuviera llorando o
estuviera triste yo por el contrario no estaba tomándole
mucha importancia a la situación, lo único
en lo que pensaba es que quería comer algo después de
eso; sentía una sensación de libertad pero
al mismo tiempo algo en mí decía que él seguía vivo.
Después de un año mi madre decidió que nos
mudaríamos de casa, el viaje fue largo y tedioso
como de costumbre mi madre iba manejando
Mike en el asiento del copiloto Billy durmiendo y yo
escuchando las pláticas de Mike y mi mamá
Al llegar no podía creer cuál iba a ser
nuestra nueva casa, era gigante, con un patio igual de
grande. Al entrar lo primero que hice fué
caminar por toda la casa viendo que cosas habían dejado
los antiguos dueños; en la cocina no había
mucho que ver solo algunos platos y tazas; en la sala
había una chimenea y arriba de ella un
cuadro enorme de un señor con bigote y barba, estaba
vestido con un traje de militar; al lado
del cuadro había dos espadas muy antiguas, mi mamá me
dijo que tuviera cuidado con eso porque no
estaban muy fijas; las escaleras eran grandes y
rechinaban cada que alguien pisaba un
escalón; los cuartos de arriba eran muy grandes también.
Después de explorar un poco la casa, salí
para ayudar a mis hermanos a bajar las cajas de la
mudanza cada quien se llevó su maleta y su
caja a su habitación; mi cuarto era muy grande, tenía
muchísimo espacio y una gran ventana que
daba vista al patio. Después de sacar algunas cosas de
la maleta me dormí pues habíamos llegado
tarde y tenía muchísimo sueño.
Al día siguiente Billy tenía que ir a la
universidad y Mike y mi mamá salieron a buscar un nuevo
trabajo; yo me quedé sola en la mañana, no
hice mucho solo acomode un poco las cosas de mi
habitación comí algo y salí a ver qué
podía haber en el patio. Lo único que encontré fue un pozo
viejo que soltaba un olor feo, como si
hubiera un animal muerto ahí adentro.
ya me estaba preocupando, estaba
anocheciendo y ninguno de los tres había llegado, les marcaba
y no contestaban.
De repente escuché un silbido muy parecido
al que hacía mi padre cuando quería llamarnos, algo
en mí decía que lo ignorara pero mi
curiosidad fue más grande y decidí ir a la sala ya que según yo
de ahí venía el silbido, estuve un buen
rato intentando averiguar de dónde provenía exactamente
el sonido hasta que me di cuenta que venía
de la chimenea, moví los troncos y descubrí una llave
vieja, era pequeña y en la parte de arriba
tenía un calaca, cuando tomé la llave el silbido sonaba
como si viniera de afuera, yo seguía con
curiosidad así que guarde la llave y salí al patio; el silbido
me dirigia al pozo; cualquier persona
normal que viera el pozo y percibiera el olor se iría, pero yo
no, asi que me acerque y cuando estaba lo
suficientemente cerca para caerme, sentí como alguien
me empujó por la espalda y percibí un olor
muy familiar, percibí el olor de mi papá, en ese
momento, extrañamente, despertéMe sentía
un tanto desorientada, estaba en mi recamara, despertando; escuché voces que
venían
de la sala, pensé que eran mis hermanos y
mi madre así que baje; mientras iba bajando por la
escalera me di cuenta que la casa estaba
al revés; las cosas que estaban en la derecha ahora
estaban en la izquierda y viceversa.
Yo no entendía que pasaba, una parte de mí
pensaba que era un sueño pero la otra sabía que no
lo era, se había sentido demasiado real
como para que fuera un simple sueño, al ir a la sala me
quedé paralizada; mis hermanos estaban
hablando con mi padre. Yo no creía lo que estaba
pasando: ¿Como mi padre difunto que yo vi
morir, vi su cuerpo desangrándose, podía estar ahí
sentado hablando con mis hermanos?- Esos
pensamientos fueron interrumpidos con la voz de mi
padre diciéndome: Hola hijita, qué bueno
que bajaste, ven, siéntate con tus hermanos, platícame
cómo te fue hoy.
Lo único que salió de mi boca fue decirle:
¿Qué haces aquí, tú estás muerto cómo es posible?
Mis hermanos comenzaron a reír, mi padre
también y entre risas me dijo: qué estás diciendo, yo
nunca he muerto y no voy a morir muy
pronto, ven siéntate y déjate de tonterías. Me senté al lado
de Billy, yo sabía que algo andaba mal,
les dije que me iba a mi cuarto, que estaba cansada; mi
padre me dijo que me esperara que quería
hablar conmigo; yo obedecí y me quedé ahí.
Mike y Billy salieron a comprar algo que
mi padre les pidió; cuando se fueron, él se acercó a mí y
me dijo: No vuelvas a hablar de mi muerte,
no intentes hacer nada, si lo haces, yo me enteraré y no
querrás saber lo qué haré.
Al escuchar esto me dieron escalofríos no sabía qué decir ni qué hacer; escuché llegar a mi madre
y fui con ella, le conté todo lo que me
había pasado y me dijo que me dejara de tonterías que mi
padre siempre había estado vivo y que
sería mejor que no tocara el tema.
Yo no sabía que estaba pasando, me subí a
mi cuarto y cuando escuché que Mike y Billy habían
llegado corrí con ellos a contarles todo;
Mike me miró mal y también me dijo que me dejara de
tonterías que mi padre siempre había
estado vivo y que sería mejor que no tocara el tema; esto
me espantó aún más. Pensaba que Billy me
diría lo mismo, pero me dio un abrazo y me dijo: Por
favor ya no toques el tema, es por tu bien
y por el nuestro también; sé que es raro para ti, él no es
tu padre.
Y me dijo al oído, que si había hallado
una llave, la guardara muy bien y que no le contara a nadie,
me dijo que cuando estuviera segura de usarla,
no dudara en hacerlo y hullera. Después se alejó y
se fue.
Esto me dejó pensando toda la tarde hasta
que llegué a la conclusión de que si había llegado por el
pozo podría irme por ahí también. Me
dirigí hacia allá y al llegar le encontré clausurado con una
tapa de madera cerrada con candado; la
cerradura me pareció familiar vi que era la misma de la
llave y cuando estaba buscando en mis
bolsillos para probarla; escuché los gritos desgarradores de
Billy.
Corrí hacia la casa y cuando entré vi a mi
madre desangrándose en el suelo con una herida de bala
en la cabeza a Mike con una herida de bala
en el hombro mientras Billy estaba golpeando hasta
dejar inconsciente a Damián.
Mi supuesto padre se acercó a mí y me
dijo: si vuelves a intentar otra cosa, volverá a pasar, pero
esta vez a tu verdadera madre.
Estaba ocurriendo justo lo que le pasó a
mi padre pero esta vez a mi mamá; quería seguir
pensando que era un mal sueño y que en
algún momento iba a despertar, pero sabía que esto no
era así; tenía que hacer algo para irme de
ahí lo antes posible.
En el velorio, Billy se acercó a mí y me
dijo, ya sabes dónde usar la llave, él va a estar vigilándote
ten cuidado; si quieres respuestas ve con
Damián, él ya está muerto en ambas realidades, él te
ayudará. Al siguiente día hice eso, fui a
la estación de policía donde sabía que estaba Damián y le
pregunté cómo me podía ir de ese lugar, él
me dijo que la única salida era el pozo, en la primera
oportunidad que tuviera tenía que lanzarme
por ahí, pero tenía que matar antes a mi padre, de
una forma u otra; no me dijo más y se lo
llevaron a su celda.
Regresé a la casa donde mi supuesto padre
me estaba esperando, tenía miedo de lo que me
pudiera hacer, pero lo único que hizo fue
decirme que subiera a mi habitación y me durmiera; la
verdad tenía mucho miedo de quedarme
dormida pero el sueño fue más fuerte que mi miedo y
me quede dormida.
Al día siguiente baje con la intención de
asesinar a mi papá e irme de ahí lo antes posible; pero en
ese momento escuché su voz detrás de mí diciéndome:
hagas lo que hagas no te vas a ir sin que
yo te mate primero, te lo advertí una vez,
no pienso hacerlo dos veces-. Después de esto él subio a
la habitación de Billy, sabía que no iba a
pasar nada bueno, así que subí corriendo detrás de él para
evitar que le hiciera algo a Billy pero
fue muy tarde; al entrar a su habitación vi su cuerpo en la
cama y su cabeza en la mano de mi padre;
él volteó a verme; cuando volteó pude ver una cara que
no era de una persona normal; tenía los
ojos blancos, su boca era el doble de grande, me sonrió y
pude ver que solo tenía colmillos, sus
pies eran de una cabra, sus manos en vez de tener uñas
tenía garras y en la espalda le habían
salido púas. Me asusté muchísimo y corrí hacia la puerta
mientras escuchaba su voz monstruasa
gritándome: vuelve, es inútil intentar irse de aquí, no
parare hasta matar a cada persona que se
cruce en mi camino para lograr mi objetivo-
En ese momento recordé las palabras de
Damián, así que corrí hacia la sala y agarré la espada que
estaba junto al cuadro de la chimenea;
justo cuando la agarré sentí una arañazo en mi pierna; yo le
dí un espadazo en la cara y me fui lo más
rápido que pude. Solté un grito pidiendo ayuda, el dolor
era muy fuerte y caí al suelo; alcancé a
ver a Mike, le pedí ayuda; cuando se estaba acercando a mí
vi como él lo cortaba por la mitad; no
podía creer lo que estaba viendo, me levanté lo más rápido
que pude e intente correr hacia la puerta.
Cuando estaba intentando abrirla sentí
otro arañazo pero en mi espalda el me volteo y me ahorcó
me estaba levantando del cuello mientras
reía; con la fuerza que aún tenía, le enterré la llave en
su mano, se la enterré con tanta fuerza
que fue suficiente para que me dejara; agarre aire y subí al
segundo piso estaba buscando una forma de escapar
y me dirigí a mi cuarto ya que la ventana
daba justo al pozo; era el momento de
saltar e irme, pero sabía que tenía que matarlo antes.
Recorde que Billy tenía un arma guardada
en su cuarto después del asesinato de mi padre; corrí a
su habitación y la encontré; escuchaba
como subía las escaleras y su risa se escuchaba cada vez
más cerca; regrese a mi cuarto, abrí la
ventana y me escondí detrás de la puerta; cuando entro me
subí a una caja que tenía al lado y salte
sobre él, le puse la pistola en el centro de su cabeza y
dispare; no espere ni un segundo y salte
por la ventana; me lastime muchísimo pero caí en varios
arbustos; corrí hacia el pozo, lo abrí con
la llave y salté dentro.
En ese momento escuché la voz de Billy
diciéndome: despierta ya llegamos, ahora tú fuiste la que
se durmió todo el viaje.
Cuando abrí bien
los ojos, me percate que Mike estaba sentado al lado de Billy lo cual se me
hizo extraño, cuando vi quien venía sentado en el asiento del copiloto, un
escalofrío recorrió mi cuerpo, era mi padre; no podía creer lo que estaba
viendo, bajamos del auto y conté todo lo que había pasado a Billy, él se rio y
me dijo que estaba loca, que nuestro padre nunca había fallecido; en ese
momento oí la voz de mi padre diciéndome: que te pasa hijita, por qué estás tan
rara conmigo? antes de que pudiera contestar algo, Billy se adelantó y le dijo
todo lo que le había platicado; por lo que mi madre y Mike también escucharon,
los cuatro se fueron y entre risas mi papá me dijo: no digas tonterías hija,
fue solo un sueño, mejor ven y ayuda a bajar las cosas. Después de un rato,
decidí creerles, pues tuve suficiente tiempo para soñar todas esas cosas y la verdad
estaba contenta de que fuera solo un sueño; estaba feliz de ver a mi familia
completa otra vez. En la noche mi papá entro a mi habitación, me dio las buenas
noches, me abrazo y me dijo: un simple disparo no me puede matar.-
Después de decir eso comenzó a reír, me
quede paralizada viendo como agarraba la llave y salía de mi habitación.
Ilustraciones del argentino Santiago Caruso |
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