Con la noveleta Seis niños (un mundo), Amada Garcia (Karla Mayrin García Cruz)
originaria de Toluca, se hizo acreedora al PRIMER LUGAR de nuestro UNDÉCIMO
CONCURSO ESTATAL PENSADOR MEXICANO DE LITERATURA ESCRITA POR NIÑOS Y JÓVENES 2023.
SEIS NIÑOS (UN MUNDO)
Noveleta en dieciséis capítulos
Índice
Capítulo 1: OTIRA
Capítulo 2: EL RÍO
Capítulo 3: FAMBEZIA
Capítulo 4: LAS CELEBRIDADES DE FAMBEZIA
Capítulo 5: UNA LARGA HISTORIA
Capítulo 6: ENTRENAMIENTO ELEMENTAL
Capítulo 8: REALES SECRETOS
Capítulo 9: PRIMERA MISIÓN
Capítulo 10: SALVADOS POR UN BARCO
Capítulo 11: EL ELEMENTO ELIMINADO
Capítulo 12: HISTORIAS INCOMPLETAS.
Capítulo 13: LA PROFECÍA
Capítulo 14: BATALLA MEDIO GANADA
Capítulo 15: CINCO MINUTOS EN ALERIAS
Capítulo 16: LA ULTIMA PARADA DE NEVEL
En un mundo donde la tecnología y las
redes sociales nos rodean, podemos encontrar muchas pruebas de que los seres
mitológicos existen ¿Cuántas veces no hemos visto un título como SIRENAS REALES
CAPTADAS EN CÁMARA? O infinidad de videos que dicen reconocer seres míticos a
nuestros alrededores. Pero ¿Qué nos asegura que esto es verdad y no solo un
trabajo de inteligencia artificial? ¿Cómo nos garantizan que de verdad podemos
encontrarnos un ciclope en el bosque, por ejemplo?
Nadie puede dar un argumento totalmente
seguro de que existan o no estas criaturas, ya que, basados en la lógica,
sabemos que personas semiacuáticas no pueden vivir en los mares ya mil veces
explorados, o que si quiera sean capaces de reproducirse o adaptarse a los
cambios que día a día se sufren en la naturaleza.
En fin, no estás aquí para que
discutamos largamente sobre este tema. Realmente no importa mucho la razón por
la que estás leyendo esto, si es por entretenimiento o por obligación, el caso
es que llegaste, que este escrito cayó en tus manos, y ahora estas a punto de
descubrir una historia más, y dependerá de ti creértela o no. Yo sí creo,
porque lo viví. Y tu ¿Lo crees?
Ahora, ponte cómodo o cómoda, porque
estas a punto de conocer la primera parte de una historia que tardo muchísimo
en formarse, y que aún hoy, no ha terminado. La testigo de todo esto fue una
amiga mía.
Capítulo 1: OTIRA
Empecé a preparar todo lo que llevaría
en la mochila, y luego intenté hacernos el desayuno, pero era muy pequeña para
alcanzar los tazones de la última repisa, entonces esperé a que la ayuda
llegara.
- ¿Lista tesoro? - dijo papá cuando por
fin entró en la cocina
-Sip, solo me faltan los platos
Después de comer a toda velocidad,
salimos al museo, ya que la primera función empezaba al medio día.
-Oye ¿por qué la prisa, pequeña? – me
pregunto mi padre al ver que corría. - aún falta media hora.
-Tenemos que alcanzar un buen lugar,
papá – le contesté jalándolo del brazo para llegar más rápido a la entrada.
Unos asientos en la décima fila estaban
libres. Si bien no era el lugar perfecto para ver todo con claridad, la verdad
no esperaba llegar a la tercera fila (estaba llena de estudiantes de filosofía
y ciencia). De pronto, la sala entera se obscureció, y me inundé de un
sentimiento que no sabía si eran nervios o ansias:
-Bienvenidos sean todos, al Museo de
Ciencias de Nueva York. – anunció una voz masculina desde el escenario –
después de mucho tiempo tratando de averiguar si estas criaturas son reales,
les hemos traído por fin una prueba cien por ciento segura de la existencia de
mitología a nuestro alrededor. Habían visto brujas captadas en cámara, pero a
que nunca habían visto un hada delante de ustedes.
Las cortinas del escenario se corrieron,
y en frente de nosotros, una gran caja de cristal con un intenso fulgor azul
dentro apareció en escena. Cuando mis ojos se compusieron después del cambio de
iluminación, pude verle mejor forma a aquella luz añil que estaba dentro del
cristal: una mujer diminuta (no más grande que mi antebrazo) nos miraba. Me
pareció extraño que aun viéndose cautiva en medio de tantos humanos se
mantuviera calmada. Un hada, un hada de verdad.
Después, se hicieron los típicos y aburridos
discursos de adultos, en los que explicaban cómo, según los estudios de un
mitógrafo, la magia y la realidad convivían todos los días. Obviamente yo no
les presté atención, mi interés entero estaba en el hada. Desgraciadamente,
esta fue trasladada a otro lado poco después de ser exhibida, así que, durante
un buen rato, no tuve razón para estar en la sala.
Al término de la conferencia, mi padre
se dirigió a mi:
-Pequeña, olvide decirte que me voy a
encontrar con unos colegas en la cafetería del museo. Tenemos asuntos del
trabajo que resolver y acordamos vernos aquí para luego llegar a la oficina
Me pidió que me mantuviera cerca de él,
pero sus esfuerzos por intentar que me estuviera quieta fueron en vano, estar
ahí esperando mientras escuchaba cifras me aburría. Entonces vi cómo se abría
una puerta cerca de la cafetería, y dentro estaba el cubo de cristal. Mi
curiosidad me ganó. Seguí a los trabajadores del museo a esa sala de “solo
personal autorizado”. Ahora, vamos a saltarnos el sermón de que no debí hacerlo,
pues de haber sido así, usted no tendría lectura para un rato. La habitación
estaba completamente vacía, salvo por la gran caja de vidrio que llevaba dentro
al hada.
-Hola…soy Marlet – tartamudeé.
Ella se asustó al verme, pero luego de
tranquilizó.
-Se quién eres – me dijo.
- ¿Cómo lo sabes?
-Lo sé todo, las hadas somos espíritus
omniscientes.
-Entonces también sabes a que vine. – le
dije retándola a usar sus poderes místicos para verla más en acción.
Se quedó callada, solo me miró, como
intentando descifrar la razón de mi llegada; leyendo mi mente y posiblemente mi
pasado. Me emocioné.
-No. – respondió por fin. –Tu aura es
demasiado poderosa para mí, y en este mundo mis poderes están limitados.
Deduzco que saldrás de aquí con más información de la que buscas, pero aun no
entiendo por qué.
-Entonces… ¿Eso significa que me
responderás a todas mis preguntas? – por lo que había alcanzado a comprender,
ella necesitaba estar un poco más de tiempo conmigo para entender por qué la
había ido a visitar. Solo le estaba jugando una pequeña trampa para que pudiera
contestarme todo, pero no imaginé lo que diría de mi en los días siguientes.
-No. No eres alguien para que pueda
tener esta conversación contigo.
- ¿Alguien como quién? – la reté.
-Eres solo una niña, y aunque tu aura es
poderosa, no veo en ella mucho potencial.
-Aun no. – le dije. -Quizá solo
necesitas conocerme mejor.
-La vida no es tan fácil como te la
pintan, pequeña. – me respondió. – Podré ganarme en ti una amiga, pero no una aliada.
- ¿Aliada?
-Por si no te has dado cuenta, yo no
debería estar aquí. Necesito salir, necesito buscar…
- ¿Salir? – la interrumpí. No sabía lo
que estaba diciendo, ¿Bien? – Si quieres escaparte del museo, yo te puedo
ayudar. – (realmente no tenia idea de que haría si aceptaba mi trato) – pero a
cambio quisiera que me contestaras algunas preguntas.
El hada solo guardo silencio. Me
preocupaba que estuviera analizando el futuro, observando si en realidad la
ayudaría a escapar. Al final no resulto tan malo.
-Me veo obligada, tanto por mi como por
ti – me respondió. - sospecho que así averiguaré por qué estás aquí y como
escaparé yo.
Sinceramente, no había entendido muy
bien lo último, pero me dio igual, después de todo, podría hablar con ella. Me
puse cómoda y empecé a formular mis dudas:
- ¿Por qué no eres como en las
películas?
-Me temía que fuera esa clase de
preguntas. - ¿Acaso esperaba que le interrogara sobre otras cosas? ¡Tenía diez
años, por Dios! - Eso tiene una explicación bastante lógica, nosotras no
habíamos salido a la luz hasta ahora, por lo que el cine no tenía idea de cómo
somos realmente, y nos retrataban como podían.
- ¿Cómo se reproducen las hadas?
-Es una forma muy cruel, no quisieras
averiguarlo todavía.
-Creí que las hadas eran muy alegres en
todos los aspectos.
-No exactamente, solo volamos escuchando
chismes en todos lados – me sonrió, y yo sentí que ya estábamos conectando.
- ¿Cómo acabaste aquí? – al instante, su
sonrisa se borró, tuve miedo de haber preguntado algo malo y que decidiera
dejar de responderme.
-También fue una forma cruel.
Tenía otras preguntas que hacerle al
respecto, pero por su contestación, decidí cambiar de tema. Igual tenía tema
para un largo rato.
- ¿Cómo te llamas? ¿Tienes un nombre?
-Si, Otira. En nuestro idioma significa
“la que fue traicionada”
-Perdón, pero creo que tu nombre tiene
algo que ver con cómo acabaste aquí. – le dije temiendo que ahora si me
desapareciera de su vista.
-Yo también – me dijo – igual como
sospecho que tú tienes algo que ver
Me asusté, ¿Ella creía que yo la había
encerrado? Si, era humana, la raza enemiga, pero no era para que se cargara el
odio contra toda mi especie.
-Creo que me puedes sacar de aquí, a mí
y a todos
- ¿A todos?
-No soy la única criatura que el museo
tiene cautiva. – dijo con una mirada de tristeza profunda.
- ¿Quieres… que les ayude a escapar?
-Algún instinto en mi pasado me dice que
lo harás
No podía creerlo, un hada me estaba
pidiendo ayuda (como si no se la hubiera ofrecido yo al inicio), siempre creí
que sería al revés. Sin pensarlo dos veces, suspiré y le contesté que estaba
dispuesta a ayudarla a ella y a todas las otras criaturas:
-Necesitaré que me expliques todo. Me
encantará ayudarte, pero enserio quiero el contexto
-De todas formas, no creo que puedas
liberarnos sin la historia. – me contestó suspirando.
Y así, Otira empezó con su relato:
-Hay personas que no creen que somos
reales, pero hay oras como tú, que lo saben y aun así buscan pruebas.
- ¿Yo y quién más?
-Alex Magnus
Capítulo 2: EL RÍO
En el tercer semestre de preparatoria,
la profesora de biología organizó una excursión al desconocido valle de Mathnam
en las fronteras más remotas de Chicago para conocer y recolectar la exótica
flora del lugar. El espacio de exploración era amplio, podía verse a dónde iban
los alumnos, mas un punto del valle estaba rodeado por frondosos árboles. No
podían pasar para allá, pero una vez terminados sus informes, el equipo de
Alex, Kristen y Jacob se dispuso a vagar por todos lados.
- ¿Qué tal si vamos a ese espacio?
-propuso Jacob.
-Oye, no sería mala idea. – contestó
Alex con un aire de impulsividad. Era la magia atrayéndolo.
- ¿Mala? ¡Horrible! No quiero que me
reprueben por ir allá. – dijo Kristen advirtiendo a sus amigos.
-Ya tienes las mejores calificaciones de
la clase, solo te quitarían un punto, no seas exagerada. -Alex tendía a
tranquilizar a su amiga con sus formas.
-Además solo será un paseo, ¿Qué podría
pasar?
-Los adolescentes tienen ideas raras,
pero a veces me pregunto si ustedes son pubertos o niños todavía.
-Mi mamá es más permisiva que tú.
-Y no me sorprende que estés como estés,
Jacob – le volteó Kristen.
Era una chica muy hábil con las palabras
y con sermones de ese tipo, así solía convencer a sus amigos de que no hicieran
alguna tontería, pero esa vez no le funcionaría.
-No somos bebés o niños pequeños,
tranquila, sabremos cuidarnos.
- ¡No pudiste cuidar ni una cucaracha la
semana pasada Alex, y por eso te bajaron calificación! ¿Quieres reprobar por
hacer esto?
-Ya, tranquila, serán solo unos minutos.
-Tu vida puede depender de solo unos
segundos. – fue la inteligente respuesta de la chica.
-Actúas como si hubiera demonios del
otro lado.
- ¿Qué tal que hay ninfas? ¿eh? – hubo
una pausa después de ese comentario.
-Bueno, entonces vamos a descubrirlo. –
dijo Alex adentrándose en los árboles. Jacob fue tras él y Kristen no tuvo más
opción que seguirlos. Era eso o que su profesora viera que ella estaba sola y
creyera que no estaban haciendo nada; en cambio, si se iba con ellos, la excusa
perfecta sería que estaban investigando más.
- ¿Lo ves? No hay nada de este lado, más
que in insignificante riachuelo. – dijo Jacob a su amiga.
-Muy bien, ya venimos, ya vimos, ya
vámonos. – dijo Kristen.
-No duras ni quince segundos. – declaró
Alex acercándose a la orilla.
-Alex por favor, si te caes, no te vas a
molestar en repetir el año.
-Tranquila. – le respondió Magnus a su
amiga – se cruzar ríos. – exclamó listo para saltar al otro lado.
- ¡No! ¡No lo hagas! – le gritó Kristen,
aunque demasiado tarde, ya ambos niños estaban en la otra orilla.
- ¡Vamos, Kris! Ven – le gritaron los
dos chicos.
-Ni aunque me pagaran saltaría para
allá. No llego a la mitad si quiera. – anunció Kristen con mucha decisión.
- ¡No seas miedosa, cuatrojos! Ven. –
Kris odiaba ese apodo, especialmente porque viniendo de Jacob era una indirecta
que decía “muñequita cobarde y nerd”.
Enfurecida, la chica retrocedió para
tomar impulso, y brincó con todas sus fuerzas la corriente.
- ¿Lo ves, cuatrojos? Sabía que podía…
¡Auch! – las palabras de Jacob fueron interrumpidas por un puñetazo en la boca
que venía de Kristen. Él era muy alto, y ella chaparra, así que Jacob tenía que
agradecer que el golpe no le dejó un ojo negro. - ¿Y eso por qué fue?
-Por decirme cuatrojos, Señor Lengua
Larga.
- ¿Lengua larga?
-Si no hablaras de más, no te ganarías
premios como esos.
-Aquí en la orilla no vamos a encontrar
nada interesante, hay que ir al bosque. – dijo Alex con entusiasmo.
-Alex, esto no es un campamento de
verano. Si quieres irte de vacaciones a una montaña, lo mejor será que esperes
a que acabe el semestre – dijo Kristen.
-Mis padres no querrán llevarme a ningún
lado sabiendo que busco trolls. – en ese momento, se escuchó un trueno muy
potente a la distancia.
-Nosotros te llevaremos, pero este no es
momento. – cuando acabó de hablar Kristen, un rayo iluminó el cielo que se
ponía de un gris muy obscuro; luego, un trueno bastante fuerte resonó sobre sus
cabezas; el viento sopló enloquecido, y grandes gotas empezaron a caer.
-Alex, amigo, por mucho que me duela la
boca al decir lo siguiente, creo que esta vez Kristen tiene razón -dijo Jacob,
que empezaba a preocuparse.
El ambiente comenzó a nublarse, hasta el
punto en que ya era muy difícil ver con claridad.
-Pero tu propusiste venir, Jacob – le
demandó su amigo.
-Si, lo sé, pero...
- ¡Alex, Kristen, Jacob! – gritaban tres
voces alarmadas desde el otro lado, fue fácil reconocerlos, eran compañeros que
habían estado con el trio desde años atrás.
- ¡Son Nevel, Zack y Rosé! ¡Chicos, por
acá! – gritó Jacob. Pero algo misterioso pasó; mientras la tormenta crecía a
pasos gigantes, el suelo comenzó a temblar, y, por imposible que parezca, el
río comenzó a hacerse más ancho cada vez.
- ¿Qué sucede? – se le escuchó a Rosé
gritar aterrorizada
- No lo sé, pero manténganse quietos en
donde están o la corriente se los podrá llevar. – dijo Zack con la voz más alta
que pudo para hacerse oír en medio de la tormenta.
Kristen trató de retroceder porque
estaba muy a la orilla, y en una sacudida brusca de la tierra, los seis chicos
saltaron involuntariamente y cayeron sentados a dos metros de cada orilla. Como
si la situación no fuera ya muy rara, Alex alcanzó a ver algo sin sentido en el
río: su fondo parecía estar a kilómetros más abajo, como si no fuera más que un
pedazo de cielo de un inmenso valle. De pronto, se formó un remolino con el
agua, y alcanzó la altura de los árboles más grandes. Empezó a arrancar rocas
gigantes y pinos de raíz, hasta tomar fuerza suficiente para absorber a los
seis chicos. Después, la tormenta desapareció y el tornado de agua empujó a los
adolescentes al interior de la corriente, el río se hizo angosto hasta retomar
su anchura original. Lo que había en el interior del agua no era una ciudad
marina, si no un valle cualquiera con árboles, aire, cielo, nubes y animales.
Alex, Jacob, Kristen, Zack, Nevel y Rosé
aterrizaron por fin en tierra firme, en un campo de girasoles para ser exactos.
Cuando miraron hacia arriba, un fragmento de cielo en forma de una interminable
serpiente de un color más obscuro que el resto del cielo se comenzaba a cerrar
hasta ser una línea curva larga y angosta. Eso era el río por el que habían
caído a un mundo completamente normal, o algo así.
Capítulo 3: FAMBEZIA
- ¿Qué pasó? ¿Dónde estamos? – preguntó
Rosé cuando logró recuperarse de la caída.
-Esto no tiene sentido, va contra las
leyes de la naturaleza. – dijo Nevel levantándose, y parecía más enojado que
asustado.
- ¡Te dije que era peligroso ir al otro
lado, Alex! ¡Se los dije a los dos, pero ¿Alguno me escuchó? Esto es peor que
repetir el semestre. – dijo Kristen mirando con furia a su equipo de trabajo.
- ¿Entonces para que saltaste el río,
Kristen? Nadie te obligó. – le dijo Jacob con reproche.
-Para darte ese golpe que tenías bien
merecido ¡Y tú me obligaste de echo!
-Esto no puede ser real, es una simple
pesadilla. – dijo Rosé para calmar a los demás, pero especialmente a ella.
- ¿Pesadilla? Si, claro. Me avisas
cuando sean las 7 porque no quiero llegar tarde a la escuela – le dijo Nevel
sarcásticamente.
- ¡Chicos! ¡Ya basta! Lo que pasó allá
arriba no tiene explicación, todos estamos asustados, pero esa no es razón para
pelear. Nadie tiene la culpa de lo que haya pasado, sea o no un sueño, aunque
claramente sabemos que es real. Necesitamos respuestas, y si nos quedamos aquí
no vamos a encontrarlas. Debemos buscar a quien nos ayude. – dijo Alex, que más
que asustado estaba ansioso.
- ¡No seas tonto, Alexander! ¿Quién
crees que viva aquí que nos pueda ayudar? - exclamó Zack.
-Pues si nos quedamos aquí no vamos a
averiguarlo ¿O sí?
Al final no fue tan difícil convencer al
grupo de que avanzar era la mejor y en realidad única opción. Caminaban mirando
arriba, como esperando que el cielo se abriera y se presentara la oportunidad
de regresar a la realidad. Rosé parecía sumergida en sus pensamientos,
seguramente tratando de convencerse de que todo era un sueño y que iba a
despertar. Nevel examinaba con la vista cada cosa que se cruzaba en su camino;
y le pareció que varias plantas, al igual que bichos, no los había visto nunca en
su vida: unos desprendían fulgor, otros eran demasiado pequeños, unos parecían
hechos de luz y nubes; al final se sacudió la cabeza temiendo que todo fueran
alucinaciones suyas. Zack tenía siempre la vista en frente, sabía que todo eso
no era normal, y que debía estar atento a cualquier cosa que pasara; si el río
se los había tragado, solo faltaba que se abriera un árbol y de allí saliera un
dragón bailando tap. Kristen parecía enfurecida, y caminaba como se dirigiera a
hacer alguna tarea cansada y difícil. Jacob miraba continuamente a su amigo, ya
le parecía que todo lo que estaba pasando era de fantasía y mucho temía que las
cosas de cierta forma tuvieran que ver con él, y no en todo se equivocaba. Alex
caminaba sin quitar la vista de enfrente, sabía que muchos ojos a sus espaldas
lo estarían
mirando, probablemente echándole la
culpa de lo que había pasado, y la primera en la lista de rencor era Kristen;
simplemente no quería voltear a ver las miradas de desapruebo que le estarían
dirigiendo. A pesar de todo, se encontraba emocionado por lo que podía pasar;
al igual que Jacob, tenía el presentimiento de que aquello tenía que ver con la
magia y la mitología, ya que obviamente no había sido obra de la naturaleza,
era su momento de probar que no estaba loco, y se decía para sus adentros “son
reales y deben estar aquí”.
Después del campo de girasoles, seguía
un largo valle por el que caminaron antes de llegar a un bosque que parecía
abrazar una cadena de montañas que se extendía a 20 kilómetros a lo largo aproximadamente,
y que, a su vez, hacía alusión a estar rodeando algo.
Los muchachos se adentraron en el
bosque, y mientras más avanzaban, más obscuro se veía, la razón por la que
podían ver, eran los rayos de luz que se infiltraban entre algunas ramas de los
árboles, pero llegó una parte en la que ya casi no se veía nada, se escuchaban
los ruidos de los chicos al caminar y de las ramas pequeñas que se rompían
cuando sus pies las pisaban.
Y aunque no se divisaba casi nada, los
muchachos pudieron identificar unos árboles moviéndose, las ramas más altas
llenas de hojas se sacudían alocadamente, y con el silencio que reinaba en el
bosque, ese escándalo enloquecía y asustaba a cualquiera, en especial a los
animalitos pequeños, que pasaron por los pies y cabezas de los chicos. De
pronto, de entre los árboles, una figura descomunal y aterradora apareció
frente a ellos:
-Perezoso gigante - pronunció Nevel.
Pero al animal pareció ofenderle el título, porque rugió con tanta fuerza, que
los jóvenes tuvieron que taparse los oídos, y luego empezó a perseguirlos.
El grupo corrió con velocidad en línea
recta, rogaban que se acabara el espeso bosque para correr sin tener que saltar
ramas, tener un poco de luz y ver con claridad a la monstruosa cosa que los
correteaba en plan de ser la cena. Al fin, se aclaró la vista, pues el final
del paraje obscuro estaba cerca. Al salir, la bestia vociferó otra vez, y los
muchachos solo voltearon la mirada para ver que criatura podía hacer tanto
ruido, pero se volvieron con el rostro lleno de terror para correr más rápido.
- ¡Sigan, al frente hay una cueva donde
no puede pasar! – gritó Rosé llena de pánico.
Todos se dirigieron hacia esta, pero era
más alta de lo que parecía, y el perezoso pudo entrar encorvado para seguirlos.
Allí dentro, estaba lleno de agua que les llegaba a las rodillas, y al
animalote apenas a los tobillos. Llegaron al otro lado del túnel, y cayeron
rodando en el suelo inclinado cubierto de césped. Por alguna razón, la bestia
no pudo cruzar, dejando a los seis adolescentes sanos y salvos. Sentados ahí,
en el pasto, recuperaban el aliento mientras veían caer chorros de agua.
Entonces, Kristen miró al frente de ella, y le pareció que las flores se
movían, tomó una, y de inmediato la soltó mientras daba un gritito:
- ¿Estás bien? – le preguntaron
- ¿Dónde nos metiste, Alex Magnus? – fue
la respuesta de la chica que miraba perpleja lo que tenía en frente.
Delante de ellos, un mundo místico se
alzaba glorioso, y las flores en realidad eran mujeres minúsculas de color
verde con sombreros coloridos en la cabeza, eran flores vivientes. Todos se
levantaron lentamente, mientras contemplaban a las criaturas que habitaban el
valle mágico. Gigantes hechos de ramas y raíces caminaban a paso lento,
centauros corrían a la distancia, arriba de las montañas varios unicornios
posaban victoriosamente, ninfas jugaban con los animales, sátiros hacían crecer
plantas con sus flautas, hadas de diferentes colores hechas con luz aparecían y
desparecían. Entonces, uno de estos espíritus de fulgor añil hiso su aparición
frente a los aterrados chicos:
-Bienvenidos, jóvenes creyentes, a
Fambezia, hogar de la magia y sus elementos, yo soy Otira, la guardiana del
futuro – les dijo mi amiga.
Capítulo 4: LAS CELEBRIDADES DE FAMBEZIA
- ¿Qué demonios eres tú? – exclamó Rosé
-Será mejor que no use ese término así,
señorita Peterson. Aquí la palabra demonio significa poder, no grosería ni
insulto – le reprendió Otira
- ¿Cómo sabes mi apellido?
-Lo se casi todo de ustedes.
-Entonces debes ser una clase espíritu
omnisciente. – examinó Alex - ¿Qué eres exactamente?
-Soy un hada, ¿Que no parece?
-La verdad… no
-Joven Magnus, no porque no tenga alas
significa que no lo soy. El concepto es el mismo, sea como sea la criatura.
- ¿Qué hacemos aquí? Y ¿Cómo llegamos?
¿Por qué? – preguntó Zack con la intriga que lo estaba matando.
-Tendrán todas sus respuestas si me
acompañan a ver al rey de Fambezia, fiel sirviente de ustedes, protectores de
la magia.
Todos se quedaron con cara de no
entender nada, pero Jacob y Kristen veían a Alex con una expresión que estaba
entre la decepción y el enojo, sus ojos decían “¿Qué nos ocultas Alex?”.
Cruzaron todo el valle mientras las
criaturas los miraban, las ninfas murmuraban entre si con mirada juzgona, y
todos volteaban a verlos mientras pasaban. Momento incomodo. Del lado derecho
del valle, había unas escaleras que subían hasta la cima de la colina más
pequeña. Este camino llevaba a un castillo que tenía aires de haber salido de
un cuento de hadas: era de un liso color blanco, los techos de las torres en
forma de cono eran de un suave color vino, y varias enredaderas con flores
rosas decoraban algunas ventanas y muros. Se veía hermoso. En la entrada, dos
elfos con armas custodiaban el palacio; a diferencia de otros seres, los elfos
no los vieron como “algo que no sucede todos los días”, si no como si se
encontraran humanos a diario. Entrando, una luminosa estancia con dos tronos en
el fondo los recibía.
-Su majestad los atenderá en un momento
– dijo Otira mientras desaparecía.
- ¿Es todo? ¿Nos dejarás así? ¡No
sabemos cómo tratar con sus majestades! – dijo Kristen a la leve luz que se iba
apagando poco a poco.
En eso, sonaron unas cornetas reales
desde un punto desconocido del interior del castillo:
-Presentando a su alteza real, Aeneas,
rey de Fambezia: hogar de la magia y sus elementos.
Las trompetas prestaron silencio para
dejar hablar al heraldo, pero luego volvieron a sonar mientras un hombre de
aspecto orgulloso aparecía por el lado izquierdo. No era bajo, pero tampoco
alto de estatura; llevaba barba ya algo canosa, al igual que su pelo, vestía un
espléndido traje de tonos rojos y dorados, que la verdad se veía muy estorboso
y pesado.
-Alteza, nosotros… - empezó a hablar
Kristen, pero fue interrumpida por las cornetas que sonaron después de una
pausa de cinco segundos.
-Presentando a su alteza real, la
princesa Tarot. – entonces, del lado derecho, una hermosa chica no mayor que el
grupo hizo su aparición. Tenía la piel casi blanca, unos hermosos ojos
esmeralda, y un largo y lacio pelo del color de la miel dorada.
Esta vez, Kristen aguardó a que ya no
sonaran los instrumentos para hablar:
-Majestad, mi nombre es…
-Ya se cómo te llamas. – cortó el rey –
me lo ha dicho mi consejera.
-Oh – fue la tímida respuesta de Kris.
-Con quien me interesa hablar es con
usted, joven Magnus – dijo como aguardando una respuesta.
-Majestad, primero quisiera que nos
aclarara unas dudas a mis amigos y a mi. - dijo Alex con mucha formalidad y
respeto.
-Adelante – fue lo único que dijo el rey
acomodándose en su silla, posiblemente pensando “esto va para largo”
- ¿Por qué estamos aquí? ¿Esto lo hice
yo? ¿Sabe algo del rio? ¿Qué sucede exactamente?...
Para evitar que el chico hiciera más
preguntas, Aeneas levantó la mano y Alex se calló al instante:
-Bien, parece que usted y yo no vamos a
poder hablar de lo que me importa por ahora. – dijo el monarca algo irritado -
No me corresponde a mi responder todas esas dudas, pero un viejo amigo va a
ayudarlos. – se levantó de su silla a la par de su hija y se arregló la capa;
extendió la mano en señal de invitación para que lo siguieran.
Los chicos se miraron unos a otros,
dudando colectivamente si les convenía avanzar con el rey o no, pero siguieron
a sus altezas por un pasillo construido únicamente de piedras, el cual parecía
eterno hasta que por fin salieron y la luz del sol les bañó la cara. De nuevo
solo pasto plano había frente a ellos; y a unos metros, una torre hecha en su
totalidad de roca gris los esperaba. El rey, la princesa, los seis chicos y dos
guardias reales se metieron a la fría guardia. Las altas y pesadas puertas de
hierro se abrieron rechinando, dejando ver una escena de acción en el ruedo de
arena, donde un gigante calvo y moreno peleaba contra un alto hombre de pelo
algo largo y rubio, cuya faz reflejaba una edad de no más de 40 años. El
gigante combatía con una jabalina, mientras que el fornido hombre con una
espada y un escudo.
El gigante giraba y movía su arma con
mucha agilidad, tanto que el rubio muchas veces tuvo que cubrirse con un
escudo; además, el gran tamaño le daba ventaja al fenómeno. La pelea continuó
con golpes y maniobras de protección, hasta que por fin el guerrero consiguió
derribar al gigante.
-Tauro. – lo llamó Aeneas. El hombre
volteó y retiró su espada del cuello de su oponente que estaba tendido en el
suelo
-Majestad, que agradable sorpresa. –
contestó el varón posicionándose al lado de Aeneas. El tipo era tan alto y
musculoso, que el rey se mostró intimidado.
-Espero que tengas listas buenas
tácticas de guerra para enseñarles a estos jóvenes. – dijo el monarca con un
tono seco.
-Si, alteza, lo tengo todo resuelto. –
dijo el hombre llamado Tauro completamente seguro.
-Bueno – dijo el rey acomodándose una
vez más su atuendo antes de comunicar su despedida. – perfecto, supongo que es
momento de retirarme.
El rey, su hija y sus elfos acompañantes
salieron de la torre dejando al guerrero con los muchachos.
- ¿Escuché mal, o dijo “tácticas de
guerra para enseñar a estos chicos”? – comento Jacob después de una incómoda
pausa.
-Así es. Están aquí por una razón, y es
defender al reino de la mitología. – contestó con orgullo el alto y fornido
hombre.
-Perdón, pero… ¿Qué no para eso hay
orejones con arco y flecha? – dijo Nevel sin el más mínimo respeto.
-Los elfos solo vigilan la seguridad de
los habitantes de Fambezia. Y creo que deberían empezar a dirigirse con más
respeto a los seres que viven por aquí, ya que se quedarán un largo tiempo. –
lo regaño Tauro.
- ¿Largo tiempo? – preguntó Rosé con
alarma.
-Si, ¿Qué guerra dura menos de un año? –
respondió el guerrero con muchísima calma.
- ¡¿Guerra?! – exclamó Ros aún más
preocupada, según su punto de vista, las cosas no podían empeorar.
- ¡No nos quedaremos aquí más de una
semana, señor! – protestó Kristen tan asustada como la otra chica.
-Me temo que sí, señorita. Nadie aprende
a dominar tan rápido la espada. – dijo el hombre con un tono ligeramente
burlón, luego con una voz más seria agregó – Y tampoco es tan sencillo
descifrar los misterios de Fambezia, aunque de echo eso le corresponde al señor
Alexander Magnus.
Eso, justo esas palabras eran las que
Kristen y Jacob necesitaban para estallar, y confirmar que, en efecto, era por
Alex que estaban allí y que se quedaran mucho más de lo que querían; fuera cual
fuera el contexto.
-Así que si estamos aquí por mi culpa. –
susurró Alex cayendo en cuenta al mismo tiempo que Kris y Jacob, algo
preocupado por lo que pasara después.
-Jóvenes, no lo tomen a mal sin conocer
la razón. – los tranquilizó el fuerte pero sensible señor.
-Hablando de eso, ¿Podría respondernos
algunas preguntas? Creo que el rey se refería a usted cuando dijo que un viejo
amigo podría ayudarnos. – comentó Zack, más atento que nadie a lo que sucedía.
-Por supuesto. – dicho esto, el guerrero
de armadura griega se dirigió escaleras arriba; y, viendo que no tenían opción,
los seis chicos lo siguieron hasta el último cuarto en el piso más alto.
-Por cierto, ¿Quién es usted? – preguntó
Rosé algo incomoda, recordando que no conocía bien a nadie de allí.
-Mi nombre es Tauro. Soy un vikingo del
campamento de Arnezia, que le juró lealtad a su majestad, el rey Aeneas hace
mucho tiempo, y le sirvo aquí en la torre de guerra. – todos se quedaron
sorprendidos ante tal respuesta que parecía sacada de una película. Pero ¿Qué
esperaban de un hombre que vivía en el “Reino de la Mitología”? ¿Qué contestara
algo como “soy Tauro, Tau para los amigos”?
-Vaya, usted tiene una historia que
contarnos, señor – dijo Zack.
-La mía no es de la que deben enterarse,
niños. Supongo que querrán saber cómo llegaron aquí, ¿cierto?
-Si, por favor. - dijo Rosé con mucha
impaciencia de encontrar respuestas.
-Entonces, pasen – dijo Tauro abriendo una
puerta, invitándolos a la habitación.
Capítulo 5: UNA LARGA HISTORIA
Entraron en una estancia reducida pero
bien iluminada; no había más que una ventana por donde entraba el sol, una mesa
redonda repleta de cosas y una puerta a la derecha de madera y metal que
parecía bastante pesada. Justo en medio del escritorio, rodeado de mapas,
cartas y dibujos en papiro, había un ancho libro azul; llamaba la atención el
símbolo que tenía, un círculo dorado formado por diferentes figuras: un
octágono, un barco, un hada, una pirámide y una calavera.
- ¿Me repiten su edad? – dijo Tauro
mientras todos se colocaban alrededor de la mesa.
-Dieciséis años. – dijo Alex. Su voz
parecía normal, pero para quienes más lo conocían, era señal de que estaba
asustado. Entonces Kristen tuvo un poco de compasión por él y se colocó a su
lado para acompañarlo en un momento que sería difícil para él y para todos.
- ¿Sabían que su historia comenzó antes
de su nacimiento? – dijo entonces el vikingo para dar inicio al relato. Los
chicos intercambiaron miradas como preguntándose si tenían que responder, pero
nadie dijo nada. – Fambezia fue fundada hace no mucho por personas como
ustedes, creyentes de la magia…
-Perdón por interrumpirlo, pero nosotros
teníamos una vida normal y no creíamos en las hadas; creo que tiene al grupo
equivocado. – dijo Nevel sin paciencia restante.
-Nevel Marshall, deje que continue para
aclararles sus dudas. – Después de una breve pausa en la que Tauro y el chico
intercambiaron miradas irritadas, el vikingo continuó.
-Todo comenzó varios años antes de
Cristo; las civilizaciones griega, romana, egipcia, mesoamericana y nórdica
comenzaron a formularse preguntas sobre todo lo que les rodeaba, tenían más
creatividad de la que muestran las fuentes históricas, y eran muy inteligentes.
Fue así como empezaron a surgir las dudas sobre quien creo el universo, y de
ese modo, iniciaron a crearse dioses, uno por cada cosa o fenómeno que
consideraban divino. Con base en ellos, también se fueron formando leyendas que
explicaban situaciones cotidianas; es allí donde entramos nosotros, las
criaturas místicas. Se decía, por ejemplo, que las hadas y sus dones eran las
responsables de los cambios de estación y controlaban la naturaleza o parte de
ella. Muchos de nosotros fuimos reales, pero después de un tiempo desparecimos
y solo existimos para contar historias de antaño. Criaturas como los krakens,
fueron reales y atormentaron a los marineros durante siglos, pero debido a la
falta de comida se extinguieron. La cultura vikinga cayó cuando otros vinieron
a gobernarnos, pero mi nombre se utilizó para contar leyendas inspiradas en un
hombre fuerte que amó contra viento y marea; por eso estoy aquí, porque al ser
el hombre más fuerte, me convertí en el protector de Fambezia…
-Estoy confundida – dijo Rosé – ¿son los
elfos, o es usted, o somos nosotros los protectores de Fambezia?
-Me alegra que este atenta, Rosé
Peterson. – dijo Tauro ante la sorpresa de la chica, que creyó no estar
entendiendo absolutamente nada. – los elfos cuidan el interior de Fambezia,
controlan el equilibrio de la magia y la paz dentro del pueblo, yo lo defiendo
de enemigos externos como criaturas de otras sociedades, y ustedes de un
enemigo todavía más poderoso contra el que ningún ser mitológico puede luchar.
- ¿Así que hay más pueblos llenos de
animalitos mágicos?
-Así es, Jacob Carol, son cinco pueblos
en total. – mientras decía esto, Tauro buscaba un mapa, y cuando al fin lo
encontró, lo extendió sobre la mesa y todos se acercaron a mirarlo, pues les
iba a señalar cada uno, – Fambezia, Arnezia, Turtón, Alerías y Jenastras. De
dos de ellos somos enemigos, y he luchado contra sus guerreros más fuertes,
pero todos nos unimos en una sola alianza cuando se trata de pelear contra un
enemigo en común, nuestro rival más fuerte. La unión entre pueblos es una
virtud con la que nos formó nuestro creador.
- ¿Quién los creo? Y ¿Cuál es su enemigo
en común? – preguntó Kristen con una curiosidad tan grande y nueva en ella que
a todos sorprendió.
-El fundador de nuestra realidad alterna
fue Alejandro Magno, creo que saben quién fue.
-Fue un líder militar de la antigua
Grecia ¿No? - Dijo Alex. Curiosamente, era lo único de lo que se acordaba de
sus clases de historia.
-Me alegra que no lo hayas olvidado,
Alex. – le respondió Tauro con una mirada que combinaba el orgullo con la
tristeza. De nuevo, nadie entendió nada, y comprendieron que lo mejor era dejar
que el relato acabara.
-Alejandro Magno fue un líder griego muy
inteligente, con una gran habilidad para el gobierno y las armas, pero
especialmente, una gran imaginación. Adoraba mucho a sus dioses, y respetaba a
las criaturas mitológicas a tal nivel de hacerles un hogar ficticio, una
realidad en donde pudieran vivir a salvo y seguir existiendo a pesar de que
lógica los extinguiera poco a poco. De allí que nuestro enemigo común sea la
ciencia, aquí conocido como “Bruma extintora”
Hubo un gran silencio. Tauro parecía
esperar una reacción u otra pregunta del grupo. Los adolescentes, por su parte,
estaban analizando toda la información. Por fin, Jacob habló:
-De acuerdo, nos ha dado muchos datos
que al parecer van a ser importantes, pero faltan algunas dudas por aclarar…
-Si… - dijo Tauro, aguardando las
preguntas
- ¿Por qué el perezoso no nos siguió
hasta acá? ¿Ustedes lo detuvieron?
-A los alrededores de las cinco
civilizaciones existen rondando criaturas sin origen definido, pero las hadas
para protegernos crearon una barrera que cubre a cada pueblo para que no nos
puedan atacar. Aunque en el hipotético caso de que la barrera se rompiera,
estaremos listos para defendernos. ¿Alguna otra pregunta?
-En realidad son varias… para empezar
¿Qué se supone que vamos a hacer nosotros aquí? ¿Quién o que nos trajo? – dijo
Zack dándose cuenta de que realmente esa era la única respuesta que estaban
buscando y la única que no les habían dado.
-Y ¿Qué tiene que ver Alex con todo
esto? – dijo Kristen algo preocupada. Pero su inquietud fue muy evidente, así
que cambió de tono. – digo… porque parece el protagonista de todo esto.
-Me sorprende que no haya entendido
todavía, Kristen, aun con todo lo que les expliqué. – se detuvo un instante
para ver qué hacía Kristen, y como no hubo más respuesta de la chica que un
enrojecimiento de la cara por la vergüenza, Tauro suspiró e intentó iniciar
desde cero – tal vez debería explicarlo más a fondo. Alejandro Magno creó una
realidad alterna para nosotros, los seres místicos, y este lugar nos ha estado
protegiendo cuando la lógica afuera asegura que no existimos. Pero Magno no iba
a vivir para siempre, por lo tanto, dejó sucesores, los cuales tampoco son
eternos, así que cambian con el tiempo, y usted, Alexander Magnus, verdadero
creyente de la magia, es el nuevo sucesor de Alejandro Magno, gobernante y
protector de nuestro mundo.
La sorpresa de los chicos fue exagerada,
mostrando una mirada de estupefacción tan real, que no tenía precio.
- ¡¿O sea que siempre estuviste
interesado en esto y nunca nos dijiste nada?! – le reclamó Rosé a Alex con un
tono de voz verdaderamente molesto.
-Yo… - empezó a decir Alex, pero incluso
a él le había tomado por sorpresa aquel suceso, no sabía cómo actuar
- ¿Por qué crees que tendría la
confianza de decirles a ustedes, querida? Solo se lo confió a sus mejores
amigos. – dijo Kristen, fastidiada por la forma en la que Ros le habló a su
amigo, aun sabiendo que ella se había dirigido de peores formas hacia Alex.
-No lo sé, ¡¿Quizá porque lo conocemos
desde la secundaria?! - protestó Zack.
-Bueno, y en todo caso ¡¿Qué hacemos
nosotros aquí?! – se quejó Jacob.
-Calma jóvenes. – exclamó Tauro al ver
que sus supuestos héroes no estaban dispuestos. – el rio de su mundo es algo
normal para las personas comunes, pero ustedes son especiales, para ustedes es
distinto. Los trajo aquí a los seis porque todos son parte importante de esto.
Cuando los identificó los transportó, los necesitamos.
- ¿De qué forma? – preguntó Zack.
-Para formar nuestro mundo, Alejandro
Magno ocupó ocho elementos espirituales que se reencarnaron en ustedes. Pero lo
curioso es, que solo seis están aquí, los otros no han podido ser identificados
en mucho tiempo, y es necesario que ustedes los encuentren, ya que solo así nuestro
mundo estará totalmente seguro para siempre. – hizo una pausa para mirar a la
ventana, el atardecer había llegado más rápido de lo normal. – pero ya es
tarde, mañana seguiremos con esto y empezaremos con su entrenamiento para ir a
la búsqueda. Mientras tanto es hora de dormir, les mostraré sus habitaciones.
-Alto, no. – dijo Jacob. – de verdad
cree que estamos dispuestos a todo esto ¿no? Cree que después de contarnos una
larga historia de la que “formamos parte” vamos a ser los héroes que usted
quiere ¿Qué le hace pensar que vamos a querer participar así de fácil? ¿Qué le
hace pensar que ya estamos convencidos?
- ¿Disculpe, señor? – dijo Tauro
bastante indignado.
-Chicos, piénsenlo, ¿de verdad debemos
hacer todo eso? – Jacob se volvió a sus compañeros. – es decir, no nos pueden
obligar. Nada de esto nos lo teníamos planeado, yo sigo intentando creer que es
un sueño ¿vamos a dejar que hagan con nosotros lo que quieran? Porque para eso
nos buscaron, para tratarnos de sus marionetas y que entreguemos nuestras vidas
por un mundo que ni si quiera nos pertenece ni formamos parte del él. Quizá
parezca que en nosotros hay un aire de esperanza y de poder, pero realmente de
nosotros depende de si queremos ayudarlos o no. Entonces ¿por qué estamos
cediendo así de fácil? ¿por qué nos interesamos tanto en esto si sabemos que no
nos afecta?
El grupo se quedó callado, pensando en
cuanta verdad tenía el argumento de Jacob. Unas horas antes, eran estudiantes
trabajando en un proyecto escolar como cualquier adolescente normal de su edad;
y de un momento para otro, eran los únicos que podían salvar un mundo entero;
obviamente no estaban preparados para recibir una noticia así, y mucho menos
para acceder a todo lo que ese título conllevaba ¿realmente valía la pena
sacrificarse por ellos?
A pesar de la falta de comprensión que
mostraron los chicos, Tauro les tuvo mucha paciencia, y en lugar de arremeter
contra Jacob ante tal comentario, decidió hacer lo posible para que no se
negaran a ayudarlos:
-Me parece que no ha entendido nada,
Jacob… – le dijo bastante decepcionado de que su larga y elaborada explicación
no fuera entendible para todos. Estaba a punto de hablar de nuevo, pero alguien
más lo hiso por él.
-La única forma de que salgamos de aquí es
terminando las misiones o lo que nos pongan a hacer. – dijo Nevel que había
permanecido callado. Luego observó a sus compañeros, desilusionados de haber
entendido lo más importante hasta ese momento – si no lo vamos a hacer por este
mundo, hagámoslo al menos por el nuestro. Queremos regresar a nuestra casa, ¿no
es cierto? Con berrinches y quejas no vamos a lograr que nos devuelvan.
-Una parte es correcta, Nevel. –
confirmó Tauro. – la única forma de que la magia los devuelva a donde
pertenecen, es que terminen lo que tienen predispuesto a cumplir. No estoy muy
de acuerdo con que lo hagan solo por ustedes; deberían ser empáticos y ponerse
en nuestro lugar, ¿Qué no harían porque su mundo estuviera a salvo? Por favor,
deben entender nuestra desesperación al pedirles que se queden y que nos
ayuden. Somos criaturas poderosas, y nosotros mismos podríamos hacerlo si en
nuestras manos estuviera, pero no es así, ustedes son los únicos que tienen el
poder para alejarnos de nuestro enemigo. Nuestras esperanzas están puestas en
ustedes.
Tauro parecía tan triste y desesperado
al decir aquello, que a los chicos se les ablandó un poco en corazón. Aun no
estaban del todo convencidos de querer ayudar, pero si era la única forma de
regresar a Chicago, lo aceptarían.
-Bueno. – cortó el vikingo al ver que se
estaba mostrando débil, tenía que ser un ejemplo de fuerza para ellos, ya que
lo que se venía no iba a ser fácil – ¿Qué harán, muchachos?
Los chicos se miraron entre sí. Nadie
dijo nada, pero al final todos asintieron con la cabeza, concluyendo que, en
efecto, todos se arriesgarían porque se trataba de asegurar dos mundos.
-Supongo que lo tenemos que intentar; es
por el bien de todos. – dijo Alex y Tauro sonrió con alivio.
-Bien, pues si ya no hay más preguntas
ni comentarios, creo que están listos para continuar, acompáñenme por aquí. – y
Tauro salió de la habitación, incitando a que lo siguieran.
-Vamos. – dijo Alex a sus nerviosos y
preocupados compañeros. – hay que tratar de ayudarlos, puede que después le
agarremos gusto a esto.
-Es fácil para ti decirlo. – le contestó
Zack caminando hacia la puerta. – tu esperabas que llegara este momento.
Capítulo 6: ENTRENAMIENTO ELEMENTAL
En lugar de ir hacia las habitaciones,
siguieron a Tauro hasta el patio redondo de la torre de piedra. El ruedo de
arena en el que antes hubo batalla estaba completamente vacío; el gigante se
había marchado, y ahora la arena de combate parecía la de una hermosa playa,
serena y blanca.
Tauro tomo un cofre dorado que brillo
mucho cuando se expuso al brillo plateado de la noche: -Aquí se han guardado
las insignias que simbolizan a cada elemento. – dijo el vikingo abriendo el
cofre.
Los chicos no pudieron ver lo que la
caja tenía dentro, era como si todo fuera sorpresa, o les estuvieran ocultando
algo más.
-Rosé Peterson, tu simbolizas el
optimismo. Tienes energía dentro de ti, tú eres quien ilumina, la que mueve al
grupo. – y le entrego, una insignia con forma de rayo plateado. Ros contempló
lo que tenía en sus manos, nunca hubiera imaginado
que ella sería la más positiva del grupo
- Zack Byrne, usted es el fuerte, el que resiste por todos; pero en especial,
el que ve fuerza en los demás. – dijo mientras le daba la silueta de un león
dorado. – Nevel Marshall, la inteligencia se reencarnó en ti, se requiere de
ella para que las criaturas puedan coexistir juntas. – al mismo tiempo que
hablaba le acercó la insignia con forma de hoja hecha con jade. – Jacob Carol,
la lealtad y la amistad son tus principales características, eres tú el que se
preocupa por los demás y el que se encargará de que la paz brote en este mundo.
- un corazón de rubí fue la insignia de Jacob. – Kristen Maxwell, la
creatividad se apoderó de ti, serás indispensable en esta misión para pensar
como lo haría la fantasía; tú serás la que proponga las mejores soluciones a
los dilemas. – dicho esto, Tauro le entregó una estrella cuyo metal fue el
diamante. – y, por último, pero jamás menos importante, Alexander Magnus, el
liderazgo está en ti; tu eres el que guiará al equipo y luchará por nuestros mundos.
– la insignia de Alex tenía la forma de una espada, hecha de cobre resistente.
Todos contemplaron sus elementos. Cuando
se colocaron las insignias en el pecho, sintieron lo último que esperaban en
ese lugar: valor y pasión, era como si al colocarse aquellas insignias,
estuvieran aceptando ser parte de ese mundo y salvarlo a toda costa.
-El séptimo elemento no ha sido
descubierto, pero mañana empezaremos su entrenamiento para ir en busca de él.
Por lo mientras vayan a dormir, busquen la puerta con su signo y pasen allí la
noche. – dijo su entrenador al término de la sesión.
- ¿No había dicho que existían ocho
elementos? ¿Qué pasa con el último? – preguntó Zack.
-Esa respuesta es parte de lo que van a
buscar en la primera misión, temo que no puedo responderlo ahora. – le contestó
el vikingo muy firmemente.
Con estas indicaciones, los seis jóvenes
se fueron a descansar, cada uno en su dormitorio, todos con sus mentes
inquietas, pero Alex fue el único que no pudo dormir en toda la noche. Para
empezar, su cuarto parecía el de un príncipe griego; en una pared había un
estante con pergaminos, en otra, una tabla con armas muy superficiales, la
ventana completamente descubierta dejaba entrar ruidos fastidiosos; pero, sobre
todo, sus pensamientos le mareaban la cabeza. Él era un líder, él era la causa
de que estuvieran ahí, y de cierta forma, de ahora en adelante, todo dependía
de él. Si no lograban salir, la culpa seria de Alexander Magnus.
Kris tampoco durmió muy bien. Reflexionó
sobre lo dura que había sido con Alex, y pensó en cómo pedirle perdón al día
siguiente. Su cuarto era bonito, pero podía ser abrumador; había esculturas
griegas, las paredes estaban cubiertas de jeroglíficos, pinturas y planos,
desde su ventana se veían nada más que estrellas.
Jacob se sentó junto a la ventana
pensando en lo que había pasado y en lo vendría a continuación, y llegó a la
conclusión de que, en lo profundo, nunca había valorado lo suficiente a Alex, y
sus cualidades que lo hicieron único desde antes de su nacimiento. ¿Quién hubiera
dicho años atrás cuando lo conoció, que él sería el dueño y creador de todo un
mundo? Miró a su alrededor, su habitación era una colección de pinturas; en un
muro, una pintura representaba una escena de romance de una leyenda azteca; en
otra, se veían ocho jóvenes luchando codo a codo en medio de una espesa nube
gris; y una última era una representación de Psique cumpliendo las pruebas de
Afrodita para estar con Cupido. Se detuvo en esa última, y se recordó lo poco
que había luchado por lo que quería, llevaban años juntos y muy poca
oportunidad había tenido hasta ese momento. Se juró a sí mismo, con la mirada
puesta en Psique, que haría lo posible por demostrarse un héroe.
Nevel fue el que mejor durmió. Tardó
unas horas en asimilar todo, pero al final terminó aceptando su trabajo como
“el cerebro del grupo”, y se propuso hacer lo que fuera necesario para lograr
salir de esa locura, aunque eso significara tener que dormir en su cuarto, un
auténtico salón de clases, donde había mapas, pizarrones, y constelaciones a lo
largo de todo su techo.
Zack no estaba seguro de si realmente
era él la reencarnación de la fuerza. Tampoco logró dormir al instante; tenía
sueño, pero quizá su habitación era mucho para él. Había armas por todos lados,
y sus paredes estaban adornadas con pinturas que representaban a héroes y
dioses de la mitología.
Rosé calló dormida rápidamente, pero se
despertaba muy seguido, cada vez con un nuevo pensamiento, estaba asustada. Su
habitación no era distinta a las demás, gozaba de pinturas que mostraban
energía, alegría. Además, había varios artefactos extraños, y no tardó en
descubrir que su objetivo era producir luz en diferentes formas. Vaya indirecta
para ella, un triste recordatorio de que lo único que tenía que hacer dentro de
ese equipo no era lo suyo.
Todos trataron de dormir, pero nadie
amaneció con fuerzas ni actitud suficiente para el día siguiente. Aun así, se
reunieron temprano en el ruedo para su primer entrenamiento.
-Muy bien jóvenes, empezaremos desde
hoy. No debemos tardarnos mucho, porque el rey Aeneas ordenó que la búsqueda
iniciara lo más pronto posible. Para iniciar, les voy a hacer un examen. Tomen
el arma que gusten, comenzarán todos contra mí.
Los chicos obedecieron. Alex tomó una
espada, Jacob una jabalina, Kristen una lanza, Zack algo que parecía un hacha,
Nevel un martillo gigante, Rosé un arco y Tauro solo un escudo. El entrenador
dio la señal y todos se abalanzaron contra él, pero en cuanto llegaban a
atacar, Tauro los mandaba lejos. El primero fue Nevel, esquivó el escudo del
maestro y lo golpeó en su casco vikingo, pero como reacción Tauro lo empujó y
Nevel salió volando. Después llegó Zack por sorpresa del otro lado y clavó su
hacha en el escudo de su oponente, de modo que ya no mudo sacarla y lo hicieron
retroceder con un empujón. Kristen fue la siguiente peleando con el entrenador;
con su lanza le dio varios golpes al escudo y las extremidades de Tauro, pero
se tropezó con su propia arma y cayó haciendo que sus lentes rodaran por la
arena. Zack y Nevel ya se habían recuperado y, junto con Jacob, lograron
acorralar a Tauro, uno por cada lado mientras lo amenazaban con sus armas. Alex
por fin se metió al combate; el entrenador supo que había llegado el momento,
dio un pisotón en el suelo y los chicos que lo rodeaban cayeron de espaldas,
arrancó el hacha que tenía en su escudo y se dispuso a la batalla con Alex.
Tauro lanzaba golpes maestros, Alex solo se defendía con la hoja de su espada, y
cuando veía la oportunidad, daba uno que otro rasguño a la piel de su oponente.
Rosé estaba alterada, todos sus
compañeros se encontraban tirados y ella no sabía qué hacer con lo que tenía,
le ganaba el miedo de ser fácilmente la siguiente en el suelo. Finalmente,
Tauro consiguió que Alex también cayera, y por el susto, Ros dejó que se le
fuera una flecha del arco y se dirigiera en línea recta al pecho del profesor
de combate. De no ser por la armadura que portaba, la flecha le hubiera llegado
al corazón de Tauro.
-Usted realmente quiere matarme,
señorita Rosé ¿Cómo lo hizo? ¿Ya practicaba el tiro con arco? – dijo el vikingo
con satisfacción de ver que casi lo mataban.
-No… en realidad no tengo idea de lo que
pasó. – dijo Rosé todavía incrédula.
-Esos son reflejos de guerrero. Su
talento empieza a manifestarse en usted.
Rosé solo bajó el arco asintiendo con la
cabeza.
-Muy bien, muchachos, es hora del
desayuno, después continuaremos. Acompáñenme afuera, las hadas les han
preparado su primer festín. – anunció Tauro para alivió de todos, estaban
hambrientos.
Salieron a la parte trasera de la torre,
donde una gran mesa de madera estaba puesta para ellos; las hadas volaban con
gracia de un lado a otro llevando charolas con alimentos.
- ¿Toda esta comida es para nosotros? –
preguntó Zack saboreando lo que tenía en frente.
-Así es, ¿Es demasiado?
-No, es suficiente, señor Tauro.
Gracias. – dijo Alex sentándose a la mesa junto con Kristen y Jacob.
-Me alegra. Entonces, buen provecho. –
dijo Tauro mientras se daba media vuelta.
- ¡Esperé! – le gritó Rosé - ¿Usted no
va a comer?
-Yo tengo el privilegio de comer junto a
sus majestades. – fue la alegre respuesta del vikingo. Luego se retiró para
dejar que los adolescentes engulleran todo.
Los chicos se acabaron casi todo lo que
había en la mesa, no habían comido nada en más de doce horas, y el bufé que las
hadas habían preparado para ellos estaba delicioso; nunca habían probado
ninguno de esos alimentos, pero con hambre no dudaron ni un segundo en tomar
absolutamente todo.
Capítulo 7: FUERTES Y DEBILIDADES
Tauro dedicaba una semana entera para
enseñarles a dominar cada una de las armas que los chicos usarían en sus
misiones. Lo primero fue lanza; era complicado, pero al final todos lograron
manejarla bien, sin embargo, la estrella de esa clase fue Kristen, movía la
herramienta con mucha agilidad, y logró hacer maniobras difíciles que los demás
no habían entendido.
-Felicidades, nena. – le dijo Jacob al
final del día.
-Se que me crees débil, pero mira que sé
manejar un arma mejor que tú. – respondió Kristen para callar sus burlas.
-Claro, siéntete orgullosa de eso,
porque es lo único en lo que vas a ser mejor que yo.
Después tocó combate cercano, empezando
con hacha y martillo gigante. Las armas eran muy pesadas, así que se requería
mucha fuerza para cargarlas, y aunque en eso no tuvieron problema los hombres,
las chicas terminaron demasiado cansadas como para jugar con ellos más tarde.
- ¿Qué tal si practicamos un poco, Alex?
– dijo Zack tomando de nuevo el hacha con la que había estado entrenando.
-Claro, veamos quien puede más.
Los golpes de hacha con hacha resonaban
en todo el ruedo, Alex y Zack chocaban sus armas demostrando que su habilidad
era grande. Sin embargo, después de unos minutos jugando, Alex terminó en el
suelo, completamente cansado.
-No es justo. – le dijo riendo con el
sudor resbalándole por la cara. – tu eres la fuerza, a ti no te pesan las
armas.
-Claro, como diría Tauro “mi talento se
está manifestando en mi” – dijo Zack imitando la voz de su maestro.
Todos soltaron la carcajada.
A la semana siguiente, Tauro empezó con
clases de esgrima, y cuando sus aprendices tenían los conocimientos base,
ordenó que cada uno tuviera una pareja para aprender a pelear contra otra
persona. Rosé hacia dueto con Nevel, y entre todos los estudiantes, ella
parecía no haber aprendido nada, la espada se le caía continuamente, hacia los
movimientos al lado equivocado y muchas veces estuvo a punto de ser lastimada
por mano de su compañero al no saber protegerse.
- ¿Qué pasa, Ros? Yo sé que tú puedes. –
le susurraba Nevel cada que cometía un error.
Pero nunca mejoró, entre todas las
herramientas de combate, era la que más coordinación requería, y
lastimosamente, Rosé carecía de eso.
Al final de la semana, Tauro felicitó
públicamente a Alex, quien había demostrado que la espada era lo suyo, y que
sin duda esa sería el arma con la que el protagonista lucharía.
-Es increíble el talento que usted
tiene, Alex Magnus. Me alegra que pueda manejar tan fácilmente la espada, es
algo que todo líder desea, ya que eso les suele ayudar mucho en las batallas.
Alejandro Magno le ha heredado el poder, no lo use para el mal ¿De acuerdo?
-Está bien, creo que no soy capaz de
aprovecharme de mi mismo. – respondió Alex con una sonrisa.
Rosé ya no aguantaba otro segundo más en
la torre. Salió directo al campo de flores bajando la colina. Trataba de
recordarse que lo hacía por su bien, que todo valdría la pena para no morir en
medio de una pelea. Enfrente de ella, un enorme valle la tentaba a escapar.
Tauro notó su ausencia y salió a
buscarla, necesitaba hacerla entender algo, pero sería difícil conociendo su
temperamento. Cuando la encontró, se acercó lentamente, pero era imposible no
sentir su presencia.
-Nos pone a entrenar, pero… ¿Para qué
exactamente? Jamás pensé que esto existiera, estaba muy asustada cuando llegué
aquí, y luego usted nos dice sin más que somos parte importante de este mundo
¿Qué esperaba de nosotros… qué esperaba de mi si desde un inicio no estaba
dispuesta? – comenzó Rosé una vez que Tauro se puso justo al lado de ella.
-Este mundo no es tan ajeno a usted,
Rosé, tiene sus raíces aquí.
La chica no respondió nada, solo se
quedó mirando al frente como había estado haciendo desde antes de que llegara
Tauro.
- ¿Sabe? No es tan diferente a la
primera persona que reencarnó el optimismo, ambas esforzándose mucho, más de lo
que necesitan.
- ¿La magia siempre ha escogido a
humanos para reencarnar a los elementos?
-No, al principio la humanidad no fue
necesaria; el poder de los seres mitológicos era suficiente para vencer a la
bruma, pero con el tiempo ha crecido más, entonces la magia los empezó a buscar
a ustedes porque son los que saben convivir con la ciencia, lo hacen todos los
días.
-Se que tal vez fue un reflejo o un
accidente, pero… ¿por qué pude ser tan exacta con el arco y con la espada no?
-Porque su fuerte es el tiro a la
lejanía y la precisión, no el combate físico. Puede desarrollarlo, pero tirar
con arco usted lo puede hacer hasta dormida. Yo veo en mis estudiantes lo que
los hace fallar y qué los fortalece dentro y fuera de la guerra.
-Supongo que ha entrenado a todos los
que reencarnan los elementos ¿no?
-Así es. Me enorgullece lo que logran,
porque siempre terminan salvándonos al precio que sea, aunque presiento que
pasará algo diferente con ustedes.
- ¿Por qué? ¿Enserio nos vemos tan mal?
Tauro se rio.
-Nunca dije que me terminarían
decepcionando, pero los veo y noto que son muy diferentes a las generaciones
pasadas.
- ¿En qué?
-En que es más fácil conectar con
ustedes. Me he llevado bien con todos mis discípulos, pero ustedes aún son
niños, se abren con más facilidad. Por lo general me cuesta trabajo entender a
los jóvenes que reencarnan a los elementos, y por eso al final descubro muchas
cosas que de haber sabido antes, les hubiera evitado desgracias.
-Entonces ¿Esto implica muertes
constantes?
-En la mayoría de los casos. Aunque no
tiene por qué preocuparse si está preparada para sobrevivir.
-Uf, no veo eso cercano a mí.
-No sea tan negativa, solo es cuestión
de práctica.
- ¿Le duele cuando mueren? Porque al
parecer usted es eterno.
-Uno se acostumbra, pero creo que si me
gustaría verlos vivir una vida plena después de su servicio. Muchos terminan en
muy mal estado. No precisamente muertos, pero si muy mal.
-De eso tengo miedo. – susurro la chica.
– Si se muere, pues simplemente pasa y ya, no tendrás que vivir más. En cambio,
si se sobrevive, los recuerdos y las experiencias te perseguirán hasta matarte.
Es en estas situaciones cuando prefiero morir, y quizá por eso mi cuerpo no
esta reaccionando a las armas: prefiere desaparecer a vivir con dolor.
-Entiendo. Pero en este mundo las cosas
son diferentes. Aun muerto tienes memoria.
Nadie volvió a comentar nada en un rato,
solo estaban contemplando el paisaje, y en el caso de Tauro, buscaba las
palabras correctas para dirigirse a la chica nuevamente.
-No debe sentirse mal por fallar en una
práctica, Rosé, creo que ya le he dicho suficiente como para que entienda una
cosa: la magia te escoge por tus virtudes, y ella es la que te da el talento
para algo. Formar parte de este equipo es como armar un rompecabezas, todas las
piezas son importantes, pero cada una es diferente y cada una tiene su lugar y
su momento ideal para encajar. Se que no hace esto por mi mundo, pero cada que
se encuentre en una situación así, piense en sus compañeros, ellos la necesitan
para poder terminar esto, y usted también va a necesitarse a sí misma.
-Si vamos a quedarnos aquí un largo
tiempo, empezaré a tratarlo como amigo y no como maestro. – le dijo Rosé con un
tono más amigable, al parecer esa charla le había ablandado el corazón.
-Estoy de acuerdo. - dijo Tauro con una
sonrisa al ver que había logrado conectar con su alumna. – tienes más potencial
del que tú crees, Rosé Peterson, te lo digo para que descubras lo que vales,
fuera de que seas un elemento.
Pasaron varios días de entrenamiento,
cada vez más difíciles e intensivos. Después de espada continuó tiro a la
distancia. Jacob, Nevel y Rosé presentaron mucha destreza en esto, cada uno con
algo diferente, pero su puntería era tan precisa, que pronto lograron dominar
arco, ballesta, resortera y dagas a la perfección.
Ocurrieron así otras semanas; los
muchachos se volvían cada vez más buenos y tenían más confianza en sí mismos,
pronto empezaron a ver a Tauro como su amigo, confidente y compañero, tal como
había dicho Rosé, ya no eran solo entrenador y alumnos. A veces incluso bajaban
al valle y se divertían con las criaturas, fue así como comenzaron a hablar más
con Otira.
En poco tiempo, cada uno desarrolló los
talentos que su elemento les brindaba, y a pesar de que seguían teniendo
fuertes y debilidades, ahora aprovechaban eso y lo veían como una oportunidad
de salir adelante como equipo, completándose unos a otros.
Un buen avance para el grupo que en un
inicio no quería hacer nada.
Capítulo 8: REALES SECRETOS
- ¿Cómo observas su avance? – dijo
Aeneas una vez que estuvo solo con Tauro en el palacio.
-Es su primer mes de entrenamiento,
señor, me temo que aún es bajo.
-Pero supongo que ya pueden defender al
reino ¿no?
-Majestad, para enfrentar a la bruma se
necesitan más que armas, y el tiempo que llevo con ellos me ha servido para
darme cuenta de que les costará trabajo identificar su escudo.
- ¿Cuánto crees que te tardes en
enseñarles?
-Trataré de no mucho.
-El problema es que ya no hay tiempo,
Tauro. La bruma crece día con día y ellos son los únicos que pueden detenerla.
Mientras más tarden en aprender, menos tiempo quedará. Sabes cuanto perdimos
solamente en identificarlos y traerlos.
-Lo sé, pero son adolescentes, eso nunca
había pasado, siempre son mayores de veinte años…
-Otra cosa que nos complicará todo…
-Tendré que emplear nuevas técnicas con
ellos.
-Lo que vayas a hacer, hazlo ya.
Mientras más pronto emprendan la búsqueda de ese elemento, mejor.
-Procuraré que sea así, alteza.
-Ma te vale. Porque si continúas
aplazando la fecha para mandarlos a la misión, yo aplazaré la flecha para
entregarte tu recompensa.
Tauro se retiró del palacio, y caminó
lento hacia la torre donde los estudiantes lo esperaban para más lecciones de
combate. Las últimas palabras del rey penetraron en lo más profundo de su alma,
dejando ver cuál era su debilidad, lo dejaron pensando en lo que realmente
quería, lo que los nuevos alumnos le recordaban. Y así, entrando en el ruedo,
los vio más orgulloso que nunca en esas semanas.
Unos días después, cuando había
finalizado la ultima hora de entrenamiento, los chicos se encontraban hablando
en el ruedo sobre todo lo que habían experimentado esos meses en Fambezia. Se
dieron cuenta de que se estaban concentrando demasiado en entrenar para poder
irse, y ya ni si quiera tenían tiempo para ellos.
-Deberíamos recordar lo que realmente
somos. – dijo Jacob.
- ¿A qué te refieres?
-Vamos, las lecciones nos mantienen muy
ocupados como para volver a jugar como los adolescentes que somos.
-Ciertamente ya no podemos hacer las
travesuras que solíamos hacer en el mundo real, pero es porque tenemos que
tomarnos estas cosas enserio si queremos regresar. – dijo Zack – aunque sería
bueno que nos relajemos un poco. ¿Qué tienes en mente, Jacob?
- Yo digo que exploremos el palacio,
quizá nos podamos encontrar a sus altezas y charlar un poco con ellos; después
de todo, no los hemos vuelto a ver desde la fría bienvenida que nos ofrecieron.
Nos la pasamos aprendiendo a sobrevivir en el campo de batalla para salvarlos y
ni si quiera nos visitan para darnos las gracias o apoyarnos.
-Jacob, por favor, la última vez que
fuimos a explorar acabamos metidos en un lio enorme. – le advirtió Kristen,
pero en el fondo ella también sabía que las consecuencias no podían ser tan
graves, tomando en cuenta que el rey no podía encarcelar a sus salvadores que
estaban a punto de irse a la primera misión.
-Su majestad no sale mucho del castillo,
es probable que lo encontremos, y… esta todo rodeado de elfos, será difícil que
nos dejen entrar. – dijo Nevel recordando a la guardia que conocieron el primer
día cuando llegaron al palacio.
-Oí que el rey Aeneas y Tauro habían
salido al bosque al Bosque Negro con la escolta real, así que supongo que
estará despejado – argumentó Jacob.
- ¿Qué me dices de la princesa? – dijo
Rosé. – es tan delicada, dudo que haya salido con su padre sin su propia
guardia.
-En todo caso estará en su alcoba ¿no?
Vamos, chicos, ¿qué puede pasar?
-Yo creo que en realidad nada, Jacob
tiene razón – dijo Alex. – sabemos perfectamente que las reuniones de su alteza
con Tauro duran eternidades, tendremos tiempo de sobra para ir y venir. Vamos
al palacio, exploremos un poco; después de todo, tenemos derecho a conocer el
lugar donde están decidiendo nuestro futuro.
-El líder a la orden para el desorden. –
suspiró Kristen – vayan ustedes, yo me quedaré.
-Ven, Kris ¿Hace cuanto no hacemos algo
así?
-Yo hace mucho, prefiero dejarlo así…
-Déjala, Jacob. – dijo Zack a punto de
salir de la torre. – ella puede estar atenta por si viene alguien.
Kristen se quedó sola en el ruedo,
mientras que Zack, Nevel, Rosé, Alex y Jacob se dirigían al castillo.
Ciertamente, estaba vacío y completamente silencioso, casi abandonado; sin la
presencia de los monarcas y la guardia.
- ¿Qué de peligroso habrá en el Bosque
Negro para que el rey se llevara a toda su guardia? – se preguntó Nevel.
-Mejor no saberlo… - dijo Rosé.
En el primer piso no había mucho que
ver, así que subieron para explorar la planta alta. Se encontraron muchas
puertas, la mayoría estaban cerradas, así que no las exploraron todas, pero
pudieron entrar a la cocina y al comedor real, donde los chicos entraron a
comer manjares que no habían probado en su vida, ni si quiera en los fabulosos
desayunos que tenían. Pero Zack no comió nada, al parecer fue al castillo a
otra cosa.
Salió del comedor, y pudo ver a la
princesa que bajaba las escaleras con dos mujeres.
-Señora, insisto en acompañarla. – le
dijo una de sus damas, evidentemente muy inquieta.
-Gracias Krista, pero no es necesario…
-Pero majestad, a su padre no le gusta
que esté afuera sola… ¡podría desaparecernos a Kaira y a mí! Bien sabe que
tiene el poder…
-Calma Krista, mi padre no estará un
buen rato por aquí, no sabrá nada, y en el caso de que se entere, me encargaré
de que no les castigue por mi culpa.
-Señora por favor, sea razonable. Fuera
de que su padre nos pueda reprender, es peligroso, ella podría encontrarla y…
-Krista, quédate en mi alcoba con Kaira.
Es una orden.
La princesa salió sin decir nada mas ni
dejar que su dama de compañía le dijera otra cosa. La mujer llamada Krista se
quedó un rato mirando al enorme portón, como si estuviera preocupada de que, al
salir Tarot, el mundo fuera a explotar.
Zack sintió un impulso para seguir a
Tarot, no podía dejar que se diera cuenta de que seis adolescentes estaban en
su castillo, tomando comida ilegalmente. Por suerte, ella no se dirigía a la
torre de entrenamiento, la encontró en un jardín a un costado del palacio.
-Alteza, que milagro verla fuera de su
hogar.
La princesa se volvió hacia él,
asustada.
-Es bueno salir de mi fuerte de vez en
cuando.
-Por lo que sé, su padre sale al Bosque
Negro muy seguido ¿Por qué no va con él?
-Es un lugar muy peligroso para mi…para
toda criatura que se acerque en realidad
- ¿Qué hay ahí?
-Demonios, brujas, espíritus malignos…
-Y entonces ¿Por qué su padre se
arriesga en ir allá? ¿Hay algo de importancia?
-Ya le he dado información de más, lo
siento.
Hubo un incómodo silencio en el que Zack
no supo si retirarse o entretenerla un poco más.
-Creo que no nos hemos presentado formalmente…
- dijo por fin. – soy Zack Byrne.
-Un placer, puede decirme Lady Tarot.
-El placer es mío, a los demás les
hubiera encantado charlar más con usted…
-Hablando de sus compañeros, ¿Dónde
están? Me gustaría presentarme bien con ellos.
A Zack le empezaron a sudar las manos,
¿Cómo le explicaba que no podrían atenderla en ese momento? Era la princesa,
merecía respuesta inmediata, pero no podía decirle la verdad.
-Por… el momento no van a poder
presentarse, majestad. Están… ocupados con algo, creo que entiende.
-Si – dijo Tarot algo decepcionada. –
comprendo que puede ser pesada esta tarea, no los culpo por no tener tiempo.
En ese momento, llegaron el resto de los
chicos haciendo escándalo y con las bolsas llenas de bocadillos y galletas,
echando el plan de su compañero a la basura.
- ¡Hey, Zack! ¿A dónde fuiste? Por qué
no… - Rosé se interrumpió al ver con quien estaba el chico. – majestad, que
vergüenza, no sabe cuánto lo siento.
-No hay problema, señorita – le
respondió Tarot – creí que estaban ocupados…
-Lo lamento, Lady Tarot… - dijo Zack al
ver que estaba expuesto de su mentira.
-No hay cuidado. – le respondió la
princesa sin mostrar enojo o confusión. – Me ha agradado verlos de nuevo, pero
creo que es hora de que nos despidamos. Luego continuaremos hablando, Zack.
-Pero…
-Es una orden
-Bien – dijo Zack. – vámonos chicos. Se
disponía a regresar a la torre, cuando Tarot lo llamó.
-Zack – el chico se volvió hacia ella. –
por favor, no le digas a mi padre que estuve sola afuera, y yo no diré nada
sobre lo que hicieron en la cocina.
Zack solo asintió con la cabeza.
Mientras tanto, Jacob ya llegaba a la
fortaleza de entrenamiento, donde encontró a Kristen en su habitación.
- ¿Por qué no quisiste venir?
-No tengo buenas experiencias con ese
tipo de travesuras.
-Tú te lo pierdes, estuvo increíble,
tomamos la comida del rey y no nos podrán decir nada.
-Bandidos, deberían comportarse como lo
que son
- ¿Adolescentes?
-Héroes
-Oh, vamos, no me digas que ya te estás
tomando todo esto en serio. Solo somos chicos intentando regresar a casa, Kris.
-Creo que deberías empezar a entender lo
que esto significa. Deben aprender a comportarse, y en tu caso, madurar…
-Kristen, por favor. – suspiró Jacob
sentándose junto a ella en la cama - déjame tratar de pasarla bien en este
mundo. Solo intento estar bien.
Ambos permanecieron callados por un
rato, tratando de bajar la tensión que habían generado.
-Y pensar que todo esto fue por “un
paseo de solo unos minutos” – dijo Kristen citando a Jacob, mientras intentaba
mostrar una sonrisa.
-Solo digamos que, de no ser por mí,
nunca te hubieras dado cuenta de lo importante que eres. – dijo Jacob con tono
de orgullo.
-Siempre supe que era importante, pero
no a este nivel, ni en otro mundo.
-Siempre serás importante, más de lo que
crees.
- ¿Desde cuándo te interesa alentarme?
- ¿Y quién dijo que te estoy alentando?
– se burló Jacob. – solo quiero llevarme bien contigo y evitarme un golpe como
el que estoy seguro de que me pondrás cuando acabe esta frase.
-Grosero – le dijo Kristen golpeándolo
efectivamente con una almohada.
En la noche, Zack no conseguía dormir
bien. Cuando ya no escuchó ruido a su alrededor, salió de la torre y se dirigió
nuevamente al palacio, pero para su mala fortuna, Tauro y Aeneas volvían del
bosque, tenía entendido que su visita debería de ser lo más rápida posible. Con
mucha dificultad, porque no veía bien en la obscuridad, logró divisar la
ventana por la que quería entrar; aprovechó las enredaderas para subir hasta el
balcón y entró al cuarto.
- ¿Qué haces aquí? – dijo Tarot, que al
parecer sabía que iba a llegar.
-Bueno, quería agradecerle por
cubrirnos…
-No fue nada, ustedes también lo
hicieron. – Tarot hizo una pausa para examinar el rostro de Zack. – supongo que
tienes una pregunta que hacer.
-Si, en realidad sí. Escuché que su dama
de compañía estaba muy preocupada porque usted saliera, como si le fueran a
hacer algo. ¿Realmente por qué no sale del castillo?
La princesa suspiró antes de contestar.
-Todo el mundo sabe lo que soy, a nadie
le gusta verme fuera de estos muros.
-No entiendo… ¿A qué se refiere?
-Como ya le dije, Zack, no puedo revelar
cierta información. Algunos datos los va a conocer en un futuro, pero prefiero
que la pregunta que me acaba de formular se mantenga sin responder.
- ¿Por qué?
-Apenas y nos hemos visto, hoy fue la
primera vez que hablamos, no quisiera revelarle todos mis secretos a un
extraño.
-Bueno y ¿Qué tal sI fuéramos amigos?
-Esa propuesta me suena a traición. No
se ofenda, pero puedo deducir lo que hará con mis datos una vez que los
descubra.
-Pero ¿Qué argumentos tiene para decir
eso?
-Experiencia, señor Byrne. He vivido en
este mundo muchísimo tiempo, conozco cada leyenda de mujeres que resultan
afectadas por lo que un hombre de poder puede hacer con ellas; no quiero que
sea mi caso.
-Le aseguro que tengo el honor
suficiente como para que pueda confiar en mi…
-Y ¿Que pruebas me da de eso? Cubrirme
no es una; de hecho, es deshonesto, y aunque se lo agradezco, ojalá no vuelva a
pasar.
- ¿Sera prueba suficiente que haya
aceptado esta misión aun cuando tenía una vida perfecta en el otro mundo?
-Aunque me ofendió, creo que su
argumento es válido, supongo. Considero que se requiere mucho valor para
acceder a proteger este mundo.
-Entonces ¿Puede contarme?
-Una vez más le digo, que no abandonaré
todo lo que soy en un desconocido.
-Y qué tal si me diera la oportunidad de
presentarme. Le prometo que no dejaré cosas sin decir.
Tarot lo dudó un momento, pero
distinguió la mirada de honestidad con la que Zack le decía todo aquello. No
quería arriesgarse, tantas veces que se lo había recordado a ella misma, pero
quizá esa vez podría hacer la excepción, quizá por esa vez, y solo por esa vez,
podría confiar y conseguir un amigo, conseguir alguien quien la escuchara.
-Yo no le temo, alteza. – le dijo Zack
mientras ella pensaba con la mirada perdida.
-Espero que no cambies de opinión una
vez que lo sepas todo. – le dijo Tarot con una sonrisa tierna.
-Entonces ¿Podremos ser amigos?
-Me encantaría poder confiarle a alguien
todo el peso que he cargado sola tanto tiempo.
-Bien – contestó Zack, satisfecho de
recibir un sí. – porque si corre algún riesgo fuera de este palacio, puede
confiar en mi para brindarle protección. Quizá no estoy tan capacitado como los
guardias de su palacio, pero aprendí mucho de manejo de armas en estas largas
semanas.
-Debería preocuparse más por la
seguridad de mis súbditos, no tanto por la mía. Yo tengo guardia personal,
ellos no tienen cómo protegerse.
- ¿Qué le hace pensar que no vemos
también por los seres mitológicos?
-Sé que están haciendo esto más que nada
para regresar a su mundo, no tanto por nosotros.
-Hasta una parte es cierto. Pero créeme,
también estamos conscientes de lo mucho que nos necesita tu pueblo, Tarot, no
somos tan apáticos como nos describe tu padre. Además, creo que no tiene nada
de malo que me preocupe también por el bienestar de la princesa. Si vamos a
luchar, lucharemos por todos.
-Se lo agradezco mucho Zack, de echo… -
en ese momento, se escucharon voces cerca del palacio, eran Tauro y Aeneas.
-Supongo que es hora de irme, gracias
por escucharme, lady Tarot. Estaré dispuesto a hacer lo mismo por usted cuando
lo necesite.
Dicho esto, Zack salió por donde había
entrado. Su entrenador y el rey caminaban en su dirección, pero no lograron
verlo gracias a la obscuridad que cubría el reino entero; Zack pensó que, de
haber estado en Chicago, las luces lo hubieran delatado y hubiera sido una
vergüenza explicar el por qué estaba ahí.
Pensó en huir a la torre, pero se dio
cuenta de que una figura corriendo en la penumbra si sería sospechoso aun
sabiendo que podría ser cualquier otra criatura, no quiso correr riesgos, y se
escondió detrás de un pilar del castillo a esperar a que le dejaran el campo
libre, pero Aeneas y Tauro se detuvieron justo delante de él para discutir.
-No sé por qué cofias tanto en ella. –
dijo Tauro evidentemente irritado- fue de las primeras criaturas en vivir en
este reino, está retrasada milenios de información sobre la ciencia. No es como
nosotros, que convivimos con los humanos
cada que bajan, ella se queda en su
bosque esperando que vayamos a cuestionarla, incluso podría estar inventando la
información y nosotros adelantando todo. Por eso los chicos llegaron demasiado
jóvenes.
- ¿Por qué estaría inventando la
información? Ella podrá alejarse de las generaciones cada que llegan, a nuestra
diferencia, pero no deja de ser una criatura como tú y como yo, ¿crees que ella
quisiera ver este mundo arder?
-Es una bruja…
-Igual que Aries, sin embargo, en ella
si confías. – le reprochó el rey, y Tauro tensó el rostro – Pero a diferencia
de ese demonio al que tu tanto quieres, Delaney es útil; es la única en todo
este mundo que tiene el don de ver el avance de la bruma, si ella dice que la
misión se está retrasando, yo le creeré, no importa lo que digas. Te daré una
orden y tú tienes que seguirla, ¿Me entiendes?
-Aeneas, no quiero ponerlos en riesgo
todavía…
-Te has encariñado mucho con esos
chicos, Tauro, en especial con esa señorita Rosé Peterson. No cambiará el cómo
te sientas, lo sabes, y también sabes lo que pasa cuando no los quieres dejar
ir.
-Pero son muy jóvenes, no piensan bien
las cosas, y comparados con las otras generaciones, han estado muy poco tiempo
en entrenamiento, me parece demasiado pronto para mandarlos.
-Pero ya escuchaste a la vieja, Tauro –
explotó el rey. – no tenemos opción. Me desagrada tener que recordarte cuál
será tu recompensa cuando no fracases en esta misión; eres igual a ellos, eso
no te lo niego, solo estás haciendo esto para tu beneficio.
Tauro se mantuvo en silencio.
-Manda a los elementos a la búsqueda, es
una orden.
Con estas palabras, Aeneas entró al
palacio, dejando tanto a Tauro como a Zack sin palabras. El vikingo parecía
haber estado hablando muy en serio cuando decía que le preocupaba mandar a los
chicos con tan poco tiempo de preparación. Por su parte, Zack estaba asustado
¿qué acababa de pasar? ¿qué pasaría al día siguiente? ¿Tauro tendría el valor para
decirles lo que había sucedido? Sin pensarlo dos veces, corrió hacia la torre,
no le importo que Tauro lo llamara, ni el escándalo que hiciera al entrar en la
fortaleza, necesitaba respirar.
Capítulo 9: PRIMERA MISIÓN
Por la mañana, Tauro convocó a una
reunión en el primer cuarto al que entraron los jóvenes cuando recién llegaron
a Fambezia. Su mirada reflejaba la tristeza y preocupación del día anterior,
aun así, trató de no demostrarlo tanto para transmitir confianza y seguridad.
-Estoy muy orgulloso de cuánto han
avanzado en sus lecciones, niños, y creo que ya podrían estar listos para la
misión.
- ¿Qué misión? – preguntó Nevel.
-Les explicaré. Para que los seis
elementos ya identificados puedan cumplir su deber, es importante que el líder
pase por tres pruebas: el reconocimiento y el trabajo en equipo; la prueba de
sus conocimientos individuales, y la prueba de sus habilidades. Para la primera
de ellas, el liderazgo necesita a su equipo para demostrar que son una generación
capaz de trabajar en grupo y seguir al líder, así que todos irán con Alex.
-Y ¿De qué trata la primera prueba?
- El séptimo elemento aún no ha sido
reconocido por las criaturas, pero la magia ya tiene seleccionada a su
reencarnación. A través del tiempo, cada generación ha obtenido pistas sobre la
partícula faltante; y, según una profecía, ustedes son la última reencarnación,
ya que, durante su viaje, recibirán la pista final que los llevará a averiguar
cuál es el séptimo elemento. Su primera prueba consiste en visitar a los cinco
pueblos mitológicos, y en cada uno, recibirán una característica del elemento
que luego reunirán para descifrar qué es lo que les hará falta en las
siguientes pruebas.
-Usted nos dijo cuando llegamos que
existían ocho elementos, ¿Qué pasa con el octavo? – preguntó Alex. - ¿No es
importante que lo busquemos también?
-No es importante ahora. – dijo Tauro
algo incómodo. – lo conocerán, pero eso será en el transcurso de su viaje; no
tengo derecho de mencionar todo eso yo.
-Supongo que entonces eso será parte de
las pistas que nos darán en los pueblos…
-Así es, Jacob, parte de las pistas.
-Bueno, pero ya estamos en Fambezia ¿no?
Se supone que, si en cada pueblo nos darán información, ¿este reino que nos
ofrece? – preguntó Kristen.
-Yo les expliqué las bases de todo esto
el primer día que llegaron, creo que con eso es suficiente, ¿no?
- ¡Partirán ahora mismo! – anunció una
voz desde la puerta. El rey, su hija y dos guardias entraron en la estancia,
reduciendo todavía más el espacio que tenían.
-En realidad, yo pensaba que lo mejor
era que salieran mañana, alteza – dijo Tauro con un fuerte aire de competencia
que inmediatamente tensó el ambiente.
-Tauro, ¿Quién es el rey aquí? – dijo
Aeneas con pocas ganas de abandonar su idea.
-Esperen… ¿Entonces pretenden enviarnos
ya? – dijo Nevel con evidente preocupación.
-Supongo que entre más pronto mejor… -
dijo Rosé algo dubitativa.
-Pero no estamos tan preparados… bueno,
yo no me siento lista aún. Creí que entrenaríamos un poco más…
-Pero tus eras la que no quería quedarse
meses aquí, Kristen – le recriminó Zack.
-Si vamos a hacer esto, al menos hay que
hacerlo bien para no morir en el intento.
-Estoy de acuerdo. – dijo Alex
defendiendo las ideas de su equipo - Tauro, no podemos irnos tan pronto.
-Calma, chicos, yo sé que están listos
para esto. He entrenado una tras otra generación, soy capaz de ver cuando ya
pueden ir al combate. – les dijo Tauro. – Tengo confianza de que lo lograrán,
pero estoy de acuerdo en que hay cosas que tienen que digerir, por eso he
optado por que salgan mañana…
-Tauro, la orden que te di ayer fue
distinta. – le dijo el rey, quien empezaba a perder la paciencia.
-Majestad, hay que discutirlo en
privado. – sugirió el entrenador. No parecía muy seguro de poder ganarle a su
alteza, pero lo iba a intentar, al menos por sus estudiantes.
-Tauro, te di la estricta indicación de
que mandaras a esos chicos a la misión cuanto antes. – comenzó Aeneas una vez
que estuvieron afuera de la estancia.
-Y yo obedecí lo más pronto que pude,
alteza, pero no estaba en el trato enviarlos justo después de comunicárselos.
-Pero yo insisto en que salgan ahora, es
deseo del rey
-Con todo respeto, Aeneas, tu no sales
de tu palacio más que para aclarar asuntos conmigo de los cuales solo yo tengo
información. Tu podrás ser el rey, pero entre nosotros yo soy el guerrero con
experiencia en misiones y batallas; yo he entrenado a estos chicos, y tengo las
razones suficientes para deducir que no entenderán ni realizarán correctamente
este trabajo si no lo digieren y comprenden todo lo que significa.
Estaba claro, Tauro había ganado la
discusión, y el rey no tuvo más opción que permitirle hacer con sus estudiantes
lo que quisiera. Adentro, se guardaba silencio, y así se conservó la habitación
hasta que los dos hombres entraron por la puerta.
-Jóvenes, he llegado a un acuerdo con su
entrenador, y lo mejor será que partan mañana temprano – dijo el monarca a
regañadientes.
-Gracias a eso, podremos aprovechar el
día de hoy para repasar los combates en los que sientan debilidad, ¿Está bien
Kristen? -dijo Tauro.
-Si, muchas gracias, creo que en algo
ayudará.
El rey salió de la habitación sin decir
nada más. De igual forma, se retiró de la torre de la torre con mucha
indiferencia, mientras que su hija caminaba con la mirada baja y un semblante
vacío.
Después de pasar toda la tarde
entrenando, los muchachos se fueron a sus habitaciones para relajarse un poco
antes del largo viaje que tendrían que hacer al día siguiente, pero Zack
prefirió ir a buscar a la princesa para hablar con ella antes de partir.
- ¡Zack, me da gusto verte antes de que
te vayas! – le dijo en cuanto lo vio entrar a su cuarto.
-A mí me da gusto verte bien. Te mirabas
muy triste cuando saliste de la torre…
-No niego que así lo estoy, pero llorar
no es la única forma de desahogarse.
-Entones ¿quieres que hablemos de algo
antes de que me vaya? Tomando en cuenta que posiblemente no pueda regresar.
-No digas eso, sé que volverán con bien.
– pero Zack pudo notar la inseguridad en la voz de la princesa.
- ¿Es peligroso, cierto? – le dijo en un
tono muy comprensivo.
-Demasiado, no saben a lo que se
enfrentan; entrenar contra Tauro es muy diferente a enfrentarse a un monstruo
de verdad. Estoy de acuerdo con la señorita Kristen sobre esperar un poco más,
pero no puedo discutirle nada a mi padre, siempre me recuerda que ya llegará mi
día, pero mientras él sea rey, todo Fambezia seguirá sus órdenes, incluso los
elementos… incluso yo.
- ¿Entonces el rey nunca deja que la
princesa tome decisiones que le afecten a su pueblo?
-Jamás. Ayer que intenté hacerlo entrar
en razón, me dijo que era una inmadura por proponer eso. Dijo que al parecer
solo él entendía la importancia de mandarlos lo más pronto posible a la
búsqueda. La verdad es que está muy preocupado, la única forma de que vuelva a
ser como antes es que esa bruma desaparezca; pero mucho me temo que aún falta
para eso.
-No te voy a decir qué hacer, mi lady,
pero creo que deberías enfrentarte a él y decir lo que piensas. Eres la
heredera al trono, algún día tú serás quien tome las decisiones. Y no te
preocupes por el carácter de tu padre, creo que entiendes lo que se siente
estar bajo tanto peligro.
Tarot bajó la cabeza, evidentemente
preocupada por no poder hacer nada para evitar que su único amigo padeciera en
la batalla.
-Hoy no puedo tomar decisiones como reina.
– dijo intentando cubrir su tristeza. – pero no significa que no pueda hacer
nada por ti. Quiero darte este regalo. – pronunció mientras se descolgaba algo
del cello. – es uno de los varios regalos que me dio una amiga; estoy segura de
que a ella le gustará mucho ver su tesoro en el cuello de un héroe como tú.
Zack observó cuidadosamente el collar.
Era una cadena hecha completamente de oro con la figura de una apetitosa
manzana en el centro, una manzana dorada que parecía brillar con la misma
intensidad que los ojos de Tarot.
- ¿Estás segura de que a tu amiga no le
molestará que lo lleve? – preguntó Zack sonriendo, intentando hacer que la
princesa se sintiera más confiada.
-No, te aseguro que se sentirá orgullosa
de los dos. – aunque Zack no entendió muy bien esa parte, tenía el
presentimiento de que el collar tenía algún significado que él ignoraba. –
llévalo contigo, será de la suerte.
Capítulo 10: SALVADOS POR UN BARCO
Muy temprano en la mañana, los chicos se
reunieron en el ruedo para recibir las ultimas indicaciones de Tauro antes de
partir. Su entrenador empezó a repartir un arma a cada uno tal y como lo había
hecho con las insignias. Alex obtuvo una espada real con una larga y filosa
hoja que brilló a la luz del sol cuando la pusieron en sus manos. Kristen
recibió una lanza algunos centímetros más alta que ella, tenía un filo bastante
agudo y el símbolo de su elemento tallado en el mango de madera. A Jacob le
dieron un juego de dagas de diferente tamaño y filo con mangos de cuero. Nevel
consiguió una resortera griega y una bolsa de tela cargada de piedras mágicas
que soltaban un gas toxico, dejando inconscientes a las víctimas que lo
inhalaran. A Zack, le otorgaron un hacha gigante, muy parecida a la que él
había usado en el examen inicial. Y, finalmente, Tauro le entregó a Rosé un
arco de plata y un saco mágico que hacía aparecer flechas de manera infinita.
-Esas son sus armas, muchachos, úsenlas
con respeto y valor, sin olvidar que el escudo tienen que ser sus elementos
trabajando en equipo. – dijo Tauro mirándolos muy orgulloso. – por último,
quisiera darles este mapa, muestra la ubicación de los cinco pueblos, pero si
colocan esta lupa sobre alguno de ellos, podrán ver su estado en tiempo real.
Después de recibir sus herramientas, el
rey los acogió en su palacio para darles una bendición: “Que la magia y la
fantasía los guíen y les permitan cumplir con su misión sin sufrir más daño del
previsto”. Aunque los chicos querían protestar por lo último, Tauro les hizo
una seña de que se mantuvieran callados, pues era un momento serio.
Partieron pues, con dirección al primer
pueblo que visitarían, según las ordenes de su entrenador. “No puede ser tan
diferente a Fambezia”, pensaban los adolescentes mientras caminaban, pero no se
imaginaron nunca que su vida cambiaría mucho después de haber salido del pueblo
que los guardó durante meses.
Arnezia, según Tauro, era el pueblo más
conveniente para iniciar la búsqueda, ya que los vikingos como él conocían
bastante sobre las reencarnaciones, y sabían que era lo único que les faltaba a
los elementos para encontrar a su séptimo compañero. Pero para llegar a
Arnezia, tenían que cruzar un mar helado, eso no lo habían previsto.
-Hay… que… hacer… una pusa – jadeó Nevel
después de varias horas de caminata.
-Vamos, chicos, ya casi llegamos a la
bahía, aguanten un poco más y ya. - dijo Alex.
-Tauro dijo que siguiéramos el río hasta
mar abierto. – recordó Rosé- pero sinceramente no le veo fin a esta corriente.
Ya casi va a atardecer y aun no estamos cerca de la costa.
-Y cuando lleguemos a la playa ¿qué? No
creo que haya una lancha esperándonos. – comentó Nevel, fastidiado porque
hicieron caso omiso a su comentario.
-No sean pesimistas, muchachos. – dijo
Zack -cuando estemos en la orilla podremos descansar un poco, no debe faltar
mucho, el agua se ve cada vez más fría.
Caminaron otro tramo de gris arboleda
hasta que el aire empezó a oler a agua salada. Por fin, llegaron a la playa,
donde en lugar de arena blanca, había pequeñas piedras negras cubriendo el
suelo, y la niebla ocultaba todo el panorama, impidiendo ver el agua con
claridad. Cuando por fin encontraron botes, estos estaban desechos.
-Genial. – suspiró Jacob. – están hechas
trizas, ¿cómo se supone que llegaremos a Arnezia?
-Y ¿Cómo se destruyeron? – se preguntó Kristen.
- ¿creen que haya sido una criatura?
-Bueno, dudo que haya sido una persona…
- dijo Alex.
-Pareciera que no hubieras visto a
Tauro. – susurró Jacob con ironía.
-Tampoco fue una fuerza humana. – dijo
Nevel analizando las rupturas de la madera. - pero no hay que perder la cabeza,
pudo ser una tormenta muy fuerte. – vio el rostro inexpresivo de sus
compañeros, posiblemente intentando creerse el hecho de que no hubiera sido un
monstruo, si no cualquier otra cosa. - Lo que sea es peligroso, pero si el riesgo
está lejos de nosotros, no veo razón para preocuparnos; solo necesitamos
encontrar la forma de navegar.
-Y ¿Cómo? – dijo Rosé titiritando de
frío.
-Necesitaremos ramas y lianas para armar
una canoa….
- ¿Te crees capaz de construir un bote
en cinco minutos? – le dijo Zack.
-No estoy diciendo que lo haré en cinco
minutos, probablemente media hora o más, pero el punto es que tengamos cómo
llegar a Arnezia.
-Por favor lo más pronto posible. –
respondió Rosé casi congelada.
El grupo se separó, buscando los
materiales para construir su transporte. Nevel y Rosé se acercaron a las
montañas nevadas para juntar ramas gigantes que se habían caído misteriosamente
de algunos pinos. Entonces, se escuchó un ruido ronco y agudo desde lo alto.
- ¿Oíste eso? -dijo Nevel.
-Parece mi hermana desafinada. – dijo
Rosé, intentando parecer serena y ocultando que estaba a punto de sufrir un
ataque de temblor por culpa del frío y del miedo.
-O podría ser un águila. – corrigió
Nevel.
Se callaron un momento, esperando a que
se repitiera el extraño sonido, y, en efecto, el ruido empezó a escucharse más
cerca cada vez, acompañado de un molesto aleteo; y, finalmente, la criatura
hizo su aparición. Era un ser con cuerpo de león, largas y horribles garras en
las patas traseras, cuartos delanteros de ave, alas de águila y un descomunal
tamaño. Estuvo a punto de lastimar a la pareja, pero se agacharon justo antes
de recibir un golpe o algo peor.
- ¿Qué es esa cosa? – gritó la chica sin
disimular su terror.
-No lo sé. – dijo Nevel casi igual de
asustado, solo que él no parecía un pequeño a punto de mojar sus pantalones. –
dale con lo que tengas.
Pero el chico tuvo que elegir bien sus
palabras, ya que su compañera tomó lo que tenía literalmente en las manos: una
rama grande y gruesa. Cerró los ojos y golpeó lo más fuerte que pudo al bulto
que volaba hacia ella.
- ¡Saca tu arma! -le gritó Nevel al ver
lo ridícula que parecía la chica.
Rosé reaccionó y tomó sus flechas; su
puntería no le falló y le dio en el pecho al monstruo, pero esto solo lo enfureció
más y comenzó a perseguirlos hasta la costa donde estaba el resto del equipo.
Cuando llegaron con el fenómeno detrás, todos sacaron sus armas justo a tiempo
para defenderse, y rodaron en diferentes direcciones para desorientar a la
criatura.
-Alex, atácalo por atrás y yo iré por
enfrente. – Alex obedeció la propuesta de Zack, y los otros chicos aprovecharon
para rodearlo. La bestia se confundió y lanzó otros de sus aullidos. En un
feroz batir de alas, levantó a los jóvenes por el aire cual si fueran polvo,
mandándolos a todos en una misma dirección.
Cuando los tuvo a todos de espaldas
contra el suelo, les dio un fuerte alarido en la cara con las alas extendidas
como diciendo “la victoria es mía”. De pronto, el aullar del monstruo fue
interrumpido por el grito de ataque de otro individuo que saltó sobre su lomo y
le colocó un palo en la garganta, de modo que el águila-león retrocedió
intentando librarse del agarre. El vikingo bajó del animal con su arma en mano
y su equipo acorraló a la bestia. Ocho hombres fuertes y altos como Tauro
rodearon al monstruo con lanzas y martillos de gran tamaño. El ave estaba
confundida y no supo a quién aventarse; al principio los adolescentes se
quedaron paralizados, pero luego se levantaron y tomaron sus armas. Los
guerreros se acercaban cada vez más a la
colosal criatura que se asustó y salió volando de regreso a su nido en las
montañas. Rosé le lanzó flecha con su arco y el animal soltó otro alarido de
dolor, pero ya no volvió.
Cuando los chicos se volvieron para agradecer
a sus salvadores, estos les lanzaron dardos tranquilizantes que los hicieron
caer sin fuerzas lentamente al suelo rocoso. Lo último que vio Alex antes de
quedar desmayado, fue una embarcación al estilo medieval con velas rojo sangre.
Capítulo 11: EL ELEMENTO ELIMINADO
Cuando Alex se despertó, una luz comenzó
a brillar. Al revisar el mapa, se dio cuenta de que una mancha dorada
parpadeaba sobre un título en letras cursivas. “llegamos a Arnezia”, pensó.
Estaban en una habitación baja pero suficientemente ancha, cubierta de cálidas
y cómodas pieles; era el único que estaba recostado sobre una superficie que
pudo ser una cama, los demás descansaban en el suelo alfombrado con telas
encima. A la choza, entró una mujer musculosa con vestido corto color verde;
portaba una armadura femenina que solo le protegía el torso, llevaba unas botas
cálidas y el pelo rubio peinado en una trenza larga hasta la cintura.
- ¿Qué es este lugar, y quién es usted?
– dijo Alex poniéndose de pie.
-Tauro tenía razón. – le contestó la
mujer sin si quiera voltear a verlo – tienen más curiosidad de la que
necesitan.
- ¿Conoce a Tauro?
-Así es, joven Alex. Antes vivía entre
nosotros… - en ese momento, el grupo despertó en gemidos.
- ¿Dónde estamos? – preguntó Rosé en
medio de un bostezo. La vikinga volteó a ver a la chica.
-En Arnezia, antiguo hogar de Tauro. –
dijo Alex mientras se acercaba a sus compañeros y les mostraba el mapa que
brillaba.
-Pero ¿Cómo llegamos? No recuerdo haber
remado. – comentó Kristen.
-Se desmayaron, y los guerreros los
trajeron aquí. -respondió la mujer llevándoles la comida a medio cocer.
-Gracias. – respondieron con extrañeza
Zack y Nevel.
-Y ¿Quién es usted? ¿También estuvo en
la emboscada? – preguntó Jacob justo antes de que los ocho hombres de la costa
entraran amenazantes en la estancia.
-Abelone, ¿Qué hacen ellos aquí? –
exclamó uno de ellos casi gritando.
-Gregos, son solo niños… - respondió la
vikinga suplicando paz con la mirada.
-No me interesa, no sabemos quiénes son…
- Si nos permite presentarnos, señor. –
interrumpió Jacob. – mis compañeros son Kristen, Rosé, Zack, Nevel, nuestro
líder Alex y yo soy Jacob.
Todos lo miraron estupefactos por la
imprudencia de sus palabras, temiendo que el hombre llamado Gregos les fuera a
hacer algo por la interrupción.
- ¡Que nombres tan patéticos! – fue, en
cambio, lo único que soltó el vikingo. – y ¿Qué hacéis aquí?
-Buscamos una pista sobre el séptimo
elemento. – dijo Alex, sorprendentemente mucho más tranquilo que los demás.
- ¿De qué está hablando, Abelone? – dijo
Gregos dirigiéndose a su mujer.
-Tauro me envió este telegrama ayer por
la mañana. – respondió la dama con un poco de nerviosismo en su voz.
- ¿Ahora qué querrá ese hombre? –
exclamó el guerrero con el ceño fruncido. Después leyó el papel con
detenimiento y se mostró ligeramente más tranquilo y serio.
-Preséntense como es debido, elementos
de la magia. – dijo al término de su lectura.
-Alex Magnus, liderazgo.
-Kristen Maxwell, creatividad.
-Jacob Carol, lealtad.
-Zack Byrne, fuerza.
-Nevel Marshall, inteligencia.
-Rosé Peterson, optimismo – respondió
cada uno lo más serenos que pudieron.
- ¿Y dónde está el séptimo? – rugió el
señor.
-Por eso están aquí, querido – dijo
Abelone.
-Pero yo no sé qué decirles sobre eso,
ni si quiera quiero volver a tocar el tema después de lo que pasó con Tauro…
-Si, cariño, ya entendimos. - lo
interrumpió la mujer. – tengo que hacerlo yo entonces.
- ¿A qué te refieres?
-Quiero que salgas de aquí para que
pueda hablar con los muchachos. – la voz de la vikinga sonó tan firme, que el
sujeto no dudó en salir acompañado por su guardia.
Una vez sola con los chicos, la mujer se
mostró más relajada.
- ¿Qué tal una historia? – dijo. – tiene
todos los datos que necesitan para seguir. – los chicos asintieron y se
dispusieron a escuchar.
-Me parece que Tauro los entrenó; lo
hizo bien, como siempre, pero creo que no ha tenido tiempo de contarles algunos
detalles. – hizo una pausa y luego continuó. – Hace varios milenios, se creó la
historia de un vikingo que luchó contra sus enemigos, pero al perder a su
familia, se tuvo que poner al servicio de cierto rey para recuperar su
felicidad y sus dones. Salió de su hogar y fue leal a su nuevo líder; pero
entonces llegó la bruma por primera vez, y la magia escogió a ocho criaturas
para poder defender el hogar que creó para nosotros Alejando Magno. Tauro y una
persona muy querida por él fueron elegidos para representar a dos elementos.
Pero como varios guerreros, la reencarnación de optimismo murió en batalla;
Tauro sufrió mucho la pérdida de ese miembro, se volvió débil ya falló en su
deber como protector de la magia, dejando a la bruma más cerca de lo que ya
estaba, y debilitándonos a todos. Como castigo, su majestad el rey Aeneas,
líder del pueblo que resguarda a los elementos, eliminó el representado por
Tauro, y lo condenó a muchos siglos de entrenamiento a las futuras
generaciones. Pero a la magia no le agradó la acción de Aeneas, así que hizo
desaparecer otro elemento, borrándolo de la memoria de todos, de modo que
volverá a aparecer en cuanto se terminen las tres pruebas. Desde entonces, solo
se conocen seis elementos espirituales de la magia: liderazgo, creatividad,
lealtad, fuerza, inteligencia y optimismo; ya que desapareció uno y el otro fue
eliminado.
-O sea que Tauro formó parte de una
reencarnación.
-Así es, Alex
- ¿Cuál era su elemento? ¿O de él
tampoco hay recuerdos?
-El sacrificio. Tauro dejó su hogar, a
su familia y su libertad; la magia te escoge por tus virtudes.
El grupo se quedó mudo, no supo cómo
reaccionar, tantos datos desconocidos hasta el momento, pero aun había dudas
que aclarar.
- ¿Dijo que Tauro tuvo algo que ver con
nuestra llegada a aquí? – dijo Jacob.
-Algo así. Yo era amiga de Tauro, y
siempre quise representar a algún elemento, pero nunca fue mi turno, por más
que me esforzaba; aun así, él sabía que yo sería importante para su misión, y
me envió un telegrama la mañana de su partida para que fuera a recibirlos a la
costa, pero mi esposo dijo que su guardia iba a ir de caza por esa zona, así
que no pude ir a buscarlos. Sin embargo, el equipo de Gregos encontró a seis
niños sospechosos en la playa; los desmayaron, subieron al barco, y cruzaron
varios kilómetros marinos antes de llegar a nuestra isla: Arnezia, hogar de las
criaturas extintas. Los reconocí en cuanto los vi, y traje sus cuerpos aquí
antes de que se congelaran en el frío.
-Se lo agradecemos, señora Abelone, me
parece que se llama así. – dijo Zack
-Es cierto. Ahora prepárense, muchachos;
tienen un largo recorrido que hacer hacia Turtón. – dijo Abelone poniéndose de
pie.
Como aún estaban algo adormecidos, nadie
dijo nada, pero más tarde se dieron cuenta de algo. Entonces ¿Cuál era la
primera característica del séptimo elemento?
Capítulo 12: HISTORIAS INCOMPLETAS.
Después de alistarse y de comer un poco
de lo que Abelone les había preparado, salieron a buscar a su anfitriona.
Afuera, la niebla era abundante, incluso más que en la playa; miles de vikingos
pasaban con troncos, armas y su cacería al hombro. Divisaron a Abelone en la
orilla de la isla; se pusieron en camino hacia ella, pero por donde pasaban
parecían estorbarles a los ciudadanos. Por fin, llegaron al muelle y se toparon
con la mujer.
-Abelone, nosotros… -comenzó Alex.
-Hola chicos, espero que ya estén
listos, estaba arreglando unas cosas con Gregos para que los llevara a Turtón
pero…
-No se preocupe señora, nosotros podemos
ir solos. – dijo Kristen para evitar que ese irritante señor los acompañara
-solo necesitamos que nos presten un bote para cruzar el agua. Pero…
-La verdad es que no le simpatizan mucho
a mi marido, así que no está dispuesto a prestarles una de sus embarcaciones –
interrumpió la vikinga.
- ¿Quiere decir que cada barco que hay
en este pueblo es suyo? – dijo Nevel con cierta indignación.
-Gregos es el líder de Arnezia, supongo
que tiene derecho – dijo Abelone.
-Entonces ¿Cómo nos iremos? – preguntó
Alex preocupado por que los hicieran nadar kilómetros de agua congelada.
-Mi esposo acepta llevarlos hasta costa
cálida en su nave mayor, después tendrán que seguir solos hacia Turtón. – el
plan no sonaba tan mal. – pero a cambio, desea que vayan al bosque y casen a
Lenos, un lobo gigante que continuamente entra en el pueblo y destruye cosas.
Nop, definitivamente no era un buen
plan.
- ¿Y si no lo casamos? – preguntó Rosé.
Después de lo que pasó con la última criatura que se encontró, no se veía capaz
de cazar algún animal.
-Lamento decirlo, pero tendrán que
buscar otro modo de ir hacia la siguiente parada. – le contestó la vikinga. –
intente hacer más, pero es difícil cambiar la opinión de Gregos.
-Supongo que tendremos que casarlo. –
suspiró Zack. – pero ¿dónde están nuestras armas?
-Están en aquel baúl. – les indicó
Abelone señalando una gran caja negra.
Los chicos tomaron sus herramientas y se
dirigieron al bosque para buscar al animalote. Claramente, no iba a ser una de
sus mejores experiencias; tenían sueño, hambre (puesto que el pájaro medio
cocido los había hecho vomitar en vez de llenarlos), morían de frio y no
conocían el bosque ni por donde pudiera estar aquella bestia; además, tomando
cuenta su última vez peleando contra una criatura, posiblemente eso acabaría en
desastre o algo peor.
En el bosque, la niebla bajó una
considerable cantidad, aun así, tardaron un largo rato en encontrar al lobo.
Empezaban a pensar que era una trampa para deshacerse de ellos, cuando a lo
lejos se escuchó un aullido; como la bestia no apareció, los adolescentes
siguieron caminando, pero de pronto, detrás de un arbusto, saltó un lobo de un
metro y medio de altura y aproximadamente 2 de largo. El grupo se colocó al
ataque con sus armas listas, pero entonces, algo inesperado pasó.
- ¿Por qué quieren atacar? – habló el
lobo.
- ¿Tu eres Lenos? – preguntó Alex
bastante asombrado.
-Soy yo ¿Por qué quieren atacar?
-Creo que no te debería importar… - dijo
Rosé, consciente de que, en su caso, también quisiera saber el por qué seis
jóvenes desconocidos la quisieran matar de la nada.
-Entiendo que sean guerreros, pero hay
mejores formas para conseguir lo que quieren ¿Aun no han aprendido que la
violencia no es siempre la mejor solución? – mientras hablaba, todos alrededor
murmuraban “está hablando”
-Pareces muy sabio. – dijo Nevel. –
sería una pena matarlo. Pero, en todo caso, ¿Cómo cruzaremos el mar? Son
kilómetros de agua helada antes de costa cálida.
-Síganme, y les ayudaré a llegar hasta
donde quieran. – aseguró el lobo parlante.
-Espera, ¿Cómo sabemos que no nos
llevarás a una muerte segura? Según los vikingos eres un…
-Señor Magnus, por favor, ¿Ya olvidó la
naturaleza con la que fui creado? Lejos de lo que les haya dicho mi antiguo
amo, no soy un animal feroz, jamás me atrevería a lastimar a alguien; nunca lo
he hecho con intensión.
- ¿Tu antiguo amo? ¿De quién hablas? –
observó Zack, ya eran suficientes misterios para entonces.
-Acompáñenme, les daré el contexto de
todo esto y los ayudaré a salir de aquí sin tener que matar a alguien. – dijo
Lenos antes de darse la vuelta. Una vez más, nadie entendió nada, y una vez
más, tuvieron que seguir a un desconocido para que les aclarara sus dudas.
-Nunca nos pueden dar una historia
completa, nunca. – murmuró Nevel mientras caminaba detrás del lobo, era difícil
perderle el rastro, pues era enorme.
-Yo era mascota de Gregos y su consejero
personal, pero me expulsó de su pueblo por conceder la mano de su hija en
matrimonio. El joven era muy bueno, se decían muchas cosas sobre su gran
habilidad para el combate, y su amor por Mayte era realmente grande. Pero
Gregos tenía la esperanza de que se convirtiera en la futura líder de su
pueblo, así que me mandó lejos, y he estado intentando entrar al pueblo para
arreglar las cosas con él, no para atacar, porque sabía que Mayte me daría una
segunda oportunidad cuando ella fuera la jefa; sin embargo, cuando me enteré de
que falleció, dejé de intentarlo. – fue la triste historia que salió de Lenos.
-Y Gregos ¿No tenía más hijos con la
capacidad para ser líderes de su pueblo? – preguntó Kristen. Le parecía una
tontería que, en todo caso, Gregos se hubiera comportado inmaduro al no aceptar
lo que su hija elegía para ella, aun sabiendo que ella era una versión opuesta
a la tal Mayte con sus padres: viviendo la vida que ellos habían soñado para
ella y renunciando a sus verdaderos sueños.
-Justo con él vamos. – dijo Lenos,
sacándola de sus pensamientos y regresándola a la realidad.
Después de un tramo de nublado bosque,
llegaron a una parte donde había una casita y el suelo era un taller de
carpintería; se escuchaban los choques de las olas contra las rocas de la isla.
Un joven cortaba troncos cerca del acantilado; no tenía pinta de ser vikingo:
en lugar de brazos en forma de piedra, parecían fideos, pero con suficiente
fuerza para sostener un hacha; no llevaba armadura de ninguna clase, solamente
una ropa cálida para evitar el horrible frío que congelaba a los seis chicos.
-Lenos, volviste ¿Qué no ibas a ver a mi
padre? – dijo el muchacho en cuando los vio.
-Bueno señor, hubo un cambio de planes.
Fui a buscar a estos jóvenes, los debe reconocer. – respondió Lenos con
respeto, pero con aire de una verdadera mascota.
-Los seis elementos. - dijo el chico
después de analizarlos unos breves segundos. – y ¿Qué puedo hacer yo por
ustedes?
-Necesitan un barco para partir hacia
Turtón.
-No hay problema, tengo uno aguardando
en la costa, no lo he usado en mucho tiempo, y será un honor que lo lleven
ustedes. – dijo el hijo de Gregos con mucho entusiasmo de poder servir a sus
salvadores, no como Aeneas, por ejemplo. – pero por ahora, deberían entrar a mi
fuerte, está haciendo mucho frio y no me gustaría que murieran aquí afuera.
-Eres muy gentil. – dijeron las chicas
realmente agradecidas.
-Por favor, díganme Thinos. – dijo el
joven con un gran gesto de bondad. - ¿cuáles son sus nombres?
Después de presentarse cada uno, los
seis chicos pasaron un largo rato en la casa de Thinos, calentándose con mantas
y bebidas tibias, hasta que a Kristen se le ocurrió que Gregos podría salir a
buscarlos luego de un rato sin volver y no querían poner en riesgo su seguridad
y la del refugiado de su hijo. Todos estuvieron de acuerdo con partir, y Zack
se ofreció para salir a informárselo a Thinos; lo encontró sentado en el risco,
contemplando la costa.
-Thinos – lo llamó, pero no hubo
respuesta. Se acercó porque pensó que no lo había escuchado.
-Muchas veces quisiera salir de Arnezia
e ir a explorar otros lugares. Ustedes tienen la fortuna de viajar a todas
partes, aunque no sea por elección – dijo Thinos al sentir la presencia de Zack
sin quitar la vista de enfrente.
- ¿Por qué no nos acompañas? – le
sugirió el chico.
- ¿E intervenir en la misión que les ha
sido encomendada? No.
- ¿Por qué no?
-Al igual que muchos vikingos, considero
el reencarnar un elemento como un deber sagrado; los arnezianos esperábamos ser
nosotros los que representaran esos elementos, y nos decepcionamos de que no
fuera así, de que la magia eligiera a los mas sencillos mortales para
defendernos. Creíamos… creemos (con todo respeto) que nosotros podemos más.
Zack no quería tocar ese tema; para él y
sus amigos, más que un don, ser un elemento un castigo, un reto imposible.
Cambió de tema antes de que Thinos se pusiera sentimental:
-Oye, ¿Sabes algo? Durante absolutamente
toda nuestra estancia en este nuevo mundo, nos han brindado una infinidad de
historias, pero ninguna completa; Nevel se está quejando de eso. -dijo
intentando reír, pero le salió muy forzado. Thinos trató de seguirle la
corriente, pero era evidente que ninguno se encontraba de humor para bromear. -
¿crees que puedas contarme algo?
- ¿Qué quieres que te explique
exactamente? – dijo Thinos, convencido de que no podría pedirle algo incómodo o
que resultara una pesadilla de explicar, pero se arrepintió al instante de
haber pensado aquello.
- ¿Por qué no empezamos contigo? – le respondió
Zack, ignorando el revuelo que estaba causando en los órganos de su
acompañante.
- ¿Conmigo? ¿Por qué?
-Bueno, quisiera saber cómo acabaste
aquí, ¿Tiene algo que ver con tu padre o…?
-Vamos, Zack, mi historia no es
importante para su misión, ¿por qué te molestas en obtener respuestas sobre mi
vida?
-Porque mi deber como elemento es
proteger y ayudar a todos los habitantes de este mundo, y no podré hacerlo
contigo si no me dices qué es lo que necesitas.
- ¿Crees que necesito algo? – dijo
Thinos, intentando disimular que no estaba gritando por dentro “¡Si, muchas
cosas!”
-Todos necesitamos algo. Y no es por
nada, pero no debes ser muy mayor a nosotros; en mi experiencia como joven que
se ha alejado de su familia y a la vez no, sé que algo debes de querer, algo
que nadie más excepto la magia, te podrá dar.
-Zack, no deberías abusar del hecho de
ser un representante, el poder de los elementos es demasiado… -dijo Thinos
bastante serio, pero eso no fue suficiente para intimidar al otro chico o
hacerlo cambiar de opinión.
-Y yo exprimiré ese poder hasta ver que
lo he usado de manera satisfactoria. Digo, una vez que ya no puedo deshacerme
de él al parecer; si estoy condenado a ser un elemento el resto de mi vida, al
menos quiero aprovecharlo.
- Está bien, y en todo caso, ¿por qué
crees que me harás hablar? – dijo Thinos, aceptando que Zack tenía algo de
razón, y que tan si quiera no estaba pensando en usar ese poder para el mal
como otros creían.
-Porque conseguí el cariño de una
princesa a un día de hablar con ella, usando el mismo método que estoy
empleando contigo, ¿hay algo que no pueda hacer?
Thinos soltó una carcajada, mostrando
que aún quedaba alguna alegría en él, pero rápidamente su semblante regresó a
estar serio.
-No es una historia que me guste mucho
contar. – dijo, como preparándose para confesar su mayor secreto. - ¿seguirás
insistiendo? – Zack solo asintió, con completa decisión. Thinos suspiró,
vencido.
-Bien, pues parece que tendré que
aceptar mi derrota. – por dentro, esperaba que Zack cambiara de opinión, pero,
obviamente, eso no pasó. - Me gustaría que no me dolieran algunas escenas de mi
vida, especialmente porque se supone que los vikingos no somos débiles, pero
haré un esfuerzo. Mis padres tuvieron un matrimonio feliz, y esperaban hijos que
heredaran el gobierno, pero la mayor fue mi hermana Mayte, y diez años después
llegué yo. Mayte siempre demostró ser la persona que padre quería que fuera,
era muy hábil en todo lo que yo no: armas, combate, hablar frene a un público,
dirigir a un equipo; en fin, pasaron los años y entonces sucedieron los eventos
más desafortunados de mi vida, todos seguidos. Para empezar, mi padre anunció a
su guardia que, contrario a lo que dictaban las leyes de Arnezia, su hija mujer
sería quien los comandara, no yo, su hijo que por género estaba predispuesto a
ser el siguiente. A pesar de eso, nunca llegué a odiar a Mayte, Lenos y ella
eran todo mi apoyo, pero cuando Lenos concedió la mano de mi hermana en
matrimonio, todo se empezó a quebrar más, Mayte se casó y no la volví a ver. A
mi padre le enfureció más que a nadie, porque una vez casada, su hija no podría
dirigir al pueblo, y se rehusaba a pensar que yo era su única opción, así que
se negó a retirarse y expulsó al único amigo que me quedaba en toda Arnezia y
posiblemente en el mundo. Intenté ser fuerte, y demostrarle a Gregos que yo era
capaz de hacer todo lo que él necesitaba, pero cuando mi madre murió en
batalla, perdí toda mi fuerza e inspiración. Mi padre volvió a casarse con una
mujer mucho más joven que él, pero no es lo mismo tener una madrastra a una
madre. Sin nadie que me apoyara, decidí huir; corrí y corrí, pero me di cuenta
de que no podía alejarme mucho de mi hogar, así fue como terminé aquí. Lenos me
encontró y vivimos escondidos desde hace mucho tiempo. – se le hizo un nudo en
la garganta, y se dio cuenta de que ya no podía continuar más. Las lágrimas se
le escaparon de los ojos, y recibió una palmada en el hombro por parte de Zack.
Enseguida se recompuso e intentó no darle importancia a su dolor como llevaba
haciendo años. – mi vida es un desastre, si encuentran al séptimo elemento,
espero que sea la tragedia y que me escojan a mi para reencarnarlo.
Cuando Thinos acabó de hablar, Zack
había terminado tan sorprendido, que ni si quiera le prestó atención al chiste
que acababa de hacer el entristecido vikingo. Había entendido todo a la
perfección, y armó las piezas en el lugar correcto. Se dio cuenta de que no se
necesitaba ser la inteligencia para entender todo aquello.
-El elemento al que deberías representar
es la fuerza, tú has pasado por tanto…
-Tener fuerza no significa que pases por
problemas y los superes, significa estar listo para enfrentarlos de la mejor
forma cuando se presenten; yo me acobardé y hui de mi hogar. A pesar de que tu
no has pasado por problemas tan grandes
como los míos, estás listo para
enfrentarlos, Zack, considérate afortunado de que no has perdido a nadie de tu
equipo hasta ahora.
Zack sabía que Thinos tenía razón, y se
preguntaba cómo se sentiría si llegara a morir alguien en esa misión, pero
disipó el pensamiento para no atraer cosas malas, y le dijo muy suavemente a
Thinos que tenían que retirarse, este confirmó que quizá ya era hora de
dejarlos ir, y bajó a la costa para preparar su barco.
En la choza, todos se preguntaban por
qué su compañero se estaba tardando tanto si solo había ido a dar un aviso.
- ¿Qué tanto te dijo? – le preguntó Rosé
a su amigo mientras iban abordando el majestuoso barco de Thinos.
-Tengo algo que contarles. – respondió
Zack, listo para soltar la historia que había escuchado de cuatro bocas.
Esperaba que su equipo lo entendiera, tarde o temprano.
-Solo cuídense de grifos, ¿Está bien? –
les gritó Thinos mientras despedía con la mano al bote que se alejaba poco a
poco en la corriente.
- ¿Qué es un grifo? – le preguntó
Kristen con el volumen de voz más alto que pudo para hacerse oír.
- La criatura que los atacó en la costa
cuando mi padre los salvó.
- ¿Cómo sabes eso? – le gritó Jacob.
-Lenos y yo estamos enterados de todo. –
fue la última respuesta que logró escucharse desde el puerto.
Cuando perdieron de vista Arnezia, Zack
reunió a todos en el estribor del barco para contarles lo que había estado
haciendo con Thinos, deseando poder escuchar más historias como esas.
Capítulo 13: LA PROFECÍA
Después de varias horas navegando, por
fin empezó a sentirse el clima tibio de una playa arenosa y cálida, donde el
grupo desembarcó dejando el bote en puerto. Una vez asegurada el ancla en
tierra, se dispusieron a caminar por la orilla, generándose nostalgia por las
playas de su mundo real.
-Si les soy sincero, lo único que
extraño de Fambezia son los baños que nos dábamos en el río Osiris. – decía
Jacob mientras se quitaba la sudadera por el calor.
-Solo han pasado dos días, aguanta un
poco.
-Vamos, Ros, reconoce que tú también lo
extrañas… - le reclamó Zack.
-Yo lo que añoro son los desayunos. Vaya
que nunca me he sentido tan satisfecha después de comer.
-Yo extraño a mis padres. – dijo Kristen
con la mirada baja tras escuchar la conversación.
-Pero eran horribles. – comentó Alex.
Desde que tenían memoria, los padres de Kristen habían vivido bajo peleas, y la
chica tenía que soportar verlos discutir porque nunca llegaban a acuerdos; las
únicas veces que tenían momentos armoniosos, era cuando su hija llegaba de la
escuela con un diez en todas sus libretas. Por eso se estaba esforzando tanto
en conseguir buenas notas, aunque eso fue en vano: cuando llegaron a Fambezia,
los padres de su amiga se estaban divorciando, y ella se había mostrado
afectada desde varios meses atrás.
-Si, pero ¿No se han preguntado qué fue
lo que seguramente pasó después de que desaparecimos? – todos se quedaron
callados, realmente no, no lo habían pensado. Desde que llegaron a ese mundo,
tuvieron otras cosas de qué preocuparse, y no consideraron hasta ese momento,
lo que sus familias sentirían o el castigo que le pondrían a la señorita Oderon
cuando la escuela se enterara de que seis jóvenes no habían regresado de esa
excursión.
Zack era hijo único, y estaba consciente
de lo mucho que significaba para sus padres. Estarían solos, lo habían estado
durante los meses que llevaba lejos, y tenía miedo de que cuando volviera (si
es que lo lograba) sus padres ya se
hubieran cansado de esperarlo. Rosé
tenía otras dos hermanas, y aunque sus padres les prestaban mucha más atención
a ellas, Ros extrañaba el tiempo que le brindaban sus compañeras de cuarto.
Ella estaba intentando volver por sus hermanas, quizá ellas si estuviesen
preocupadas; aunque, de cualquier forma, quizá lo mejor era no crearse
esperanzas. Nevel realmente no tenía mucha angustia por su familia, desde años
atrás aprendió a ser independiente porque su mamá y su pareja nuca estaban en
casa, así que era de esperarse que las añorara poco. Aun así, no deseaba pasar más
tiempo en aquel lugar que tanto fastidio le había causado y que lo estaba
volviendo loco. Jacob vivía solo con su madre y su abuelo. Su carácter frio y
sarcástico le permitía ocultar sus verdaderos sentimientos hacia las personas,
y, en este caso, su preocupación por los únicos parientes que tenía; pero en el
interior, deseaba con todas sus fuerzas poder acabar lo más pronto posible con
esa pesadilla. Alex si extrañaba a su familia, pero realmente (seamos sinceros)
prefería estar en donde siempre soñó, a vivir en donde solo era uno más. Y de
Kristen ya mejor ni hablamos.
Cada uno sumergido en sus pensamientos,
no se dieron cuenta cuando llegaron a los límites de una ciudad griega rodeada
por palmeras. El mapa brilló, señalando que habían entrado a un pueblo nuevo:
Turtón.
-Bueno. – dijo Jacob, tratando de
disipar los pensamientos que lo mantenían distraído - ¿listos para más?
-No invoques a los problemas. – suspiró
Kristen, esperando que su amigo no tuviera razón.
Las casas eran de piedra obscura, casi
del mismo tamaño que las de Arnezia. Este último no era tan diferente al pueblo
en el que se encontraban en ese momento: ambos eran muy lánguidos a su parecer,
a pesar de la belleza de sus paisajes o de la historia que tuvieran detrás.
Las pequeñas construcciones rodeaban a
un edificio grande parecido a un templo antiguo; pero estaba lejos de ser uno,
puesto que incluso desde afuera se escuchaba bastante ruido del interior.
- ¿Deberíamos entrar? – se cuestionó
Nevel sin muchos ánimos de cumplir con lo dicho, no tenía buenas experiencias
pasando por fortalezas.
-Supongo que en ningún otro lado nos
darán la pista. – observó su líder.
Subieron pues, las escaleras,
contemplando el pulcro mármol blanco y las gigantescas columnas que los
recibían como imponentes guardias. No había puertas, tal vez era eso por lo que
se escuchaba tanto ruido. Al entrar, podía verse una escena que bien podemos
describir como un mercado: miles de puestos con gente detrás y delante de
ellos; pero en lugar de vender frutas, vegetales, carnes o ropa, se ofrecían
amuletos, velas, figuras de muerte y otras cosas que en el mundo real hubieran
sido mal vistas; en cambio, en un mundo donde la magia y los hechizos eran
normales, esa mercancía podría resultar peligrosa incluso. Mas de una vez se escucharon
preguntas como: “¿A cuántos espíritus expulsa?” “¿Cada cuánto debo traerlo al
templo?” “¿Lo pueden usar mis hijos?” “¿También cura la peste?”. Y un millar de
cuestiones que al parecer eran necesarias para adquirir cosas como esas.
-Si, claro, aquí vamos a encontrar la
pista. – dijo Rosé mirando a su alrededor, como tratando de adivinar de qué
forma podrían ayudarlos ahí. ¿les regalarían algún amuleto que les permitiera
teletransportarse o algo así?
- ¿Dónde está su optimismo, señorita
Peterson? – dijo una voz femenina en las alturas que hizo guardar silencio a
todas las criaturas presentes.
-Otira, ¿Qué haces aquí? – dijo Alex. -
¿No deberías estar en Fambezia?
-Estoy aliada con Fambezia y le sirvo a
su majestad Aeneas como consejera, pero este es mi pueblo natal. Bienvenidos a
Turtón, hogar de los espíritus proféticos. – la sala continuaba en silencio,
así que no era un buen lugar para discutir el tema. – Ciertamente, aquí no se
encuentra la pista que necesitan para continuar; pero si me acompañan por aquí
recibirán ayuda.
Otira salió del templo seguida a la
fuerza por los adolescentes, que de nuevo se quejaban por el constante suspenso
que los hacían pasar las criaturas a las que visitaban:
-Es irónico que seamos los seis más
poderosos de este mundo y siempre estemos detrás de alguien. – dijo Kristen
poniendo los ojos en blanco.
-Será temporal hasta que puedan deducir
las cosas por su cuenta. – expresó Otira al escuchar el comentario de la chica.
– por ahora necesitan nuestra ayuda.
-Se supone que para eso existe el
elemento de la inteligencia, ¿no? – expresó Jacob.
-Aún no termino de digerir el hecho de
que soy un elemento, no esperes que entienda a la primera todo. – le reclamó
Nevel. Mas tarde, llegaron a una construcción pequeña hecha de piedras grises y
blancas, a unos cuantos metros del templo. Sobre la desgastada puerta de
madera, se hallaba el signo de un sol dorado.
-Como Tauro les dijo, su elemento se irá
manifestando poco a poco, sin embargo, uno de ustedes lo tiene más desarrollado
que el resto. – dijo Otira una vez que estuvieron frente a la pequeña capilla.
– Nevel Marshall, alcanzas a entender cosas que tus compañeros no; por eso tu
elemento es muy importante en esta búsqueda. Debes entrar ahí y averiguar qué
prosigue en esta misión.
- ¿Yo? Pero…- Nevel se disponía a
protestar, cuando Rosé lo jaló del brazo y le susurró que no le convenía
quejarse y que más le valía poner atención a lo que le dijeran si es que quería
regresar a su casa. Hasta ese momento, el muchacho no comprendía por qué la
lógica sería importante en ese mundo de ficción, cuando la propia ciencia era
la que estaba destruyendo su cultura; pero, por lo visto, si era necesaria. La
puerta se abrió ante él; el chico entró despacio a la obscura habitación y la
entrada volvió a cerrarse.
-Creo que no han comido bien
últimamente. – dijo el hada una vez que Nevel estuvo dentro del pequeño
edificio. -vengan, necesitan energía para continuar el viaje.
No se alejaron tanto de donde estaban.
Otira insistía en dejar solo a Nevel, pero los chicos desconfiaban de lo que
pudiese pasar, así que pidieron no estar tan lejos para poder asegurarse de que
su amigo estaba bien. Se sentaron en una acera con la vista fija en la casita
en donde había entrado su compañero.
-No se preocupen por él, muchachos, es
necesario que participe de esta forma en la misión. – les dijo Otira cuando se
dio cuenta de que el ambiente se volvía demasiado tenso. – Mis hermanas les
proporcionarán todos los cuidados y atenciones que no han recibido últimamente.
-Bueno, tampoco es como que no podamos
vivir sin ello. De donde venimos no se acostumbra a tratar demasiado bien a las
personas. – dijo Kristen.
-Pero sinceramente nosotros ya estábamos
acostumbrados a que nos trataran así. Dos meses aquí y ya parecemos niños
mimados. - jugó Zack, pero al parecer el comentario no agradó a todo el mundo.
Otira soltó una pequeña risita de labios y desapareció al tiempo que llegaban
otras hadas.
-Nos incluirán baño, ¿verdad? – preguntó
Jacob y Kristen le dio un codazo como acostumbraba cuando el chico decía cosas
tontas - vas a dejar de golpearme.
-Claro, cuando dejes de ser un inmaduro.
- le respondio su amiga
-Está bien, Kris, se lo merecen. - le
dijo Otira con mucha calma. - han trabajado mucho para hacer las cosas bien.
Dejaré que vayan al arroyo a darse una ducha; está a dos kilómetros de aquí
pero estoy segura que después de su pequeño almuerzo podran caminar un largo
rato. Solo procuren no acercarse tanto a la orilla, la cascada en la que
desemboca la corriente es demasiado peligrosa.
-Gracias, Otira. - dijo Kristen, pero en
su voz se notaba que realmente quería decir ‘’no me ayudas a disciplinarlo ‘’
Mientras tanto, Nevel estaba en la
oficina griega, perdiéndose los extraños, pero deliciosos bocadillos que sus
compañeros estaban comiendo. Todo en el cuarto estaba obscuro, pero de la nada,
un fulgor verde iluminò la estancia; las velas que estaban en el suelo se
prendieron, y al fondo de la sala, una momia verde con los ojos blancos se
movía
lentamente, como si tuviera intensiones
de pararse, pero solo se acomodó para dirigirle unas palabras al chico que
estaba paralizado a poca distancia de ella, pensando si salir o intentar
quedarse.
-Dime que prosigue en esta misión. -
articulo la pregunta indicada por Otira.
La momia expulso humo verde, como si
estuviera fumando algún tipo de cigarro, movió la cabeza y el sonido salió de
su boca, aunque los labios permanecían abiertos y no se movían al hablar.
- ‘’A pesar de todas las señales, no encontraras
lo que buscas, la última pieza del rompecabezas en el que participas aparecerá
cuando hayas culminado tu parte. Sigas o no mi advertencia, uno padecerá en
manos de nativos, y será reemplazado por un sucesor en dos ocasiones. Pese a
todo lo malo, vendrán cosas buenas para el grupo, sus constantes cambios les
permitirán que la misión se torne junto con ustedes. Al final depender de uno
solo de ustedes que la magia sobreviva ‘’ - dicho esto, las velas se apagaron,
el oráculo callò y regreso a su posición original. Nevel estaba entre
sorprendido y asustado. Una vez que se aseguró de que la momia ya había
acabado, salió de la casilla y se dirigió a donde estaba su equipo. Para
entonces, las frutillas que Otira les había dado para comer ya casi se acababan.
Se acerco a donde estaban Zack, Jacob y Rose aun comiendo, y vio como Alex y
Kristen charlaban alejados del resto.
-No entiendo por qué Nevel entro y yo
no. Se supone que soy el líder, si yo tengo que dirigir esto, quiero al menos
hacerlo bien - decía Alex.
-Ya lo dijo Otira, Alexander, él es la
inteligencia, entiende las cosas mejor que nosotros. Es, digamos, el cerebrito
del grupo, dejemos que haga su trabajo.
-Sonare un poco egoísta, pero se supone
que yo soy el protagonista en todo esto, o al menos eso es lo que dijo Tauro, y
no he hecho nada relevante hasta ahora. Quiero actuar como debería hacerlo un
líder, Kris, pero la misión aun no me deja.
-Solo piensa en lo que dijo Tauro, si
tanto te gusta recordar sus palabras: quizá tu elemento no se manifieste ahora,
pero dará frutos tarde o temprano. Alex, las pruebas están sobre ti, nosotros
solo hemos venido a ayudarte.
-No quiero sentirme aquí de la misma
manera que me sentía allá arriba, quiero ser de utilidad, en este mundo y todos
los demás
-Magnus, ¿de que estas hablando? no eres
un inútil, ni mucho menos - Zack los llamo después de un rato para irse al tan
esperado rio.
-No comiste casi nada, Nevel, ¿seguro
que estas bien? - le pregunto Rose al ver a su amigo pálido como un muerto y
sin ánimos para probar más frutas.
-La verdad es que se me fue el apetito.
- le respondió Nevel sin ganas de hablar del tema.
Llegaron al arroyo que les había
mencionado Otira; el agua se veía fresca, y el abrumador sol la tibiaba de modo
que al meterse estaba perfecta para un buen nado (claro, en ropa interior). Al
principio fue incomodo el hecho de estar todos juntos, ya que en Fambezia
solían darse sus baños por separado, pero después se volvió algo divertido que
todos disfrutaron mucho hasta que llego la tarde y tuvieron que volver a
vestirse para continuar con la misión. Fue el único momento que pudieron
disfrutar juntos como adolescentes normales, sin contar la aventura en el
castillo días atrás.
Capítulo 14: BATALLA MEDIO GANADA
El sol se estaba ocultando tras las
montañas, formando un lindo y cálido paisaje; los elementos caminaban
distraídos hacia Turtòn. El momento se gozaba, uno pensaría que el día debía
acabar bien, pero un héroe no está en paz por mucho tiempo, debían agradecer
que las criaturas los dejaron tener es momento en el rio. Nevel ya estaba más
tranquilo por su profecía, pero sabía que en cualquier momento saldría a
conversación (de hecho, le sorprendía que aún no le preguntaran nada), y eso lo
inquietaba. Fuera de eso, todo estaba tranquilo, hasta que Jacob vio un
montículo de tierra bastante grande al que se subió como si fuera un niño
pequeño jugando a ser el rey del mundo.
-Miren, desde aquí puedo ver Turton. -
anuncio a sus compañeros, señalando en dirección a la ciudad griega que no se
veía muy lejana. De pronto, el bulto comenzó a moverse, Jacob pensó que era la
tierra cayéndose, pero cuando intentó bajarse, esta se tambaleó como barco en
altamar, lo cual, obviamente, no era natural. Al final, un movimiento brusco,
como si alguien estuviera absorbiendo la tierra, hizo que el chico cayera
sentado hacia atrás, con una mirada de temor que compartìa con todos. Rose y
Kristen ahogaron un grito ante la espantosa figura que se levantaba ante ellas.
- ¡Una titanoboa! - grito Nevel al
tiempo que el monstruo rugía.
- ¿Por qué siempre nos atacan estas
cosas? - vocifero Ros mientras se disponía a preparar su arma y retrocedia un
poco.
La serpiente gigante media
aproximadamente diez metros de largo y la mitad de su cuerpo permanecía erguido
con el hocico abierto, mostrando los largos y filosos colmillos.
-Comiencen a rodearla. - grito Alex a su
equipo. - se desorientará un poco
-Claro, como eso funciono tan bien con
el grifo. – farfulló Jacob.
-Pero háganme caso esta vez ¿está bien?
- ¿Ya le viste los colmillos, Alex?
están más filosos que tu espada y más grandes que Kristen. - dijo Zack. - un
mordisco y quedamos muertos.
-Oye, de mí no vas a estar hablando. -
le reclamò la chica, que no por nada se había ganado el título a la más
chaparra del grupo.
- ¡Chicos! menos charla, más pelea. -
grito Nevel.
El animalote comenzó a latiguear con su
cuerpo, intentando atrapar a uno de los chicos entre sus fauces. Kristen se
lanzó al ataque, clavándole su lanza cerca de la cola de cascabel; la serpiente
aulló de dolor y se volvió para arrojar lejos a su agresora con un movimiento
de su cuerpo. Kristen cayó cerca del rio, golpeándose la cabeza y provocándose
un desmayo; su lanza fue a parar a la corriente, arrastrandola a la cascada.
Rose lanzo flechas para que la titanoboa se alejara de su amiga, pero el
monstruo le arrancò el arco de las manos usando sus colmillos y lo escupió
cerca de un árbol; la dueña del arma paso detrás de sus compañeros tratando de
recuperarla. Nevel bombardeó a la bestia, afortunadamente, le dio justo en la
cabeza y, después de sacudirse varias veces, la serpiente cayó debilitada. Sin
embargo, cuando ya parecía que tenían la victoria, Zack golpeo la cabeza del
monstruo con su hacha en el momento en que este llegaba al suelo, despertándolo
del trance por la droga que contenían las bombas.
La titanoboa mordió el hacha de Zack,
arrojándolo cerca de Kristen. Rosé recuperó su arco y mandó más flechas a la
criatura que movió su cola empujándola junto a la otra chica, haciendo que se
golpeara con una roca en la pierna. Jacob sacó sus dagas y comenzó a lanzarlas,
causándole heridas al animal, pero estas cayeron al suelo.
- ¡Jacob, ven, ayúdame con ellas! - le
grito Zack desde el otro lado, y el chico corrió a cargar con sus compañeras.
Solo quedaban Alex y Nevel en la
batalla. El liderazgo intentó clavar su espada en el cuerpo del gigante, pero
tuvo que retroceder cuando los colmillos estuvieron cerca de él. Mientras
tanto, Zack y Jacob llevaban a las chicas heridas a un bote de madera que se
encontraba atado a una roca.
- ¡Chicos, por aquí! - grito la fuerza
al par que aún estaba intentando matar a la criatura. Sus amigos se volvieron y
corrieron a la balsa sin pensarlo; Nevel subió mientras Zack desataba la
cuerda. Alex miro a la titanoboa que serpenteaba detrás de ellos con la
intención de comérselos, y en un reflejo repentino, lanzò su espada con tanta
fuerza y exactitud, que atravesó la garganta del monstruo. Este dio un alarido
de dolor y cayó muerto en el agua cuando Zack aun no acababa de librar el bote.
La corriente apenas se ponía pacifica de
nuevo, cuando Alex logro ver la cascada de la que Otira les había advertido y a
la que caerían.
-Sujétense bien. - exclamo aferrándose
más fuertemente a los bordes de la pequeña embarcación.
-Por si no lo notaste, eso es justo lo
que estamos haciendo. - le reclamo Nevel.
-Resiste, Kris. - susurro Jacob a su
compañera malherida, rodeándola con un brazo y sosteniéndose con el otro.
Capítulo 15: CINCO MINUTOS EN ALERIAS
La caída fue de lujo, el bote dio
impacto en la corriente, empapando a los elementos más de lo que ya estaban,
dejando la lancha hecha pedazos. Los chicos nadaron como pudieron hacia la
orilla, jadeando, tosiendo, con la ropa escurriendo de agua y con heridas por
todas partes. Kristen caminaba débilmente con un terrible dolor en el cuerpo
apoyada en Jacob.
- ¿Estas bien? - le pregunto la lealtad.
De haber estado bien, Kristen le hubiera contestado algo como ‘’sí, me encanta
que las titanoboas me lancen seguido ‘’, pero el dolor le impidió hablar, Alex lo
hizo por ella.
-Dudo que ambas estén aptas para seguir.
Siendo francos, todos estamos muy mal. Pasemos aquí la noche, mañana seguiremos
el camino hacia Alerias.
- ¿No deberíamos ir con Otira para
decirle que vamos a seguir con la misión? - dijo Rosé mientras Zack la
recostaba con suavidad en el suelo.
- ¿Quieres regresar, de verdad? -
rezongó Nevel.
-Bueno, no nos han dado la pista
-Nos resignaremos a que nos haga falta.
- suspiró Alex.
- ¿Como puedes decir eso? ¿Acaso no
quieres regresar a casa? - le reclamó Zack. - Necesitamos esa pista para
terminar TU prueba.
-No voy a poner a mi equipo más en
riesgo, mucho menos a ellas dos. - le espeto Alex con firmeza. - ¿Que no ves
como están, Zack?
Se quedaron en silencio un minuto.
-Supongo que tendremos que valernos en
lo que sea que le hayan dicho a la inteligencia para encontrar la pista. - dijo
Zack para desgracia de Nevel. - por cierto ¿qué pasó con eso, amigo?
-No quiero hablar de ello por ahora. -
respondió el aludido, tratando de evitar el tema.
-Oye, Zack tiene razón, lo que te hayan
dicho en esa casa es lo más parecido que tenemos a la pista. - le dijo Alex con
mucha calma.
-Alex, créeme, este no es el momento. - fue
lo último que dijo Nevel antes de quedarse dormido.
Magnus se volvió, y se dio cuenta de que
los demás también estaban echados en la tierra, muertos de cansancio.
-Has que no sea en vano, Nevel - dijo
Alex antes de recostarse y perderse en el cielo estrellado.
Ya entrada la noche, con los ruidos
nocturnos al rededor, cuatro adolescentes dormían plácidamente, recuperándose
del largo día que habían tenido; el quinto se había despertado y notó la
ausencia del sexto. No tuvo que buscarlo mucho, Alex estaba sentado en la
orilla, contemplando el agua que corría y brillaba bajo la luz de la luna
llena.
- ¿Qué piensas? - le preguntò Zack
colocándose a su lado. Si hubiera tenido un trabajo, seguramente hubiese sido
psicología (por su tendencia a terapear a los demás, por si no te has dado
cuenta).
- ¿No te parece que este mundo nos está
utilizando?
- ¿Tú por qué lo piensas?
-Nosotros vamos a salvarlos, nosotros
somos los que estamos pasando por las pruebas mientras ellos se lavan las manos
de la situación como si no fuera SU mundo, y ni si quiera se preocupan por las
condiciones en las que estemos los héroes.
-Alex, amigo, vamos a pasar aquí un
largo rato, acostúmbrate a que no se preocupen por tu bienestar.
-Pasé dieciséis años de mi vida en el
mundo real, es difícil el cambio en el trato a las personas importantes. Allá
no era nadie, pero si quiera me preguntaban cómo estaba; ahora que soy el líder
de este equipo, nadie (a excepción de ustedes y Tauro) me han tratado con el
respeto que se merece una autoridad.
- ¿No crees que eso suena algo
narcisista? - le dijo Zack intentando acabar con el tema.
-Tal vez. - susurro Alex. - pero no es
una mentira.
-Bueno, amigo, supongo que los lideres
de este mundo no están muy acostumbrados a convivir con personas más poderosas que
ellos, mucho menos cuando se trata de humanos que ni si quiera han cumplido la
mayoría de edad. - le contesto Zack para darle consuelo. - el rey es tan
orgulloso, que no inclinaría la cabeza ante nadie, ni aunque la vida de su hija
dependiera de ello, lo se.
-Tú tienes una relación cercana con la
princesa ¿no?
- ¿Como lo sabes? - preguntó el
interrogado.
-Te hemos visto conversar varias veces
con ella.
- ¿Hemos?
-Vamos, Zack, no esperabas que se
mantuviera en secreto, era bastante evidente. Incluso Tauro lo sabe y
posiblemente ahora que no estamos es noticia por todo el reino.
- ¿Y qué opina el entrenador al
respecto? - cuestionó la fuerza con cierto miedo de que pudiera estar
prohibido. Alex solo se encogió de hombros sin quitar la vista del agua.
-No le da mucha importancia, o al menos
eso dice, pero se ve en su mirada cierta preocupación. Es como si no estuviera
mal pero no fuera lo conveniente ¿entiendes?
-Si, supongo. - dijo Zack un poco
aliviado. - Pero no es como que tenga intenciones de ser el futuro rey ¿sabes?
- bromeó - no entiendo por qué estaría angustiado.
-Yo tampoco. - dijo Alex, aun sin verlo.
- ¿Te da celos? - pregunto su
acompañante, algo incomodo. Alex lo miro como si hubiera dicho una de las más
grandes tonterías de Jacob.
-No, no. Para nada. – respondió. - dudo
que sienta algo por alguien… o más bien algo estando aquí, seria ‘’de fantasía
‘’ comprendes, ¿no?
-Claro, comparto tu idea.
-Entonces, ¿Tarot y tu no son...?
-No, no. - le interrumpió Zack.
-Pero ¿qué piensas de ella?
-Que es linda. - le respondió Zack con
una sonrisa torcida, consiguiendo que su amigo lo mirara para reírse con él.
-Deberíamos ir a dormir. - dijo Alex
después de una breve pausa. - viví lo suficiente en este lugar para intuir lo
que nos espera mañana.
-Si. - fue la corta respuesta del otro.
Pero no se puede decir que descansaron
lo suficiente, porque apenas amanecía cuando un fuerte y tenebroso sonido los
hizo despertar a todos al mismo tiempo.
-Creo que estos ruidos se van a
convertir en nuestras alarmas diarias. - dijo Nevel incorporándose, como si ya
se hubiera acostumbrado a ser atacado por una bestia diferente cada día.
-No es gracioso, Nevel. - le reprendió
Rose, con los nervios de punta.
Cuando el ruido volvió a escucharse, se
levantaron de un salto y apenas les dio tiempo para tomar sus armas antes de
que una cosa pasara volando sobre sus cabezas. Corrieron hacia la arboleda que
estaba cerca, sin saber a dónde iban exactamente, lo único que les importaba en
ese momento era huir de otra terrible bestia que, como las otras, los atacaba
como si quisiera evitar que cumplieran su misión, impedir que llegaran vivos al
siguiente pueblo; y aunque siempre lo lograban en una sola pieza (a veces con
ayuda) aun no podían asegurar que no morirían en medio de un ataque.
- ¿Ahora quien quiere asesinarnos? –
dijo Rosé casi sin aliento y con la pierna aun adolorida.
-Otra de las muchas criaturas que hay en
este mundo, supongo. – le respondió Nevel mientras corrían.
- ¿Podrías dejar de fingir que esto es
normal? – le gritó Ros.
El ruido aun sonaba detrás, incitándoles
a correr más rápido; conforme avanzaban, el cielo se iba haciendo más claro.
Como aún estaban muy cansados por lo del día anterior, no tenían energía para
correr, pero lo hacían ya que su vida dependía una vez mas de ello. Kristen y
Rosé avanzaban con dificultad, y, a pesar de aun estar lastimada, la
creatividad ya había recuperado su aire de “amiga nerviosa” que tanto la
caracterizaba.
Quien sabe cuánto tiempo estuvieron
corriendo, pero después de varios kilómetros, el cielo ya estaba prácticamente
azul. Desde que salieron de la cascada, el terreno se había vuelto cada vez más
seco, hasta que la corriente desapareció y el suelo estaba cubierto de arena y
unos cuantos pastos muertos. El mapa volvió a brillar, indicando que habían
llegado a Alerías. La nueva ciudad era casi un desierto, y se veía bastante
desorganizada; parecía fácil que hubiese peleas constantes ahí, ya que en un
solo sitio se encontraban pirámides egipcias, templos mayas, casas chinas, y
por todos lados volaban o se arrastraban criaturas bastante diversas para
pertenecer a una misma cultura.
Pero los fugitivos no se detuvieron a
observar eso, seguían poniendo los pies en polvorosa, pues la desconocida
bestia estaba justo detrás de ellos; se lanzaron a tierra para evitar que los
descalabraran, cuando el monstruo fue herido por un khopesh que salió volando
delante de ellos. Asombrados, los chicos se volvieron a lo que los perseguía y
que ahora estaba en el suelo, revolcándose; era la cosa más extraña que habían
visto hasta ese momento: una serpiente de cuatro patas, alas, y cabeza de
cocodrilo; su cuerpo era de muchos colores chillones, como amarillo, azul, rosa
y verde; además, su piel parecía tatuada naturalmente con códices que no
lograron identificar de ninguna parte.
Después de un rato en agonía, la quimera
se disolvió en polvo dorado, quedando en el suelo únicamente el arma egipcia
que lo había matado. Los elementos se dieron la media vuelta para ver a su
salvador: un hombre apuesto de cuerpo marcado, con una larga y espesa
cabellera, tenía las extremidades muy velludas, usaba taparrabo y capa verde. A
pesar de su apariencia, figuraba a un tipo amigable. Error.
- ¿Quién es usted? – preguntó Alex aun
en la arena.
-Saludos, elementos de la magia, yo soy
Fenrir, descendiente del dios Wotan. Que gusto que visiten Alerías.
Fenrir. Nombre conocido de alguna parte.
-Gracias por salvarnos. – le dijo
Kristen mientras su líder la ayudaba a levantarse.
-No fue nada, señorita Maxwell.
- ¿Cómo sabe mi nombre?
-Niña, a estas alturas deberías entender
que los anfitriones de cada pueblo ya saben de nosotros; quien sabe cómo, pero
lo saben. – dijo Jacob terminando de sacudirse el polvo de la ropa.
-Así es, joven Carol, estamos enterados
de su existencia (aunque preferiría no mencionar como) y los estábamos
esperando. – respondió Fenrir.
A Nevel le pareció algo peligroso que
los seres poderosos supieran que estaban a punto de llegar a su pueblo, y se
limitó a dejar una mirada de desconfianza al nuevo conocido.
-Me parece que esto es suyo, Kristen. –
dijo el hombre extendiendo el arma que tenía en la mano.
-Mi lanza. – exclamó la chica gustosa de
recuperar su instrumento.
- ¿Qué era esa cosa que nos venía
siguiendo? – dijo Jacob.
-Alebrije, cultura mesoamericana. Aquí encontraran
criaturas de todas las regiones del mundo, bienvenidos a Alerías, hogar de las
culturas extranjeras.
Ahora el desorden del pueblo tenía
explicación, miles de culturas conviviendo en un solo valle, seguramente no era
fácil llegar a acuerdos.
-Y… supongo que tú lo gobiernas. –
comentó Rosé.
- ¿Gobernar?
-Bueno, hasta donde tenemos experiencia,
el “líder” del pueblo es quien nos salva y nos… da la pista.
-Ni si quiera son las pistas, solo
historias que parecen tener una idea de lo que es el séptimo elemento.
-Es en parte cierto, señor Byrne. Sin
que se hayan dado cuenta, en cada pueblo suceden cosas que les otorgan una
característica de lo que debería ser el séptimo elemento, pero no
necesariamente son los gobernantes de las ciudades quienes los reciben, si no
personas que por la magia fueron o serán destinados como importantes en su
historia. – fue la respuesta de Fenrir. – a algunos se los encontrarán por
casualidad, mientras que otros si los estarán aguardando.
-Creo que tiene sentido. – dijo Alex.
-Muy bien, ahora es momento de que me
acompañen a un lugar especial en el que les mostraré cómo proseguirá su misión.
– los chicos soltaron un bufido de cansancio. Esa ya se la sabían, tendrían que
caminar otro largo pedazo de desierto. – usaremos un antiguo artefacto griego:
la gema de Hermes; la usaba para transportarse más rápido en el olimpo debido a
que era el mensajero. Solo tengo que hacerla girar sobre esta vara dorada, e
instantáneamente apareceremos en la pirámide de Rá.
Capítulo 16: LA ÚLTIMA PARADA DE NEVEL
Dicho eso, puso a girar la gema tal y
como había dicho. Se produjo un intenso brillo morado que cegó a todos, y
cuando volvieron a abrir los ojos, estaban en un alta, obscura, y
exageradamente amplia estancia, iluminada únicamente por antorchas que se
encontraban en las paredes. Kristen dio un brinquito cuando una llama se
encendió justo al lado de ella. Frente al grupo, se extendía un puente recto
que llevaba a un piso cuadrado justo en el centro de la supuesta pirámide, el
resto de sus lados también se encontraban conectados con puentes iguales
formando una cruz.
-Adelante. – dijo Fenrir, esperando que
sus invitados pasaran antes que él.
Los elementos avanzaron con inseguridad,
temiendo caerse hacia el profundo vacío. Cuando por fin llegaron al cuadro, se
percataron de que éste estaba casi vacío, salvo por un cofre en forma de prisma
rectangular a las orillas.
-Joven Alex, observo que usted no porta
un arma. – dijo el hombre cuando estuvieron juntos en el centro del suelo.
-No, la perdí en el rio cuando peleamos
con una titanoboa.
-No se preocupe, creo que las lavanderas
la encontraron y la guardé en aquella caja. Permítame un minuto para buscarla.
– Alex solo asintió.
De pronto, sintió vibrar algo en su
sudadera, en cuanto lo sacó, el mapa estaba brillando de nuevo. Fenrir seguía
de espaldas a ellos, buscando la espada del liderazgo, quien volteó confundido
hacia sus compañeros, ellos se mostraron igual de asombrados.
- ¿Qué pasa? – susurró Kristen.
-No lo sé, el mapa trata de decirnos
algo. – dijo Alex examinando el papel.
-Préstamelo. – dijo Nevel extendiendo
las manos. – Esto no debería de estar pasando, estamos en Alerías, ¿Cómo es qué
señala que llegamos a Jenastras?
- ¿Qué?
-El mapa está brillando en un pueblo,
pero lo hace cada que…
-Cada que acabamos de entrar a un pueblo
nuevo. – completó el líder, aturdido ante el descubrimiento.
-Un momento. – intervino Zack. - ¿Cuál
dijo que era su nombre?
-Fenrir. – contestó Rosé.
-Oh, no. – suspiró Jacob con
preocupación.
- ¿Qué pasa? – soltó Kristen. Algo en su
memoria le decía que los demás tenían razones suficientes para actuar de esa
forma, pero no lograba entender qué.
-En una clase de mitología, el señor
Kirke nos enseñó sobre la cultura nórdica. Wotán es más conocido como Odín, uno
de sus hijos es el dios de las mentiras, y este tuvo tres descendientes:
Midgard, Hel y… - la explicación de Alex quedó en el aire, su amiga la terminó
con una mirada de terror detrás de sus lentes redondos.
-Fenrir.
-Si esta pirámide es lo que pienso, él
no es quien debía recibirnos en Alerías. – dijo Nevel.
- ¿Nos quiere hacer daño? – preguntó
Rosé alarmada.
-Veamos, hijo del dios Loki, un tipo
mucho más alto y fuerte que nosotros, nos trajo a Jenastras cuando deberíamos
estar en Alerías, nos tiene encerrados en esta pirámide falsa, criatura
mitológica con super poderes…
- ¡Bueno ya! Creo que es obvio que sí. –
Rosé levantó mucho la voz, y tuvieron que taparle la boca para que Fnerir no
sospechara nada, aunque fue inútil, él podía escucharlos a la perfección y
pensaba “son más astutos de lo que esperaba”
-Aquí está, señor Magnus. – exclamó el
semidios, levantándose en la espada en sus manos. – veo que es una hoja muy
fina ¿podrá matar dioses?
-Gracias… - dijo Alex con el rostro muy
serio. – es un buen filo, pero no estoy seguro de que pueda acabar con la
existencia divina, en realidad Tauro no me aclaró eso.
- ¿Tauro? ¿El entrenador?
-Si. – el líder tenía miedo de revelar
más información de la necesaria para acabar con ellos.
-Tauro los entrenó, como a todas las
generaciones anteriores, ¿cierto?
-Si
-Entonces les contó toda la historia de
por qué están aquí y les habló sobre sus elementos.
-Si, o una parte.
-Supongo entonces, que les habrá dicho
de las condiciones de los elementos. – dijo Fenrir mientras rodeaba a los
chicos con la mirada en el suelo y los brazos cruzados.
- ¿Condiciones? – dijo Ros. – No, de eso
no nos habló.
-SI. Si un elemento desaparece, pero no
por voluntad de la magia, todo se viene abajo. – pero no pudo decir de qué forma,
a sus espaldas se abrió una pequeña puerta hasta entonces invisible.
- ¡Señor, necesitamos ver los planos! –
dijo un hombree regordete desde la entrada.
-Discúlpenme un momento. – dijo Fenrir
haciendo una falsa reverencia, y se encaminó hacia donde lo habían llamado,
dándoles más tiempo para hablar a los jóvenes.
-Dudo que eso de las “condiciones” sea
verdad. – comenzó Zack tan pronto su anfitrión estuvo lejos de escucharlos. –
digo ¿qué nos hace confiar en él?
-Que lleva en este mundo muchos milenios
más que nosotros. – le contestó Kristen. – O sea, sabemos perfectamente que no
deberíamos hacerle caso, pero al Tauro no decirnos nada, nosotros nos vemos
obligados a escuchar todo lo que los demás nos digan porque puede ser que de
esa forma nos evitemos una catástrofe.
Catástrofe. Evitar. Nevel debía decirles
en ese momento, ya no habría otra oportunidad, lo sabía.
-Chicos, hay un tema importante en
cuestión. – comenzó. – cuando Otira me apartó de ustedes, fui a ver al oráculo
de Delfos, una criatura que proclama profecías, recuerdo sus palabras exactas…
- Después de repetir tan rápido y entendible como pudo la profecía, les dijo
que ese era el momento en el que debían saberlo.
- ¿Por qué siento que eso de “uno
padecerá” se relaciona con las condiciones? – dijo Alex, dándose cuenta de lo
que sucedería a continuación. En ese momento, la puerta se cerró y Fenrir
regresó con ellos.
Se detuvo en seco, pero con una traviesa
mirada de satisfacción cuando los vio tomar sus armas con más fuerza.
-Tranquilos, jóvenes. – dijo entre risas
avanzando hacia ellos. Aunque su cara mostraba lo contrario, sus movimientos
eran amenazadores. – si hacen lo que quiero, no tendremos que lastimarnos.
- ¿Qué quieres de nosotros? – le
preguntó Alex.
-Verán, la magia elige a ciertas
personas o criaturas para representar a los elementos, pero si lo consideran
necesario, el puesto se le puede otorgar a alguien más sin condición alguna. –
respondió el semidios, mostrando su ambición por pertenecer al equipo.
-Quieres que te cedamos un elemento. –
dedujo el líder.
-Yo creo que Kristen no tendrá problema
por abandonar el suyo.
- ¡Calla, Jacob! – bramó la aludida. –
esto es serio.
-No solo uno, señor Magnus. – los ojos
del hijo de Loki desprendían malicia. Los chicos estaban más preocupados que
sorprendidos, pero no tenían ganas de luchar, hasta que el semidios volvió a
hablar. – ¡Los quiero todos!
- ¡De ninguna manera vamos a entregarte
todos! – estalló Rosé. - ¿Para qué los necesitaría alguien como tú?
-Es una gran pregunta, señorita
Peterson. – su adversario parecía complacido de responder. – el poder de los
elementos es demasiado fuerte, por eso se separan; pero, si un hombre los
contuviera todos, sería capaz de dominar tanto el mundo de fantasía como el
real.
-No te los vamos a entregar, ¿Entiendes
eso? – la decisión de Zack era real, aunque no muy evidente.
- ¡Los voy a conseguir, por las buenas o
por las malas! – rugió Fenrir al tiempo que se agazapaba, entonces comenzó lo
peor. El descendiente de Wotan se transformaba en el lobo gigante que realmente
era. Su obscuro color, sus ojos inyectados de sangre y su tamaño descomunal,
bastaron para que los chicos temieran por la muerte; si a eso le agregamos que
tenían poco espacio para huir si caerse, la situación era realmente letal.
- ¡Tranquilos! – gritó Jacob. – cree que
en esa forma cederemos, pero ni si quiera así logrará convencernos.
- ¡¿Eres tonto o te haces?! – aulló
Kristen. - ¡Nos quiere muertos! Solo así logrará absorber el poder.
El lobo volvió a rugir y se abalanzó
sobre ellos, el grupo saltó hacia enfrente y lograron salir ilesos, pero eso no
duraría mucho tiempo. Nevel lanzó sus bombas, pero eran diminutas a comparación
del enemigo, y no le provocaron daño alguno, Alex atacaba con la espada, pero
solo le provocaba rasguños, lo mismo que con la lanza de Kris, el arco de Rosé,
el hacha de Zack y las dagas de Jacob. La serpiente a la que se habían
enfrentado antes era la mitad del tamaño de Fenrir, sería doblemente difícil
matarlo.
Entonces, a Nevel se le ocurrió una
idea; era más patética que inteligente, pero si quiera tendrían algo de
ventaja. O no.
- ¡Hay que descubrir cómo abrir esa
puerta! – trató de hacerse oír.
-Bueno, Nevel, y en el hipotético caso
de que lo logremos, ¿Cómo llegaremos allá? Es misión imposible atravesar el
puente sin morir en el intento: o nos caemos, o nos devora. – reclamó Rosé
arrojando flechas al aire.
-Por eso nos trajo aquí. – dijo Zack. –
es bastante fácil morir en esta cosa.
- ¡Chicos, Nevel tiene razón! – exclamó
el liderazgo. – si conseguimos salir, será más sencillo ganarle en terreno
abierto.
- ¿Y cómo hacemos eso? – clamó Kristen.
-Debe haber una palanca. – dijo Nevel
mirando a todos lados, como si tuviera un radar en la cara que le permitiera
ver dónde se encontraba la supuesta palanca. - ¿Qué no vieron películas?
-Entonces el plan es ¿tirar de todas las
antorchas para descubrir cuál abre alguna salida? – preguntó Rosé.
-Si, eso mismo. – le respondió Alex
después de provocarle un rasguño más al lobo gigante; este reaccionó, y, al moverse
para gruñirle a quien lo había herido, regó el cofre en el suelo dejando ver su
contenido: armas viejas, gemas (posiblemente falsas), mapas y cuerdas.
-Rosé, usa las sogas y tu arco para
tirar de las llamas. – dijo Zack. La chica solamente asintió y se deslizó a las
cuerdas.
Los demás continuaban hiriendo al
monstruo, intentando causarle daños mayores, pero no pasaban de rayones ligeros
en su cuerpo. Rosé jalaba las antorchas, pero todas caían al profundo vacío;
pronto el lugar se comenzó a quemar, Ros pensó que tenía que parar.
- ¡No te detengas! – le gritó Nevel
mientras luchaba con una garra que intentaba atravesarle el pecho. La chica
siguió tirando, hasta que no quedó nada.
- ¡Alex! No hay palancas que abran la
puerta. – chilló Rosé.
- ¿Qué? Debe haber otra forma.
- ¡Nooooooo! – gritó Jacob.
En ese momento, Fenrir arrojaba a
Kristen por el aire, afortunadamente, no cayó al fuego, si no en frente de la
puertecilla, y cuando se levantó, la roca se deslizó hacia arriba dando acceso
a la salida.
- ¡Eso es! – vitoreó Nevel. – necesita
peso para abrirse.
- ¿Cuál es el plan? – dijo Zack.
-Lo principal es huir. – respondió Alex.
– parece que tendremos que llevar a cabo la “misión imposible”. De alguna forma
tenemos que llegar allá sin morir y escapar mientras la puerta esté abierta.
-Pero Fenrir debe estar distraído para
que no nos persiga. – comentó Ros.
-Por eso uno debe quedarse. – dijo Nevel
saliendo del agarre de una pata.
-No, no es una opción viable. – lo
regañó su líder.
-Si uno no lo entretiene, todos
moriremos.
-No se va a conformar con un solo
elemento, él quiere más, así que no se detendrá con uno, irá por los que están
huyendo y entonces sobreviviremos menos.
-Alex, creo que tú sabes qué es lo
correcto. Quizá no salga perfecto, pero hay que intentarlo. – sería difícil que
Nevel los hiciera entrar en razón, pero si el líder lo aprobaba…
-Si. – le respondió Alex desde los
cuartos traseros del lobo. – en todo caso, yo me quedaré. Soy el líder, será un
sacrificio por ustedes, quiero que vuelvan a casa.
-Alex, no servirá de nada; saldremos de
este lugar hasta que TÚ completes las pruebas. Si mueres aquí, no tendremos
forma de regresar. – le dijo Rosé.
La bestia volvió a atacar, pero se
agachó demasiado y Zack le metió un golpe con su hacha en la cabeza, dejándolo
aturdido un momento. El techo comenzó a caerse, el fuego lo consumía todo, la
pirámide falsa caería pronto.
- ¡Chicos! – se oyó el berrido de
Kristen desde la salida. La puerta se estaba cerrando, si se quedaban más
tiempo, no lo lograrían. La bestia volvió a rugir, y el eco provocó que la
estructura se derrumbara con velocidad, grandes pedazos de techo y paredes
caían destruyendo los puentes y el camino a la salida.
- ¡Corran, corran, corran! – nadie
necesitaba que Jacob lo repitiera, era ahora o nunca. El grupo corrió a la
salida con Fenrir a sus talones.
Pero justo antes de que Nevel pudiera
atravesar, el camino a la puerta se fragmentó, dejando un espacio bastante
grande entre un borde y otro.
- ¡Nevel! – gritó Alex. – quédate allí,
ahora vamos por ti.
-Alex, la puerta se cierra. – le dijo
Kristen detrás.
- ¿Qué me quede aquí? – dijo Nevel con
una sonrisa. – lo que el líder diga.
Lanzó su bomba más grande hacia arriba,
provocando que el resto del techo se terminara de desplomar y partiera en
pedazos la base en la que se encontraba con Fenrir, y le aventó las bombas
sobrantes a Alex diciendo:
-Es hora de aceptar mi destino.
- ¡No! – exlamó el líder mientras
atrapaba las armas de su compañero. Jacob tiró de su ropa llevándolo hacia
afuera justo cuando se cerró la puerta y el puente terminaba de caerse en
frente de él.
Capítulo 17: ESPERANZAS
- ¡Hay que alejarnos! – dijo Jacob
cuando la pirámide comenzó a crujir. Corrieron escaleras abajo de la réplica de
la pirámide de Rá, hasta que un temblor (señal de que todo se venía abajo) los
hizo caer de espaldas al suelo.
Desde ahi, el grupo vio caer la
construcción en llamas; el horrible ruido del edificio al destrozarse por
completo se oyó en varios metros a la redonda, y las escaleras frente a ellos
también se derrumbaron, hasta no quedar más que rocas. Afuera, el atardecer iba
llegando.
- ¡Nevel! – exclamó Rosé entre sollozos
mientras se levantaba con ganas de buscar a su amigo de entre los escombros.
Zack la detuvo. - ¡No, déjame!
Pero el chico no la soltó, la sostuvo
fuerte en un abrazo de consuelo y la hizo apartar la vista de las ruinas. Ros
trató de contener el llanto, pero llegó inevitablemente; trató de esconderlo
porque era la única que lloraba, pero no la única que sufría. Los demás permanecían
callados, intentaban ser fuertes, pero claro que les dolía perder a un miembro
del equipo, un miembro que los salvó en varias ocasiones, que había entregado
su vida por ellos, y que les haría mucha falta.
Todo había pasado tan rápido, y a la vez
había transcurrido como una terrible agonía; los recuerdos taladraban sus
mentes agotadas, llegando como tristes visiones que los lastimaban, les hacían
perder la noción del tiempo a tal grado que pasaron toda la tarde y buena parte
de la noche digiriendo lo que acababa de pasar.
-¿Qué vamos a hacer? – susurró Kristen
con mirada inexpresiva.
-No lo sé. – respondió Zack – Nevel… -
la voz se le empezó a cortar al recordar las palabras de Thinos: “deberías
considerarte afortunado de que no has perdido a nadie de tu equipo” – Solo hay
que procurar no perder a nadie más, cuidarnos entre todos. Ya solo falta un
pueblo, aguantemos un poco.
-La cantidad de cosas que pueden pasar
en un pueblo. – dijo Kristen.
-No sé con que cara vamos a regresar con
Tauro a decirle que perdimos un elemento. – dijo Rosé con voz casi inaudible y
lágrimas humedeciendo su cara.
- ¿Con Tauro? – se indignó Zack. - ¿Qué
le diremos a su familia?
-Si es que logramos volver a verla.
“Somos un fracaso” pensaba Alex “soy un
fracaso”. El pobre líder se quemaba en su interior, las lágrimas que no caían
en sus ojos ahogaban su corazón; no decía nada, pero maldecía por dentro el
echo de no haber podido hacer nada al respecto. Miró la bolsa que sostenía
entre sus débiles y temblorosos dedos, los ojos se le inundaron y se apartó del
grupo.
- ¿Alex? – lo llamó Jacob, pero él no
hizo caso, siguió caminando hasta topar con una maya metálica de rombos a
muchos metros lejos de su equipo, clavó sus dedos en los orificios y respiró
con furia, molesto consigo mismo por dos cosas: por dejar morir a Nevel, y no
poder demostrar que estaba herido ante ello. Entonces, una mano amistosa le
tocó el hombro (trata de adivinar quién fue).
-Alex, amigo… - la voz se le quebró;
siempre sabía cómo alentar a las personas, pero esa vez, su fuerza no era
suficiente, estaba rota.
- ¿Cómo se supone que deberíamos seguir?
– Alex se volvió molesto, tratando de contener la furia y las lágrimas. – Que
estemos aquí es mi culpa, que Nevel esté muerto es mi culpa, que la misión
falle será mi culpa, ¡que no podamos regresar a casa será mi culpa!
-Si eres nuestro líder, pero eso no
significa que tengas que cargar con toda la culpa. – le decía Zack casi en un
susurro. – Somos un equipo, todos pudimos haber hecho algo por él, porque
estamos trabajando juntos para volver a casa.
-¡¿Por qué yo el líder?! ¡No soy un buen
dirigente! ¿Acaso he hecho algo bien?
-Alex, no siempre se pueden salvar
todos.
- ¡Actúas como si no te importara! ¡Esta
misión será patética si morimos uno por uno!
-Oye, míranos. – dijo Zack. - ¿Tu crees
que nosotros nos sentiremos felices continuando sin Nevel? – hizo un alto y se
apartó un poco del campo de visión de Alex para dejarlo ver al resto del grupo.
Kristen abrazaba a Rosé para consolarla y Jacob vendaba una gran herida
provocada por Fenrir, ahora también muerto, “bueno, al menos vencimos al
enemigo” pensó el líder. Miró a su acompañante y se dio cuenta de que tenía las
ropas desgarradas, el rostro le sangraba y el movimiento de su pecho al
respirar le delataba que se hacía el valiente para ocultar el llanto que quería
salir. Luego pensó en Nevel, el chico que terminó atrapado en la pirámide, que
les había ayudado tanto con su inteligencia sobrehumana, al que le había dicho
“Has que valga la pena”, y que ahora, gracias a ello, se encontraba sin vida en
algún punto de las rocas, con el alma quien sabe dónde (porque dudaba que fuera
a parar a aquel paraíso en el que creían en la vida real, no porque no lo
mereciera, si no porque las cosas allí eran muy distintas). El pensamiento lo
aterró.
Finalmente, se miró a él, se dio cuenta
de que había resultado casi ileso ¿por qué?, se avergonzó de haber exagerado
tanto, y de portarse egoísta con sus compañeros que se habían lastimado
bastante.
-Lo lamento, sé que esto es difícil para
todos. El peso lo carga el equipo entero, y ahora que no está Nevel, va a ser
más complicado – dijo reflexivo mirando al suelo.
-Mira, viejo, lo positivo de esto es que
Nevel se sacrificó por nosotros, por la misión y por la magia; supo cuándo era
el momento de decirnos sobre la profecía y supo cuándo era momento de
aplicarla. – le dijo Zack tratado de tomar fuerzas de sus propias palabras.
-No. – lo interrumpió Alex aún sin
mirarlo. – él tenía planeado hacerlo desde antes; por eso Otira le dio la
profecía específicamente a él, sabía que Nevel la comprendería al instante y
sabría qué hacer. Si hubiera sido cualquiera de nosotros acabaría mal.
Zack parecía sorprendido, tuvo que
escoger con cuidado sus palabras.
-Bueno, supongo que si nos hará falta la
inteligencia, no porque nadie mas lo sea, si no… - luego suspiró y continuó. –
Ni si quiera nuestras mentes juntas lograrán ser la de nuestro amigo, pero hay
que intentarlo.
-Si, hay que seguir. La muerte de Nevel
no será en vano.
-Muy bien, les diré a los chicos. Rosé
va a estar muy delicada por el asunto. – dijo Zack forzando una sonrisa y
empezó a trotar hacia sus compañeros.
Alex volvio a mirar la bolsa que pesaba
por las bombas que aun contenia; recordo que nunca las habia visto de cerca,
asi que la abrió para conocerlas, pero entonces, algo brillante aparecio
primero; metio la mano y saco la hoja de jade que representaba la inteligencia,
Nevel la habia metido alli por ovbias razones. Alex no supo si sonreír o
llorar, decidió que no podía dejar que ese sentimiendo lo hiciera retroceder,
mas bien le daria fuerza y le transmitirìa la sabiduría necesaria para ser un
buen lider y evitar que accidentes como ese volvieran a ocurrir.
-Tu te entregaste a esta tarea
fácilmente aun cuando no te lo pedì. - dijo Alex mirando la hoja. - Seguire, mi
amigo, lo hare por ti y por el resto denosotros; porque hisiste que valiera la
pena.
Guardó la pieza de jade en la bolsa y
ato esta a su pantalon. Camino ahora con animos para reunirse con el resto,
aunque no tenia idea de que les diria, espero a que las palabras salieran
anturalmente.
-¿Que diria Nevel si estuviera aqui? -
les pregunto con rostro serio pero voz divertida. Ahora Jacob curaba a Kristen.
-No lo se. - dijo Rose bajando la
mirada. - probablemente alguna queja, pero ya no importa.
-Seguramente un simple ‘’sigamos ‘’,
pero ya no esta aquí. - le respondio Kristen.
-Vaya, chicos, tantos meses aqui y aun
no saben lo que puede pasar. - todos lo miraron confundidos. - vamos, a las
almas de aqui no les pasa lo mismo que a las almas del mudno real.
Ahora mas bien todos estaban
esperanzados, como anhelando que les revelara algun ritual de resurreccion,
pero entendieron en el acto lo que queria decir.
-¿Quieres decir que...? - Rose dejo la
frase inconclusa, interrumpida por el llanto que volvia, pero esta vez lleno de
esperanza.
-Solo espero que seal real. - susurro
Jacob mirando con compasion a las chicas.
-Y si es real, que suceda. - dijo Zack
abrazandose a si mismo.
-Vamos, chicos. - les dijo Alex en un
tono sereno. - mientras mas pronto acabemos, mas pronto estaremos en casa.
-¿A cual casa te refieres? - pregunto
Rose refiriendose tambien a Fambezia.
-A ambos quizá. - le respondio el lider.
Su equipo solo sonrio y comenzo a seguirlo fuera de la maya que delimitaba el
area de construccion en la que se habia edificado la piramide falsa.
Al rededor de esta, habia maquinas
pesadas de construccion como las de la vida real, no podian creer que
existieran en ese mundo de fantasía también.
Capitulo 18: LA AVENTURA DE LA AMISTAD
Entre el llanto y el shok, no se dieron
cuenta de que habia amanecido mas rapido de lo normal, y el sol saliendo apenas
era la unica tenue luz que les permitia ver la ciudad de Jenastras desde el
exterior: parecia una ciudad bastante comun, de echo, se parecia a Chicago.
-No puede ser. - exclamo Ros al
contemplar lo que estaba frente a ella.
-No. - compartio Jacob. - imposible que
haya una ciudad moderna.
-Pero tampoco podemos haber salido al
mundo real. - dijo Kristen.
Alex detuvo todo, lo que decia su equipo
era verdad, pero el no tenia comentarios al respecto. Saco el mapa y comprobo
que era real, estaban en Jenastras. Era una ciudad normal, pero para ellos
podria ser el mas peligroso.
-Para nuestra fortuna o para nuestra
desgracia. – dijo. - estamos en el ultimo pueblo.
-No veo cual es la desgracia. -
pronuncio Ros.
-La desgracia es, que los habitantes de
este pueblo no salen durante el dia, ahora la ciudad esta desierta.
- ¿Y que? - pregunto Zack. - tenemos
tiempo suficiente para tomar un descanso, comer y prepararnos, no veo cual es el
problema.
-Tal vez debo explicarme mejor. -
reconoció el líder. - Jenastras es el pueblo de los mitos modernos, leyendas
que surgieron despues de Cristo, y en la noche son lo mas peligroso que hay en
este mundo. - respondio Alex esperando que entendieran, pues no queria decirles
bien que encontrarian alli, le daba escalofrios de solo pensarlo.
-¿Nos estas diciendo que hay...
criaturas de las leyendas del siglo xvl?
-De ahi en adelante en realidad.
-Kristen, no es tu obligacion ir, te
puedes quedar aqui afuera y esperar a que salgamos. - dijo Jacob con fingida
preocupacion mirando a la chica.
-¿Tu crees que no puedo aguantar?
-Bueno, recuerdo cuando vimos una
pelicula de terror en el auditorio de la escuela... - comenzo Zack.
-¿Y?
-Kris, gritabas cada cinco minutos,
sinceramente no voy a soportar eso todo el tiempo que estemos alli - le
respondio Jacob.
-Esque de verdad eran feas. - se
defendio la chica con verguenza.
-Ahora imaginate ser tu la victima de
esas cosas que son reales aquí. - le dijo Zack.
-Muchachos, he visto monstruos raros y
peligrosos por todos lados durante mi estancia aqui, creo que unos mas no nos
harán daño.
-Habla por ti. – dijo Zack.
Alex y Rose intercambiaban miradas de
incomodidad y confusion ante la pequeña discusion que se estaba creando,
pensando si debian interferir.
- ¿Tú crees que no te afectarà? - se
burlo Jacob. - ¿Crees que estas lista para ver a La llorona, a la monja, a Pinhead,
al Chuky, a...?
-¡Basta! - exclamo Kristen con una furia
tan evidente que Jacob paro por temor a ser azotado contra un arbol. Kristen le
dio la espalda y se alejo un poco del grupo.
-Todos, hasta Jacob. - dijo Alex
acentuando las ultimas palabras con intensión. - tenemos miedo en algun
momento, en especial cuando se trata de este mundo. Esta bien, Kris, estaremos
alli para protegerte. Nos cuidaremos entre todos a partir de ahora, lo juro.
Kristen se volvio y lo miro con una
sonrisa forzada; confiaba en el, pero con Jacob la situacion cambiaba un poco.
A un costado se encontraba una arboleda,
asi que el grupo se dirigio alli a esperar a que llegara la noche. El paraje
era realmente lidno, pero no se comparaba con lo hermosa que era Fambezia. Zack
y Rose se sentaron en un tronco caido, Alex se recosto sobre un tramo de suave
maleza y Kristen intentava mantenerse lo mas alejada posible de Jacob, por más
que este tuviera intenciones de acercarse; finalmente se rindió y empezó a
adentrarse en un area mas obscura de la arboleda, pero no se aparto mucho al
recordar su experiencia en bosques sin luz.
Alex y Ros se quedaron dormidos casi
enseguida; Kris estaba sola recostada en el pasto con el antebrazo en la cara y
sus lentes reposaban en el cesped. Jacob jugaba con unas florecillas, y Zack
seguia sentado en el tronco; ahora sostenía la cadena dorada en sus manos y
pensaba en en Tarot, en esa fragil y hermosa princesa que habia estado sola por
ya una semana (bueno, Zack, no es como que hubiera estado sola un buen tiempo
antes de que tu llegaras) De pronto se concentró en la manzana de oro que
centraba el collar. Sabia que significaba algo, que la habia visto en alguna
otra parte, que sabia algo de ella pero ¿que?. Se volvio a colgar el collar y
se acomodo para tratar de descansar. Jacob aprovecho justo ese momento en el
que todos estaban dormidos, se acerco a su ofendida amiga e intento hablar.
-¿Que quieres? - suspiro la chica sin
quitar el brazo de sus ojos.
-Sabias que era yo. - declaro Jacob
mientras esperaba que Kris dejara verse.
-Eres el unico que continuamente, sin
importar como este, invade mi espacio privado. - respondio algo irritada.
-Lo lamento. - le dijo el chico.
Realmente sonaba sincero, asi que la chica se digno a mostrar su rostro. Lo
miro y Jacob solto una dulce risita.
-¿Que pasa?
-Nada. - contesto su amigo con los
labios ligeramente curvados.
-¿Ahora que tengo en la cara?
-De echo es justo lo que no tienes. - le
respondio Jacob. Kristen torno su rostro un tanto serio por no entender lo que
decia justo cuando no se portaba sarcastico con ella.
-Te ves tierna sin lentes. Diferente, de
echo, cambia por completo tu cara.
Kristen se ruborizo, queria responderle
con un ‘’gracias‘’ o un ‘’que lindo‘’, pero no, ese no era el tipo de relacion
que tenia con el , asi que se limito a darle una sonrisa que decia ‘’gracias,
pero ya lo sabia‘’ y le dijo:
-¿Sabes? me acostumbre tanto a tu
sarcasmo que cuando eres sincero conmigo no puedo entenderte.
-Perfecto. - suspiro Jacob recostandose
sobre su brazo al lado de su amiga. - justo como queria.
-¿A que te refieres?
-Nada. - le contesto mirando al cielo -
¿Disculpa aceptada?
-No tengo de otra. - fue la respuesta de
Kristen, quien se acerco mas a su amigo, y sintio como se tensaba.
Capitulo 19: MATAR A UN MUERTO
Les sirvio muy bien ese pequeño descanso
que tuvieron, al final del dia tenian suficiente energia para luchar de nuevo
con lo que fuera que se encontraran. Llegada la madrugada, caminaron hacia la
ciudad de Jenastras que les traia tantos recuerdos de su vida normal. Estaban
muy nerviosos, temian encontrarse lo peor, les asustaban mas las criaturas
modernas que las clasicas de cuentos de hadas; sera porque ellos estaban
acostumbrtados a verlas, pero el cine se las pintaba demasiado peligrosas.
-Hay que reconocerlo, nadie nos va a
ayudar aqui. Todos son los villanos en las historias que ya conocemos. - dijo
Rose apenas llegaron.
-Rose. - suspiro Alex - no seas
pesimista.
-Entendi el chiste, payaso. - le
advirtio la chica.
Pero todo iba tal y como habia
mencionado Rose, parecia un mundo apocaliptico, y nadie se aparecio como en los
otros pueblos, asi que, por muy peligroso que fuera, se adentraron en los
edificios, pues no habia nadie en las calles. Se metieron en una construccion
que parecia oficinas abandonadas; las luces de algunos pisos estaban
encendidas, por lo que pensaron explorarlos todos, lo cual ovbiamente iba a
tomar tiempo, y para ahorrarse algunas horas, obligaron a Kristen a usar el
elevador que "estaba en malas condiciones" segun la chica. A pesar de
los horrorosos rechinidos que soltaba la caja de vez en cuando, el elevador
subio a todos los pisos sin problema alguno, sin embargo, eso no fue de mucha
utilidad cuando despues de buscar en cada rincon, los chicos no encontraron
nada.
-Llevamos una hora entera recorriendo
esto, y es solo el primer edificio al que entramos. No vamos a pasar toda la
noche buscando a alguien que evidentemente no va a aparecer. - se quejo Jacob
cuando ya estaban en el ultimo nivel.
-Me da gracia que en los demas pueblos
eran los anfitriones los que nos encontraban, ya ahora henos aqui, buscando a
alguien que nos pueda ayudar en el pueblo mas peligroso de todos. - dijo
Kristen. - Estamos corriendo hacia el peligro, chavos.
-Tienes razón. - le contesto el lider al
primero. -mejor bajemos y vayamos a otros edificios que se vean más habitados.
- ¿Se dan cuenta de que nunca tenemos un
buen plan? El arte de improvisar. – dijo Zack.
Entraron una vez mas en el asensor para
volver hasta el primer piso, pero despues de cerrarse la puerta e intentar
bajar, la caja se atoro y no funciono mas, las luces del techo y los botones se
apagaron. Zack solto un bufido y presiono varias veces los controles para que
volvieran a funcionar. Nada daba resultado.
-Si esperas que el elevador baje por su
cuenta, no va a pasar. - dijo Kristen al ver tantos intentos fallidos que daban
lastima. - al menos ya no. Pero como siempre, no me hacen caso.
-Intenta hacer algo tu, genia. - le
recrimino su compañero. Inmediatamente despues de que terminara su oracion, se
escucho un ruido sobre sus cabezas, como si alguien estuviera cortando los
cables que sostenian ascensor, y despues este comenzo a caer.
Los chicos gritaban mientras bajaban a
gran velocidad; en algun punto, Jacob se estaba quedando sin aire. El edificio
era solo de sesenta pisos, y estaban cayendo a una rapidez vertiginosa, sin
embrago, parecia que no iban a llegar al final nunca.
-¡Les dije que era mala idea! - los
regaño Kristen al recordar que paso al menos diez minutos suplicando por usar
la escaleras, pero por el momento, le tocaba sostenerse lo mas fuerte posible
de las paredes.
Por fin, llegaron al final de su caida,
chocando con el suelo. Los adolescentes estaban aturdidos, mareados y sin aire.
Las puertas del elevador se abrieron, soltando chispas porque claramente se
habian hecho mas daño; afuera habia un estacionamiento subterraneo con luces
blancas en el techo que parpadeaban.
-¿Deberiamos entrar? - cuestiono Rose.
-A menos de que quieras otra experiencia
en "el elevador de la muerte" - le respondio Jacob sin mirarla
mientras salia del ascensor y sacaba su daga mas grande del estuche. Entonces
las luces se apagaron, y cuando se volvieron a encender, vieron a una niñita
vestida de negro frente a ellos; ahora las luces tenian un brillo estable. Por
un momento, nadie dijo nada, solo se miraban, hasta que Jacob hablo.
-¿Merlina Adams? - pregunto en tono de
burla.
-Bienvenidos a Jenastras, elementos de
la magia. - respondio la niña en un tono tan inocente que era casi imposible
dudar de ella. - Los traje aqui porque era peligroso que se quedaran alla
arriba.
-Bueno,¿Tu quien eres realmente? -
pregunto Rose.
-Mi nombre no es importante ahora. Por
lo que se necesitan pistas del septimo elemento.
-Si, pero... - comenzo Alex.
-Y ¿Que tal va eso hasta ahora?
-Uf, de maravilla. - dijo Jacob con su
caracteristico sarcasmo.
-No sabemos mucho. - comento Zack. -
solo que no reencarnara pronto. No nos han dado mucha informacion.
-Si, la mayoria del tiempo solo estamos
peleando y huyendo. - añadio Alex.
-Lo entiendo. - dijo la niña sentandose
en el suelo. - todas las generaciones pasan por eso.
-¿Las has visto? - cuestiono Jacob.
-No a todas, me tienen encerrada, pero
me escapo cuando puedo. - respondio encogiendose de hombros.
-¿Quien te tiene encerrada?
En ese momento, el suelo temblo, cosa
que no se parecia a la tranquilidad que habian pasado los muchachos durante
todo el tiempo que llevaban en Jenastras.
-Tranquilos. - dijo la niña. - ya estan
aqui y estan a salvo, por ahora.
-¿Por ahora? ¿Que quieres decir? -
cuestiono Zack.
-Lo verán. - fue la corta respuesta de
la niña. Despues cambio de tema. - Tal vez las pistas no parezcan claras ahora,
pero al final tendran sentido, como un rompecabezas: juntas arman algo
magnifico.
-Ya nos lo habian dicho. - dijo Alex
recordando lo que les comento Fenrir sobre las hazañas que tenian en cada
pueblo y que, según el semidios, les daban una señal de como seria el septimo
elemento.
Los chicos miraban asombrados a la
pequeña ¿Como era posible que ella supiera tanto? Y entonces, la niña volvio a
hablar:
-Y ahora me toca a mi darles la pista. -
el grupo la miro extrañado.
-Y¿Que tenemos que hacer? - pregunto
Zack.
-Lo que han estado haciendo desde que
llegaron aquí. - respondio la infanta con una sonrisa travieza en los labios. -
luchar y huir.
Las luces se volvieron a apagar, y
cuando se encendieron, ya no estaba la niña, ahora habia un ejercito de zombies
al frente.
-Listo, ya es oficial, odio a los niños.
- dijo Jacob con desprecio. Entonces los muertos comenzaron a caminar hacia
ellos.
-¡Suban al ascensor! - ordeno Alex, y
todos corrieron hacia este, aun sabiendo que estaba descompuesto. El lider
presiono una y otra vez los controles pero no funcionaba nada. El equipo
comenzo a enloquecer, en especial Kristen. Zack dio un golpe a los botones con
su hacha y todo comenzo a carburar de nuevo. Las puertas se abrieron en el
primer piso, y los chicos salieron a la calle. Se habian librado de los zombies
¿O no?, la tierra retumbo y brotaron los cuerpos, tal y como en las peliculas
viejas.
- ¡¿Y ahora qué?! - grito Kristen. - ¡No
los venceremos tan facil! - Todos estaban de acuerdo con la chica, no podian
matar a un muerto, esa batalla seria de las mas complicadas.
-¡Hay que hacer lo que podamos! - dijo
Alex, pero claramente no tenian ni idea.
El equipo se lanzo contra los zombies:
les cortaban las extremidades, los atravezaban, pero nada funciono, los muertos
seguian moviendose y parecian multiplicarse. Ademas, los cadaveres tambien
peleaban, los jalaban e intentaban morderlos; la pobre Kristen estaba viviendo
una autentica pelicula de terror.
-Alex, amigo, no podemos seguir,
llevamos mucho tiempo intentando acabar con ellos. - le dijo un Zack ya cansado
despues de varias horas escapando.
Alex entro en una desesprecaion enorme
¿Que se supone que debia de hacer? Un zombie lo empujo provocando que cayera
contra una pared y se desatara la bolsa de bombas que tenia amarrada a su
pantalon, la recogio y entonces se volvio a fijar en la hoja de jade.
-Ayudanos, amigo. - dijo contemplando la
insignia. Entonces, el sol empezaba a salir alumbro el objeto, y le dio a Alex
una idea exelente. Corrio hacia donde estaba el grupo y grito. - ¡Chicos!
Debemos dirigirlos hacia la avenida principal.
-¿Por que? - grito Jacob mientras
peleaba con un muerto.
-Las criaturas de esta ciudad solo salen
cuando es de noche, si hacemos que les de el sol desapareceran, pero tardara en
llegar aca el amanecer.
-De acuerdo. - le dijo Zack - me gusta
tu plan, amigo.
El grupo corrio hacia la avenida
principal y los zombies los siguieron a toda prisa; llegaron justo cuando el
sol baño en su luz la calle, y los cadaveres soltaron alaridos cuando
comenzaron a desvanecerse en polvo. El sol habia salido casi por completo y no
quedaban rastros de los monstruos, el equipo estaba muy agotado.
-Deberiamos ir a buscar a la niña. -
dijo Rose entre gemidos, tratando de recuperar el aliento.
- ¿Cuándo vas a entenderlo? - le
contesto Jacob. - no es necesario que les avisemos a todos nuestro estado,
ellos saben como estamos.
-Ademas, dijo que lucharamos y
huyéramos. - completo Alex.
-Y ¿A donde vamos? - pregunto Jacob.
-A buscar el bote de Thinos.
-Esta en el puerto de Turtòn. - dijo
Zack. - ¿Como llegaremos tan rapido hasta alla?
-Bueno, no estamos tan lejos. - Alex
reviso el mapa. - Jenastras y Turton son casi pueblos vecinos, el unico
inconveniente es la larga caminata que vamos a tener que hacer, pero despues de
eso, no tardaremos mucho en cruzar el mar.
-Mientras mas pronto nos vayamos, mas
pronto llegamos - declaro Zack.
El grupo camino una vez más, pero el
viaje no se les hizo tan eterno. Por fin, llegaron al puerto, y ahi estaba el
barco, igual a como lo habian dejado. Se subieron y zarparon de regreso a
Fambezia, su recorrido por los pueblos mitologicos habia terminado.
- ¿Sabes? - le dijo Kristen a Alex una
vez que ya estaban de camino. - Hace unos mese no me hubiera imaginado que me
gustaría pelear, es divertido.
-Hace unos meses estaba viendo peliculas
de zombies sin pesnar que pronto me convertiria en el protagonista. - le
repondio el lider.
Parecia que todo iria con mas
tranquilidad para el grupo a partir de aquel momento.
Capitulo 20: REPORTE DE BIENVENIDA
La corriente los llevo hasta el rio de
Fambezia donde desembarcaron por la tarde. Habian estado solo una semana fuera,
pero con todo lo que habian visto y hecho les parecieron meses, de modo que ver
el primer pueblo en el que estuvieron les causo nostalgia. Tauro los vio cuando
aun estaban lejos, y corrio hacia ellos para recibirlos. Se le notaba una
sonrisa de satisfaccion tan grande, que a los elementos se les hizo un nudo en
la garganta pensando en como explicarian lo de Nevel, pero no tuvieron que decir
nada, apenas llegó con ellos, supo lo que habia sucedido, y les dirigio una
sonrisa que mostraba compasion y entendimiento.
-Bienvenidos, chicos. Se que fue un
camino difícil, pero todo marchará con más calma por ahora. - les dijo.
-Por ahora. - repitio Jacob con ironia
que esta vez parecía verdadera. Entonces apareció Otira en el aire, su luz azul
se confundia con el cielo.
-Deben estar cansados. Acompañenme,
necesitan recuperarse. - y los elementos no respondieron, ni si quiera se
quejaron, simplemente la siguieron con las caras bajas.
-No se aflijan, chicos. – les murmuro
Tauro mientras caminaba con ellos. – yo sé que ha sido difícil, en especial
para el líder; pero créanme, la perdida de Nevel no ha sido en vano.
- ¿Cómo estas tan seguro?
-Aun les quedan dos pruebas. – contestó
el hombre, tan seguro de si mismo, que los chicos ya no tuvieron más ganas de
dudar.
Cuando llegaron a la torre de
entrenamiento, Otira les ofreció copas llenas de algo que parecía leche y los
invitó a sentarse sobre troncos puestos en la arena. Una vez todos juntos, el
entrenador pidió un reporte de su viaje.
-Algo exagerado para ser el primero. –
comentó Zack.
-Con el tiempo se irán acostumbrando. –
dijo Tauro bastante relajado mientras le daba un sorbo a su copa, y observo que
las bebidas de los demás permanecían intactas. El pensamiento de Nevel habia
vuelto a surgir.
-Y ¿A que pueblo fueron primero? -
carraspeo Tauro para romper el hielo.
-Arnezia, como nos lo indicaste. -
respondio Alex.
-¿Que tal la experiencia?
-Nos recibio tu amiga Abelone. -
contesto Kristen algo insegura de decir lo siguiente. - Nos conto sobre tu
elemento y... sobre otras cosas.
En efecto, Tauro se puso tenso.
-Pero no fue ella quien nos llevò hasta
Turton, mas bien fue su hijastro, Thinos. - añadio Rose.
-¿Te refieres al hijo de Gregos?
-Si
-¿Que tal esta èl?
-Algo destrozado al parecer... - dijo
Jacob, pero fue interrumpido por Zack, quien le indico con la mirada que ya era
suficiente de hablar sobre Arnezia.
-Bueno... - Alex cambio de tema. - en
Turton recibimos la profecia, comimos, nos dimos una ducha y.… peleamos contra
una titanoboa. - dijo como si de eso se tratara su rutina diaria.
-Vaya.
-Despues, llegamos a Alerias, pero creo
que no estuvimos allí más de cinco minutos. - compartio Zack.
-¿Que? ¿Por que?
-No somos tan astutos como parecemos,
Tauro. Fuimos engañados, Fenrir nos llevo a Jenastras sin darnos cuenta. - Y
aunque Tauro volvio a inquietarse, esta vez Zack no dejo el tema en el aire,
era importante que èl lo supiera.
-Fenrir no era quien los tenía que
recibir. - dijo el vikingo limpiandose disimuladamente el sudor de su frente.
-Lo sabemos, pero no quisimos regresar a
averiguar si la criatura que realmente nos estaba esperando era mucho peor.
-Sinceramente no encuentro mucha logica
en su justificacion, señorita Rose. - le discutio su profesor. - ¿Por qué no
tener esa pista?
-¿Quien era el que nos tenia que
recibir, Tauro? - interrumpio el lider.
-Ya no importa. - contesto de inmediato
el entrenador. - Supongo que si fue una decicion tomada por todos, no debo
juzgar. Al final seran ustedes los que carguen con eso.
Los adolescentes ovbiamente se
indignaron, pero sabian que protestar no valia la pena, al final les dirian lo
mismo de siempre: no importaba por el momento.
-En Jenastras pues...pasò lo que tenìa
que pasar. - suspirò Zack.
-Nevel se sacrificò por ustedes, niños.
- les dijo Tauro cuando vio lo vacias que se volvian sus miradas por regresar
al tema. - De no ser por èl, no estaria aqui ninguno de nosotros, y hay que
aprender a valorar eso. Simplemente fue lo correcto. Êl estaba consciente de lo
mucho que los necesitamos tanto nosotros como entre ustedes mismos.
-Tu sabias que iba a pasar ¿verdad? Por
eso cuando llegamos sin Nevel no parecias tan preocupado. Un elemento muere en
cada mision ¿o me equivoco? - preguntò Alex.
-Sabiamos desde un inicio que alguien
iba a padecer, pero no sabiamos exactamente quien. Estábamos lo que se puede
decir preparados. - respondió Tauro.
-¿Sabiamos? - pronunciò Kristen con toda
la intencion de poner incomodo al hombre. - ¿Tu y quien mas?
-El rey, la princesa y yo. - contesto el
vikingo dandose cuenta de las intenciones del grupo, pero no se permitio
estallar.
-Por eso Tarot estaba tan nerviosa el
dia que partimos. - dijo Zack en voz baja, pero todos lo escucharon.
-Pudiste habernos dicho algo. - demandò
Rosè con una voz demasiado tranquila para la dura mirada que proyectaba en
direccion al entrenador.
-La mision iba a perder sentido. -
respondio el atacado muy friamente.
-¿Importaba mas eso a que uno de
nosotros muriera? - Zack casi gritaba ante la frustracion del momento. - Solo
quieres reprocharnos el hecho de que nuestro objetivo principal era salir de
este mundo, ¿Piensas de verdad que lo seguimos haciendo por nosotros? Lo que
nos muestras ahora es que lo unico que te importa es salvarte a ti. Alex tenia
razon, tu y tu mudno solo nos estan usando.
-No, Zack. - intervino el lider. - ¿No
entiendes? eso es justo lo que tenia que pasar.
-Claro. - se rio el aludido. - la niñita
que estaba llorando en las ruinas de Jenastras ahora justifica la muerte de un
integrante de su equipo. ¿Que quieres decir Alexander?
-No estoy diciendo que me alegra que
Nevel no vaya a regresar a casa ¿Esta bien?, pero no lo estamos viendo todo, èl
tenia que pasar por eso, de otra forma nosotros no ibamos a lograr nada mas.
-Es correcto, Alex. - lo apoyo Tauro. -
La magia ya lo tenia predispuesto. Uno tenia que morir en la primera prueba
para que el resto del equipo triunfara en las siguientes. Pero no se preocupen,
el elemento reencarnará...
-Por supuesto. - resoplò Jacob. - eso es
lo que nos preocupa.
-Pero ¿Que no eramos la ultima
generacion? Ya no puede volver a reencarnar. - dijo Kristen.
-Bueno, seórita Maxwell, mientras la
magia siga necesitando ese elemento, seguira reencarnando no importa cuantas
veces muera su representante.
-¿Osea que la inteligencia pasarà de una
persona en otra hasta que terminemos las misiones? - cuestionò Rosè.
-Asi es. Quiero que entiendan una cosa,
sì hay una ultima generacion, pero no todos ustedes formaràn parte de ella,
algunos pueden morir...
-Que optimismo. - suspirò Rosè con
sarcasmo.
-O decidir que ya no quieren seguir. -
añadio Tauro para cubrir su respuesta anterior, pero incluso le fue peor.
-¿O sea que si podiamos negarnos a este
trabajo desde un inicio? - preguntò Jacob.
-No, para fortuna nuestra y desgracia de
ustedes, el representante de un elemento solo puede renunciar hasta despues de
la segunda prueba.
-Supongo que esperaremos a que pase eso
para retirarnos, señor Tauro. - anuncio Rosè fingiendo tragedia en su tono. - y
lamentamos mucho si no somos suficientes para llegar a la tercera prueba.
-Mi punto es, señorita Peterson, que
alguien mas puede ocupar el lugar de la inteligencia para que terminen sus
pruebas como un equipo, pero hay que elegir con cuidado.
-Bueno, no se si sea del todo cierto,
señor, pero Fenrir dijo que podia otorgarse a otra persona sin condicion
alguna. - comento Zack. - Pero no conocemos a nadie con la inteligencia de
Nevel.
-La informacion que les dio ese semidios
no es falsa. - respondio Tauro. - Supongo que reemplaza a los datos que tenia
preparados Alerias para ustedes, pero en este caso, señor Byrne, la magia es la
que escoge al sucesor porque fue su voluntad que Nevel dejara el equipo.
-Pero tambien nos dijeron que podía
tenerlos un solo hombre. - comento Kristen mirando a Alex.
-Lo cual seria muy peligroso, señorita
Maxwell - criticò Tauro.
-Yo solo decia, que tal vez Alex sabria
cuidar de ellos mejor que cualquiera de nosotros. - No sabia cuanta esperanza
se romperia en aquel comentario varios años despues.
-Entonces. - dijo por fin Rose. - ¿El
elemento de Nevel se le dara a alguien mas?
-Si, pero hasta que la magia lo
necesite. Por ahora ya cumplieron su primera tarea, deben descansar mucho hasta
que llegue la segunda, que es la mas dificil.
- ¿Traerán a otro mortal de la Tierra?
-No lo sé, Rosé. – dijo Tauro poniéndose
de pie ya estallando de tantas dudas que lo hacían sentir el peor entrenador
del mundo. – Por ahora deberían concentrarse en cuáles son las pistas para que
aparezca el séptimo elemento.
Vio que todos lo miraban desde sus
asientos con una expresión que no reflejaba ningún sentimiento, ni si quiera
rencor o confusión.
-Nos vemos después. – exhaló caminando a
la salida.
- ¿No iras a la cena? – preguntó Rosé,
pero solo obtuvo como respuesta un portazo.
Capítulo 21: ROMPECABEZAS
En el castillo, llego la noticia de que
los elementos habían regresado, y el rey estaba muy atareado con los
preparativos de la Cena de Bienvenida, tanto, que no pudo atender a Tauro
cuando llegó para comentarle lo ocurrido en la torre.
-Ahora no puedo. - le decía caminando a
toda prisa hacia el comedor. – Ve con Tarot, ella te ayudará.
- ¿Tarot?
- ¿Algún problema?
-No, majestad, es solo que creo que aun
es muy joven para entender…
-Ella también esta involucrada en esto,
Tauro; y ya es lo suficientemente mayor para comprender el alcance de estas
cosas. – El vikingo solo suspiro, aceptando que el rey tenía algo de razón. –
Yo no voy a vivir para siempre, ella tiene que aprender a manejar esto sola.
El monarca continúo dando órdenes, y
Tauro no tuvo mas remedio que buscar a la princesa para hablar con ella sobre
un tema difícil de tratar. La encontró en la biblioteca, hojeando por milésima
vez “El libro de Afrodita”
- ¡Tauro!, que gusto me da verte. – exclamó
la princesa cuando lo vio entrar en el salón y corrió a saludarlo, pero era
evidente que algo le preocupaba. - ¿Sucede algo?
-Quería hablar con tu padre, pero me
temo que esta algo indispuesto para mí en estos momentos.
-Tal vez puedas esperar a que se
desocupe.
-Sinceramente no son noticias
excelentes. Necesito que este de buen humor para digerir todo.
- ¿Quién fue? – pregunto Tarot
preocupada, pero se tranquilizó un poco al escuchar la respuesta de “Nevel”. –
En definitiva, no era buena idea planteárselo a mi padre ahora; esta muy
satisfecho de que regresaran tan rápido, si sabes lo que te conviene, no le
estropees esta noche y déjalo disfrutar de nuestra victoria temporal.
-No es eso lo que me preocupa. -
contesto Tauro apartando la mirada. – Ya estaba enterado de lo que pasaría, no
tengo que informarle nada si es capaz de observarlo.
- ¿Entonces que sucede?
La expresión de Tauro cambio a una
bastante seria y algo entristecida hasta donde la princesa pudo observar.
-Quisiera poder decirles todo…
- ¡No, Tauro! - exclamó Tarot. - Lo
tenemos prohibido. Debemos permanecer pacientes, con el tiempo entenderán todo,
son muy inteligentes para su edad.
-Y por primera vez en siglos, me
gustaría que no fuera así. – la interrumpió el vikingo. – Están descubriendo
mas cosas de las que deberían a estas alturas; les surgen muchas dudas que,
mucho me temo, están destinadas a ser contestadas dentro de un largo tiempo y
de la peor manera.
-Oh, Tauro. – dijo la chica. - ¿Qué te
preocupa de eso? Deberías alegrarte, significa que la segunda prueba será fácil
para ellos.
-Lo que realmente sucede es que no
pueden entenderlo. Cada día aprenden mas sobre sus elementos, y no pueden
comprender lo que significa eso. – respondió Tauro. – Y si no lo hacen, no
tendrán las herramientas necesarias para completar la segunda prueba.
-Tienes que aprender a ver ventajas en
todo esto. – le dijo la princesa. – La parte buena es que ya tienen la idea,
solo falta que la hagan suya, y esa es tu tarea.
-Pero también puede ser algo en nuestra contra.
– El semblante de Tarot cambio de uno optimista a uno serio. – Cuando lo
entiendan serán capaces de todo.
-Es un equilibro, Tauro. – suspiro la
princesa. – Tiene que haber un mal por cada bien que consigamos, hasta que haya
plenitud entre ambos mundos.
Mientras en el palacio se llevaba a cabo
esta conversación, en la torre se hablo de otra cosa después de que Tauro
salió. Era increíble cuanta información les habían ocultado, y cuanta aun no
les revelaban. Sin duda, todo hubiera sido más sencillo de haber sabido esas
cosas desde un principio. Si bien no podrían evitar la muerte de Nevel, al
menos podrían entenderla mejor.
-Bueno. – inicio Zack mientras dejaba su
copa llena en la arena. – Supongo que deberíamos armar el “rompecabezas”.
Silencio.
- ¿Con que piezas? En todos lados solo
nos dejaban descansar, pelear, información del pasado y es todo. – dijo
Kristen.
-Te equivocas. – la interrumpió el
líder. – Si esperábamos que cada pueblo nos diera un pergamino donde estuvieran
escritas las pistas, no entendimos el propósito de la primera misión.
-Alex tiene razón. La primera prueba era
para enseñarnos a trabajar en equipo, y que aquí las cosas no son tan fáciles
como de donde venimos. En el mundo de la mitología, cada acción tiene un por
qué. – completo Jacob.
-Fenrir y la niña nos dijeron que en
cada pueblo pasaba algo, en cada escena tuvimos como equipo una cualidad del
séptimo elemento.
-Entonces ¿Armaremos el rompecabezas con
eso?
-Así es, solo hay que pensar a fondo en
como actuamos.
-Bien. El primer pueblo fue Arnezia,
donde nos contaron historias bastantes largas, que parecen vacías e
innecesarias, pero seguramente al séptimo elemento le hubiera gustado conocer
eso.
-Descubrimiento – dijo Kristen.
- ¡Exacto! Primera pista encontrada.
-En Turtòn, además de la profecía de
Nevel, tuvimos nuestra primera victoria contra una criatura, trabajamos como
equipo. – dijo Alex.
-Dedicación. El séptimo elemento es muy
dedicado.
- ¡Eso, Rosé! – exclamo Jacob.
-Lo más importante de Alerìas fue el
sacrificio de Nevel.
-Pero el sacrificio es un elemento que
actualmente está eliminado, así que no puede ser una pista.
-Correcto. Debe haber algo más profundo.
-Decisión, quizá. – dijo Zack. – Nevel
tomo la decisión de sacrificarse, de hacer algo difícil que solo los valientes
harían.
-Muy bien, equipo. Sinceramente creí que
sería mas difícil. -vitoreo Alex.
-Ahora la ultima pieza. – dijo Kristen.
– En Jenastras fue la última pelea, en la que nos entregamos hasta vencer.
-Pasión. – concluyó Rosé. – Eso es algo
que todos los elementos deberíamos tener como guardianes de la mitología. Cada
representante debe proteger a este mundo con pasión, como si de su propio hogar
se tratara.
En ese momento, las insignias de los
chicos que llevaban en el pecho comenzaron a parpadear con un brillo tan
potente que la estancia pareció obscura de pronto. La luz se volvió cegadora,
obligando a los chicos a taparse los ojos, y cuando los volvieron a abrir,
observaron algo increíble que se llevaba a cabo sobre sus cabezas.
Sus insignias estaban flotando en el
aire con un brillo resplandeciente que nunca habían visto en ellos; formaban un
círculo, y, en el centro de este, apareció un nuevo símbolo: un ojo con
sencillo diseño, hecho de diferentes piedras preciosas en un mosaico increíble.
Las insignias se alinearon perfectamente para que al atravesar por estas el
sol, en el suelo se viera la palabra “dadisoiruc”
- ¿Qué significa eso? – pregunto Rosé.
-Deben estar revelándonos al séptimo
elemento.
-Pero no nos están diciendo nada, Alex.
– observó Kristen.
Las insignias rompieron la formación,
haciendo que la palabra desapareciera. Cada una volvió suavemente al pecho de
sus portadores, y el nuevo objeto se posó sobre la sudadera de Alex,
exactamente en una etiqueta donde decía el lugar donde fue adquirida.
-Nueva York. – leyó Jacob, cayendo en
cuenta igual que sus compañeros. – El representante del séptimo elemento está
en Nueva York.
-O sea que si es un mortal… - concluyó
Alex.
-Pero eso no es lo que necesitamos. –
exclamó Zack. – Lo que queríamos saber era cual es el elemento.
-Quizá Tauro sepa que significaba esa
palabra. – dijo Kristen. – Le preguntaremos en la cena.
-De hecho, lo conveniente sería ANTES de
la cena ¿O quieres quedar como tonta frente al rey? – comento Jacob.
-Bien. – cedió Kristen. - ¿Entonces
vamos a buscarlo?
-Él vendrá. – dijo Rosé preparándose
para dejar el ruedo. – Lo mejor será que subamos a descansar un rato, hace
mucho que no tenemos momentos para nosotros.
Y sin decir nada más, los muchachos se
dirigieron cada uno a su cuarto, buscando un momento de descanso pleno, por fin
después de algunos días. Todos llegaron a su habitación para echarse en la cama
y tratar de dormir lo que no pudieron en varias noches. Aunque eso no duró
mucho, las hadas llegaron a tocar la puerta de cada uno para decirles que se
alistaran para la cena.
Capítulo 22: PROTAGONISTAS
Realmente era temprano para la hora de
la cena, y los chicos no pensaban arreglarse tanto, pero las hadas los llevaron
al rio Osiris para darse un baño, y los vistieron con ropajes que ellos nunca
habían usado, por lo que se sintieron como si solo tuvieran telas encima.
Cuando llegaron al comedor del palacio,
lo vieron muchísimo mas hermoso que cuando entraron la primea vez a husmear. La
alargada mesa estaba cubierta de un brillante mantel dorado, y sobre esta había
exquisita comida elegantemente preparada; las cortinas estaban abiertas y caían
con gracia en el suelo perfectamente limpio. Estaban a punto de entrar a
engullir todo, cuando Tauro los llamo desde unos pasos más atrás. El entrenados
también se había arreglado: llevaba el pelo peinado, vestía una túnica blanca
debajo de la pulcra y liviana armadura y su piel se veía extremadamente fina y
lisa.
-Se ven brillantes. – comenzó a decir. –
La ropa moderna será más cómoda para los viajes, pero la vestimenta de aquí los
hace ver poderosos y elegantes.
-Gracias. – dijo Kristen con una
sonrisa.
-Hablando de brillo, queríamos
preguntarle algo… - dijo Jacob.
-Claro, sobre qué.
-Sobre el séptimo elemento. – respondió
Zack, y la sonrisa de Tauro desapareció inmediatamente.
Los hizo seguirlo a la biblioteca donde
podrían hablar con mas seguridad, y los chicos le contaron con detalle todo lo
que había pasado con las insignias en el ruedo; Tauro los escuchaba atento y
asombrado. Cuando Alex finalizo diciendo que la insignia se había posado sobre
él, el equipo esperaba una respuesta de alarma por parte del vikingo, en vista
de que no parecían haber descubierto nada (o al menos nada útil), pero su
receptor mostro una reacción muy satisfecha.
- ¡Es increíble, muchachos! – exclamo. –
Se les ha revelado información innovadora sobre el séptimo elemento.
-Supongo, pero ¿Cuál es el elemento?
¿Qué no era eso lo que importaba? – pregunto Zack.
-Claro, pero conocer la procedencia del
futuro representante también es de utilidad.
-Entonces ¿Tendremos que esperar mas
tiempo a que nos revelen el elemento por partes?
-No, Jacob. Ya se los han revelado. –
contesto Tauro. – La palabra que apareció en el suelo fue “dadisoiruc”, está en
un antiguo idioma que actualmente solo se utiliza en el pueblo de Jenastras; es
el lenguaje Sever, significa que la palabra se escribe y se pronuncia al revés
de lo normal. Hagan la prueba.
-Dadisoiruc al revés es… - Rosé comenzó
a ordenar las letras hasta que la palabra tuviera sentido. - ¡Curiosidad! El
elemento es curiosidad.
Todos celebraron intercambiando sonrisas
de satisfacción.
-Muy bien hecho elementos, estoy muy
orgulloso de que lo hayan logrado. – les dijo Tauro con una sonrisa de oreja a
oreja. – Ahora vamos a celebrar como es debido. Acompáñenos al comedor real,
por favor.
Por fin, habían encontrado cual era el
séptimo elemento, pero no sentían nada en especial; ni orgullo, satisfacción,
alegría, preocupación, nostalgia, emoción, ansiedad, nada. Solo estaban
aliviados. Un poco. Se sentían un más relajados por haber concluido la primera
misión sin tantos problemas como se lo imaginaban, pero estaban asustados;
asustados porque la segunda prueba sería más difícil, porque quizá no la
pasarían, porque Tauro nunca les aclaro si era cierto que en cada prueba moría
alguien; porque querían renunciar, pero quizás no podrían.
Tauro entro en la enorme estancia, pero
Otira detuvo a los niños en la puerta:
-Héroes como ustedes merecen una entrada
especial. – les dijo con una sonrisa mientras desaparecía en el aire.
Detrás de la puerta, los muchachos
escuchaban el sonido las trompetas antes de anunciar la entrada del rey, la
princesa, Tauro, Otira, el líder de la guardia real, y otros invitados
importantes. Entonces, escucharon como un elfo soltaba cierto discurso a cerca
de ellos antes de presentarlos.
- “Ahora, es un privilegio para mí, poder
presentarles a seis jóvenes, que siglo con siglo regresan para salvarnos…”
-Bueno. – dijo Alex volviéndose a su
equipo. – Es nuestro turno de alzar la cabeza y ser importantes.
- “… seis héroes que sacrifican su vida
por salvar un mundo ajeno a ellos…”
- Valdrá la pena el esfuerzo de no comer
bien durante días para poder disfrutar esta cena. – dijo Kristen.
- “… con quienes estamos eternamente
agradecidos por sus constantes luchas y muestras hacia nosotros…”
-Mejor aún, por fin podremos vernos
protagonistas.
- “… Recibamos a quienes acaban de
regresar victoriosos de su primer viaje, con las herramientas necesarias para
poder salvarnos una vez más”
-Gracias por compartir esto, chicos. Fue
difícil, pero juntos es mejor.
-No podíamos dejarte aquí para que murieras
solo, Alex. – espetó Jacob. – Espero que valores todo lo que estamos haciendo
por ti.
-Reconócelo. – dijo Kristen colocándose
junto a su amigo más sarcástico. – te va a gustar recibir esta atención.
-No se compara con la comodidad que
tendría en estos momentos su estuviera en el mundo real, Kristen. – le
respondió a la chica. – pero supongo que tendré que conformarme con pasar esta
noche a su lado.
- ¿A su…?
- “Con ustedes, los seis elementos de la
magia y fantasía.” – se escuchó del otro lado, y la puerta se abrió frente a
ellos para dejarlos pasar al comedor donde todo el reino los aguardaba. Los
elementos se tomaron de la mano y caminaron por la sala con la cabeza bien en
alto, contemplando como incluso el rey inclinaba su cabeza cuando pasaban.
Disfrutaron mucho la noche, reían como
no lo habían hecho en mucho tiempo. Al final de la cena, Alex levanto su copa y
llamo la atención de todos los presentes.
-Habitantes de Fambezia, quisiera hacer
un brindis en el nombre de todo mi equipo. – Sus colegas lo miraron agradecidos
desde sus asientos. – Fue un camino difícil sin duda, aun esta siendo
complicado para nosotros aceptar el hecho de ser los responsables de que su
mundo se encuentre a salvo; pero entendemos lo que significa para ustedes, y
al ponernos en su lugar, nos damos
cuenta de que no hay tesoro mas grande que el sentirse seguro y vivo. – hizo
una pausa, tratando de tomar fuerzas para su siguiente dialogo. – Y hablando de
vida y muerte, quisiera brindar en especial por un amigo nuestro que no ha
podido llegar hasta este momento con nosotros. Nevel Marshall, que en paz
descanse si es que este mundo se lo permite, y que todas las tierras lo
reconozcan como el maravilloso ser humano que era. Agradecemos sus ovaciones,
pero sin él no es lo mismo, y nos encantaría tenerlo en esta cena, celebrando
con nosotros; por ahora, solo queda hacerle honor a su nombre y a su
sacrificio. Por eso quisiera decir ¡Por los héroes que no están presentes
(tanto los que ya se fueron, como los que llegaran)!
- ¡Salud! – corearon todos.
-Que satisfactorio es para todos verlos
llegar hasta aquí. – clamo Tauro. – Pero créanme, nadie se siente mas orgulloso
y satisfecho que yo. No por el hecho de que el entrenamiento que les di fue
suficiente, sino porque me han demostrado que son capaces de enfrentarse a lo
peor y seguir adelante. Orgullosamente les digo: Misión primera ¡Completada!
Todos los invitados estallaron en
vítores, y los chicos que nunca habían sido el centro de atención de nada ni
nadie, sintieron que se llenaban de motivación. Aquellas criaturas estaban
agradecidas con ellos, y eso les bastaba.
Capítulo 23: RESPIRANDO HONDO
Los días siguientes a la fiesta, los
chicos pudieron llevar su vida con más calma, sin entrenamientos intensivos,
sin horarios complicados, sin sobresaltos en medio de sueños, sin peleas con
monstruos; pero la fama se había vuelto parte de sus vidas, así que ya no
podían bajar al valle sin ser interrogados y perseguidos por todos, solo se
quedaban en la torre, y de vez en cuando visitaban el palacio.
Estaban descansando, si, pero no lo
estaban sintiendo como vacaciones; sabían en que mundo estaban, sabían contra
que estaban luchando, y sabían que en cualquier momento podrían solicitar su
apoyo. Simplemente estaban alerta, con el guardia en alto.
Tauro los llamo al día siguiente de la
fiesta.
-Se que les hubiera gustado concluir
esto y descansar, sin embargo, debo informarles a cerca de lo que pasará a
continuación.
-Vamos llegando, Tauro, no querrás
mandarnos a la siguiente prueba sin preparación ¿o sí?
-Calma, Jacob. El rey me ha autorizado
un tiempo determinado para que vuelvan a entrar en acción, y por ahora no habrá
mas trabajos suicidas.
-Entonces todavía no necesitamos la
información sobre la siguiente prueba.
-No les explicare los detalles de esta,
solo necesito que se preparen psicológicamente para lo que les voy a pedir.
- ¿Qué tan difícil puede ser, chicos? –
dijo Rosé - ya superamos otras cosas juntos, no dudo que sea la excepción.
-Me alegra que se sienta confiada,
señorita, pero no debemos dejarnos llevar por los sentimientos del momento.
-Bueno, ilústrenos entonces con lo que
hemos de atravesar en un tiempo.
-La segunda prueba, como ya les había
comentado, es mas bien a cerca del líder, de cuanta es su capacidad para vencer
cuando su equipo le haga falta, averiguar si realmente puede contener todos los
elementos.
- ¿Está diciendo que si le cederemos a
Alex todo el poder?
-No, Kristen, eso esta estrictamente
prohibido por La Ley de Magia. – le contesto Tauro. – Pero como saben, un buen
líder tiene que poseer todas las cualidades para dirigir a un grupo; y, en este
caso, para protegernos de un enemigo muy poderoso. La segunda misión consiste
en una serie de pruebas y exámenes que se le realizan al líder con la intención
de
conocer cuanto sabe a cerca del mundo
que tiene que defender. De esta forma, podemos evaluar si será capaz de
enfrentarse a los siguientes retos o si necesita más tiempo, pero no puede
apoyarse en su equipo esta vez.
-Y ¿Cómo son esas evaluaciones? –
pregunto Alex.
-Anteriormente las aplicaba el rey
Aeneas, pero desde que la bruma se volvió mas densa, ha sido necesario el apoyo
de un ser algo mas poderoso que su majestad… Resulta que requerimos a alguien
que pueda ver la bruma e informarnos cuanta va a ser la dificultad de los
elementos para enfrentarla. – Tauro hizo una pausa antes de dar la noticia con
un rostro ligeramente preocupado. – Ustedes serán la primera, única y última
generación que evalúe Delaney.
- ¿Quién es Delaney? – pregunto Kristen,
aunque algo en su interior se movió diciéndole que no era alguien de bien.
-Delaney es el ser más vetusto que
existe en Fambezia, fue de los primeros seres que habitaron este mundo después
de haber sido creado por Alejandro Magno. Ha vivido en el Bosque Negro desde
que llego, y todos le temíamos al ser la bruja más poderosa de todas. Pero
cuando Aeneas descubrió lo que era capaz de hacer, decidió encararla, y resulto
no ser la malévola criatura que decían que era; solo es algo lúgubre y
reservada. En fin, el rey solicito que fuera ella misma quien aplicara la
prueba. Delaney acepto, pero nos advirtió que no sería nada fácil.
-Corres el riesgo de ser vaporizado si
no te esmeras, amigo. – dijo Jacob.
-Tranquilo, Alex. – dijo Kristen
mientras enterraba su codo en las costillas del otro. – te ayudaremos en lo que
este en nuestras manos.
-De hecho, señorita Maxwell, nosotros
nos encargaremos de que no sea así.
- ¿Qué? ¿A que te refieres? – exclamo la
chica, esperando que Tauro estuviera bromeando.
-No es algo que nos guste hacer, pero
son medidas que tomamos para que la segunda prueba sea superada correctamente.
Tendré que quitarles sus elementos un tiempo.
- ¿Y eso de que forma ayudara a Alex? –
reclamo Rosé. - ¿Qué no se supone que los necesita?
-Si, pero no de esa forma. – respondió
el entrenador. – Siempre es en la segunda prueba cuando los elementos empiezan
a manifestarse con mas fuerza en sus representantes, pero casualmente, es la
única ocasión en donde no se necesitan; así que, para evitar problemas, Delaney
ha solicitado que abandonen sus poderes tan pronto como empiecen las
preparaciones para la segunda prueba.
- ¿Así que no podremos usar nuestro
elemento en su momento de mayor fulgor?
-Así es, Zack.
-Bueno, yo supongo que no tendrá nada de
malo descansar un poco de eso. – suspiro Jacob. – te apoyaremos “desde las
gradas” ¿esta bien? – se dirigió a Alex.
-Gracias, amigo, lo necesitare demasiado
una vez que empiecen… ¿las preparaciones?
-Si. – contesto el vikingo. – El líder
necesita mucho acondicionamiento antes de sus evaluaciones. Para esto, el rey y
su servidor creamos un curso que Alex empezara cuando este cerca la segunda
misión. Lo que haremos en estos cursos, será enseñarle mas historia sobre este
mundo, tácticas de guerra, alianzas entre pueblos y armas utilizadas por los
gobernantes a lo largo del tiempo para que pueda aplicarlo en el campo de
batalla. Pero… creo que ya es suficiente información por ahora… ¿estas bien,
Alex? Te veo algo pálido.
-Estoy bien, Tauro. – respondió el
aludido tratando de disimular su mareo. -Gracias. Aunque para ser sinceros,
preferiría no pensar en eso por ahora.
-Esta bien, señor Magnus, aun falta
tiempo para que llegue la segunda prueba, solo queríamos que tuvieran
ligeramente contemplado como será la siguiente tarea.
Lo primero que hizo Zack al día
siguiente, fue ir al palacio para ver a… bueno, a ella. La princesa se mostro
muy emocionada de ver a su amigo; solo había sido una semana, pero se habían
extrañado demasiado.
-Me da gusto verle de nuevo, Zack Byrne.
Me hizo mucha falta un amigo con quien hablar de mis preocupaciones estos días.
-Bueno, ya estoy aquí, y como ve, no he
muerto, su collar si es de la suerte. ¿Qué es lo que la tenia tan preocupada?
-Ustedes, si no qué, pero como dice,
parece que usted se encuentra de maravilla.
-Quizá de maravilla no, pero dentro delo
que cabe bien, He regresado con traumas ¿Sabe?
-Si, me temia que fuera a ser demasiado
para ustedes. Solo son mortales.
-Le agradezco su interés en nosotros,
pero casi nada se salió de control.
-CASI nada. – recalcó la princesa.
-Si, bueno, tampoco somos perfectos…
usted entenderá eso.
-Claro que lo entiendo; de hecho, los
felicito por haber concluido la primera misión de la mejor forma que se ha
visto en siglos.
- ¿Los demás acababan todos muertos? –
bromeo Zack.
-Solo digamos que en el primer viaje ya
no querían ayudarnos. Se rendìan muy fácil.
-Nosotros también queremos acabar con
esto lo mas pronto posible, Tarot. – respondió el chico. – Pero nos quedaremos
para averiguar como nos resulta la segunda prueba.
-No saben lo agradecidos que estamos con
ustedes. – le dijo Tarot.
-Tal vez no lo sepa, pero puedo
comprender como se sienten.
La princesa guardo silencio mientras
contemplaba como su compañero se paseaba por los bordes de la laguna sin temor
a caerse.
-Lamento lo de Nevel. – dijo.
-Ya nos han dicho que no debemos
lamentarlo. – pronunció el héroe con la mirada muy seria. – Es como si
estuviéramos siendo mal agradecidos con él. Se sacrifico por nosotros, y
lamentar su muerte es lo equivalente a decir “no me importa, pero gracias” Algo
muy cruel de nuestra parte.
-Zack, no pueden ocultar para siempre su
dolor, solo acéptenlo y ya.
-La verdad es que preferimos no tocar el
tema y listo. Así no sufrimos nosotros y no lo ofendemos a él.
- “Yo no te diré que hacer” – cito
Tarot.
Se quedaron callados un largo rato,
simplemente sintiendo la fría brisa en su rostro, disfrutando de la tarde,
hasta que Tarot volvió a hablar:
- ¿Cuándo empezara Alex sus lecciones
para la segunda prueba?
-No lo se. Espero que no sea pronto.
-Pero Tauro les ha hablado de eso, ¿no?
-Si, menciono que el líder requiere una
larga preparación para poder cumplir la segunda misión, pero Alex insiste en no
meterse en eso por ahora, quiere un descanso, y es entendible.
-Bien, solo… recuérdale que es de verdad
difícil esa preparación, tiene que ocuparse con tiempo.
-Esta bien, princesa, no se preocupe,
Alex lo tiene todo bajo control. Ahora que podemos, solo queremos respirar.
-Claro. – suspiro la chica. – Respiren
cuanto quieran y mientras puedan.
-Eso no ayuda mucho ¿Sabes? – riò Zack.
-La segunda prueba llegara más rápido de
lo que creen.
Capitulo 24: EL DESCANSO MERECIDO
Mas de tres meses en el mundo de la
fantasía se hicieron muy cortos para ellos. Empezaban a pensar que realmente no
les molestaba estar ahí, era divertido. Poco a poco se fueron recuperando del
primer viaje, y la muerte de Nevel ya no parecía dolerles tanto.
Sin embargo, no había día en que Alex no
pensara en la segunda prueba; la veía lejos, pero, cuando llegara, ¿Qué iba a
ser de èl? Realmente no tenia ganas de enfrentarse a todo aquello, cuando llego
a Fambezia, e incluso cuando le dijeron que él era la causa de todo eso, nunca
se imaginó que tendría exámenes para exponerlo ante las criaturas que
supuestamente gobernaba. Al final dejaba todo eso de lado, y trataba de distraerse
como sus compañeros, pero no era fácil, ellos no tendrían de que preocuparse en
un tiempo.
-Tu propuesta es muy ambiciosa, Tauro. –
dijo Aeneas. – Me parece que será lo más amigable que habrás hecho por tus
estudiantes.
-Como ya le había dicho, majestad, soy
capaz de observar el interior de mis alumnos, y conozco sus necesidades. Creo
que eso es lo mejor que podemos hacer por ellos después de que arriesgaran su
vida con tan solo dieciséis años y volvieran con más herramientas que
generaciones pasadas.
-Sinceramente no entiendo tu obsesión
con esos chicos. – soltó el rey. – Espero que no tenga nada que ver con Aries.
-No se preocupe, señor. Le aseguro que
todos mis planes por ahora están fijados hacia el bienestar común.
-Bien. – contesto el monarca después de
analizar a Tauro de pies a cabeza. – Supongo que no hay razones para negarme a
que se lleve a cabo este trabajo. Si estas completamente dispuesto a encargarte
de la obra tu solo, autorizo el “proyecto para bien común”
-Gracias, alteza; no sabe que felices
estarán de recibir la noticia. – el vikingo ya se encaminaba a la salida, pero
el otro hombre lo llamo.
-Solo asegúrate que puedan estar a
tiempo para las preparaciones de la segunda prueba.
-Aeneas. – suspiro el guerrero. – Me
gustaría poder encargarme también de eso, pero le encomendaste esa terrible
tarea a Delaney, ¿No lo recuerdas? Yo no adivinare cuando es momento de iniciar
con las lecciones para el señor Magnus, pero en cuanto me indiques que es
momento de su regreso, yo enviare por ellos.
-No espero nada mejor de esto, viejo
amigo; solo que tu segunda prueba salga tan bien como la primera.
Dicho esto, Tauro salió del palacio y
entro corriendo al ruedo de arena donde se encontraban jugando los chicos.
- ¿Qué sucede? Pareces exaltado. – dijo
Rose cuando lo vio entrar.
- ¡Niños! Tengo algo que decirles. –
contesto el entrenador mientras recuperaba el aliento. - ¡Se van de vacaciones!
- ¡¿Cómo?! – los chicos obviamente
resultaron sorprendidos, ¿en ese mundo también se les permitían las vacaciones?
-Hable con el rey Aeneas, me ha
permitido llevarlos a un oasis en Alerias donde reposaran hasta que sea momento
de iniciar con las preparaciones para la siguiente prueba. Van a salir unas
semanas de Fambezia.
- ¡Guau!
-Si, guau. – cito Tauro con el aire un
poco mas regulado. - ¡Los llevare mañana mismo!
-No se trata de una etapa para pasar a
la siguiente misión, ¿verdad?
-Vamos, Zack, confía un poco en tu
maestro. – tarareo Kristen. – Hasta los héroes tienen derecho a un pequeño
respiro. ¿Qué hay de malo con ir a ese Oasis? Suena bien.
-Bueno, mientras no ataquen monstruos,
todo bien.
-No, no, Jacob. – dijo Tauro. – El oasis
al que pienso mandarlos en un verdadero paraíso. Esta lleno de palmeras y
arboles frutales, el agua de sus lagunas y ríos esta siempre en el mejor punto,
los pastos son siempre verdes, los frutos son jugosos sin importar la época del
año, ahí se ven las mejores puestas de sol en todo el mundo, y lo mejor, será
solo para ustedes seis durante algunas semanas.
- ¿Lo hicieron por nosotros? – pregunto
Rose.
-No, realmente ese paraje fue creado por
las hadas para una muy hermosa reina en el pasado, pero desde que ella murió,
nadie (a excepción, claro, de los animales) ha vuelto a vivir ahí.
- ¿Qué reina fue?
- ¿Acaso necesita esa información para
aceptar su estancia ahí, Zack?
-Bien, bien. No es obligatorio dármela.
– dijo el chico. – Pero ya ni si quiera buenas noticias nos pueden dar sin que
tenga un misterio adentro.
-No se preocupen por la seguridad. – continuo
Tauro haciendo caso omiso del comentario de Zack. – el oasis está rodeado por
una barrera mágica parecida a la de los pueblos, solo que esta tiene una
protección especial en contra de dioses.
- ¿Por qué querrían una barrera en
contra de dioses?
- ¿Seguirá cuestionando mi regalo, señor
Byrne?
-Oh, vaya.
- ¿Tu regalo, Tauro? – cuestiono Rose.
-Le pedí al rey que me dejara
agradecerles su esfuerzo y sacrificio en la prueba pasada, ninguna otra
generación había logrado tanto como ustedes, les debemos una.
-Pues, gracias, de verdad. – dijo
Kristen. – Nos ayudara un poco despejarnos de este reino. No es que no nos
guste, pero es irritante tener que caminar por ahí con animalitos detrás de ti.
Tauro soltó la carcajada.
-Así que te marchas.
-Aja
-Otra vez
-Aja. Pero en esta ocasión no es una
prueba, Tarot.
-Vaya, es que parece que solo te quieren
alejar de mí. – suspiro la princesa. - Sinceramente me sorprende la facilidad
con la que mi padre les permitió salir de Fambezia, naturalmente hubiera dicho
un “no, para nada, deben estar aquí para cuando la bruja diga que ya es hora” -
-Pero mientras haya accedido, nosotros
aprovecharemos. Tu padre nunca dice que si tan fácil, como ya lo has dicho.
-Supongo. – Tarot se sentó en el balcón.
– Entonces, que lo disfruten. Aprovechen el tiempo que tienen juntos.
-Oye – (¿crees que debería dejar de
hablarte de Zack?) – Solo venia a despedirme para tomar libremente mis
merecidas vacaciones, pero creo que ahora también tengo que recordarte que
estaré bien. – dijo acariciando la manzana que colgaba de su cuello.
-Lo sé, Zack. – una sonrisa se produjo
en los labios carmesí de la chica. – De verdad me da gusto por ustedes. Igual
que mi pueblo, estoy orgullosa de ustedes.
-Bien, entonces… Nos veremos dentro de
un tiempo.
Y el chico salió de la alcoba
columpiándose por las lianas hasta llegar al suelo; corrió hacia la torre,
donde un grupo de jóvenes de su edad lo esperaban para planear que tanto harían
en su lago (o al menos eso esperaban) descanso.
A la mañana siguiente, Tauro y los
chicos se encontraban donde se habían despedido para salir del reino la primera
vez; solo que, en esa ocasión, en lugar de armas llevaban sus mochilas listas
para disfrutar el verano que en su mundo les hubiera costado un semestre.
Subieron al barco de Thinos que ahora usarían para transportarse con mayor
facilidad todos los habitantes de Fambezia mientras Tauro y algunos elfos
disponían las maletas por babor.
-Espero que gocen de este descanso,
jóvenes. -exclamo el vikingo. -porque posiblemente sea el ultimo que tengan en
mucho tiempo.
-Procura que la bruma no avance tan
rápido ¿Sí? – dijo Rose. – Quiero relajarme de ser un elemento por un largo
largo tiempo.
-Está bien. – sonrio Tauro. – Pero
recuerden que su estancia en el oasis todavía no está muy bien determinada,
tengo estrictas ordenes tanto del rey como de La Aplicadora de traerlos de
regreso en cuanto tengan que empezar las preparaciones, no importa que solo
hayan pasado ahí una semana.
-Que no va a ser así, ¿cierto?
-Esperemos que no, Jacob.
-No te preocupes. – dijo Alex – estoy
seguro de que nuestro mundo sabrá contenerse un tiempo.
Y así, Tauro vio alejarse el barco que
abordaban sus héroes hacia uno de los pocos rincones existentes donde la paz
aun reinaba y todo era como en los cuentos de hadas. No se imaginó con cuanta
premura se le cumpliría el sueño de volver a verlos, pero dejaría que las cosas
llegaran a su tiempo, eso lo sabía. Mientras tanto, pondría manos a la obra en
el nuevo proyecto que tenía pensado para cuando volvieran. Estaba casi completamente
seguro de que cuando regresaran, los elementos disfrutarían mas su estancia en
Fambezia y su entrenamiento dentro de la torre, él haría que así fuera.
Entro de nuevo a la fortaleza de
entrenamiento, subió hasta el último cuarto en el último piso, y, abriendo la
pesada puerta de metal y madera que se mantenía a la derecha, se sumergió en
una búsqueda frenética por ese libro que Aeneas casi quemaba: “Remodelaciones
de primera mano para casas antiguas”
Capitulo 25: COLORIN COLORADO, ESTA
HISTORIA VA INICIANDO
Un grito me despertó del trance en el
que Otira me había metido. Era la voz de mi padre que venia desde afuera de la
habitación.
-Creo que es hora de irte. – anuncio mi
amiga.
- ¡No! Pero… - mi papá volvió a gritar
mi nombre, su reunión había terminado. – ¿Cómo acaba eso? Lo que me dijiste no
puede ser toda la historia.
-Claro que no, todo tiene un inicio y un
fin, y como ya me lo has dicho, esta historia no ha terminado.
- ¿Me dejaras solo con eso? ¿No piensas
contarme más?
-Desgraciadamente, el tiempo funciona de
manera diferente en tu mundo, Marlet Robinson. Me temo que tendrás que esperar
un poco para conocer la segunda parte.
-Pero…
- ¡Marlet! ¿Dónde has estado, cariño? –
exclamo mi progenitor cuando la magia de Otira me arrastro hacia la puerta. -
¡Esa es una zona prohibida! ¿Qué hemos dicho sobre las reglas? Te traería al
museo, pero tendrías que obedecerme.
-Lo siento papá. – alcancé a susurrar. -
¡Espera! Mi cuaderno se quedó allá adentro.
-Oh, Marlet. – papá me soltó y yo salí
disparada hacia la sala de “solo personal autorizado”, donde más que recoger
mis cosas, quedaría con mi amiga para que me siguiera contando.
- ¿Cuándo puedo volver a verte? – me di
cuenta de que había sonado como el desesperado que quería quedarse con la
protagonista en las películas de Disney Chanel.
-Desconozco cuanto tiempo voy a estar
aquí.
- ¿Puedo venir mañana?
-Si tienes tiempo pues…
-Mañana será. – le anuncie antes de
salir. - ¡Nos vemos!
No sé cuál fue la reacción de Otira, no
me dio tiempo de voltear a verla, pero le pareciera o no, iba a volver al día
siguiente a escuchar el resto de la historia. Sinceramente no estaba segura de
por qué me interesaba tanto saber aquello, creo que todo el tiempo estuve
esperando a que diera la explicación de cómo había acabado en Nueva York, pero
realmente tardo demasiado en llegar a esa parte.
Al poco tiempo, me di cuenta de que todo
se trataba de rompecabezas, que, a su vez, se unían entre sí. Mientras
intentaba armar las historias de los vikingos, intentaba armar la de Tarot, la
de las generaciones pasadas, y… otra más. Pero tratar de acomodar todo no me
llevaba a nada con tan poca información; de verdad necesitaba el resto de la historia,
algo de todo aquello tendría que ver con el pasado de Otira.
Pase la tarde entera insistiéndole a mi
papá para que me llevara al museo al día siguiente, pero un boleto para ese
centro no era precisamente barato; además, la entrada a la exposición de “El
mundo fantástico” se cobraba a parte y tampoco era algo que costara poco, mi
papá los había conseguido en su empresa.
Tenia que pensar en una solución rápida
para entrar en esa presentación por la mañana.
-Buenas noches, cielo. – dijo mi padre a
las nueve en punto. – Mañana empiezan tus vacaciones, espero que te la pases
muy bien con tu mamá este verano. Te amo.
Cierto. Mamá.
-Gracias, papá. – le conteste entrando a
la cama. – Yo también te quiero.
Enseguida se apago la luz y se cerró la
puerta. Observe enfrente de mi la maleta que había preparado con dos días de
anticipación. Al día siguiente mi estancia con papá se acabaría, me iría con
mamá para pasar el verano en su casa de Nueva Jersey y estaría lejos de Otira.
Aunque podía pensar en pedirle a mi madre que me llevara al museo como ultimo
momento en Nueva York, si el hada no acababa la historia, ya no tendría
oportunidad de volver después, ¿Qué pasaría con los datos que no tuviera?
No me dormí inmediatamente, estuve al
menos dos horas planeando mi regreso al museo para que no se viera tan
sospechoso. Al día siguiente me despediría de mi papá, entraría al coche de
mamá, y, cuando estuviéramos cerca de la carretera, lo suficientemente lejos
para que mi papá no presintiera mis intenciones, le contaría sobre la nueva
exposición y le diría la pequeña mentira de “papá no me ha llevado”. Claro que
eso podría acarrearme problemas si mi otro progenitor se enteraba, pero
mientras tuviera al menos el ochenta por ciento de los datos, no me importaba.
No recuerdo cuando me quede dormida,
pero en cuanto empecé a soñar, la primera visión que tuve fueron ocho chicos
con los rasgos perfectamente definidos (algo extraño tratándose de mis sueños);
a la mayoría no los alcance a distinguir, pero una chica se parecía demasiado a
mi compañera Edone, y una más a mí.
Pensé que tal vez se trataba de que
había estado pensando en la historia de los elementos toda la tarde, pero el
sueño era demasiado real, lo sentía. Estaba un octeto de adolescentes en una
ciudad (no podría explicar cual era, pues cambiaba) pero estaban luchando
contra algo, y ahí también se encontraba Otira. De pronto empezaron a aparecer
mas personajes, y los identifique al instante. Un vikingo rubio, una señorita
del cabello color miel, una chica con arco y flecha, un joven musculoso y
valiente, un hombre pelinegro con expresión sombría. Eran ellos.
Desperté sobresaltada en algún momento
de la madrugada, y tarde unos minutos en darme cuenta de que solo había sido un
sueño.
-Cálmate, Marlet. – me dije a mi misma.
Me volví a dormir, esta vez el sueño era
diferente, aunque con los mismos personajes.
Caí en cuenta de que no importaba
cuantas veces intentara ver otra cosa, en los sueños no dejaban de aparecer
ellos. Pensé que solo era un efecto secundario de haberme obsesionado con la
mitología, pero más bien era una señal; una señal que me impulsaba a ejecutar
mi plan al día siguiente sin importar que, a buscar respuestas en todos lados.
Pero ya estoy muy cansada, mi cabeza me
duele de tanto escribir.
Spoiler: Otira si me conto el resto de
la historia, si descubrí lo que paso con los chicos en la segunda prueba; pero
las páginas ya no me alcanzan para poder describir todo con el detalle que se
merece, así que supongo que te contare en la segunda parte, claro, si me lo permites.
FIN
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