I
Árboles entre el asfalto
Nezahualcóyotl
El ave canta, deja su eco un
instante y se va.
Me alegra el alma; después, vacía.
Me siento bajo este árbol con mi
nostalgia a cuestas,
contemplo la niñez feliz en el
columpio,
el subibaja que miro enfrente,
ahora inservible y oxidado.
¿Por
qué tenemos que pasar como nubes?
Mercaderes
Pequeñas, adormiladas por el trajín
de la mañana,
el sol quemante y la altura de la
ciudad;
encerradas en cajas con pequeños
orificios,
próximas a morir en la venta
afuera de primarias y secundarias,
lo mismo que los azules nadadores
en minúsculos recipientes.
Poco el espacio, escasos agua y
oxígeno.
Recluidos a costa de unos
mercaderes
que no respetan ni a tortugas ni a
peces,
mucho menos conocen la palabra
dignidad.
Aves
Cruzan el campo, el cielo;
el terracota, cobalto y el
violeta.
No las detiene el viento
arrebatado,
ni la lluvia que enciende polvo
entre los malvones.
Para ellas es rutina ser las aves:
emigrar.
Lluvia
La lluvia crece en plantas y
animales.
Alimenta a los árboles
gigantes y a las flores más pequeñitas.
Pero a veces no sabemos convertir
el líquido en energía,
ni siquiera evitar que se enloden
las coladeras en el camino.
¿Dónde se diluyó nuestra cultura?
¿Dónde encharcó el amor por la
naturaleza,
divina y generosa en sus orígenes?
Agua celeste, una bendición.
Nosotros, un tormento.
Alba
Alba como árboles que aclaran las
frondas
en la ventana de mis ojos.
Alba como esperanza en gotas que
caen
sobre mi cuerpo, bajo la regadera.
Limpian mis
pies, mi rostro.
Enjuagan mi cabello con su perfume.
Crecen en mi confianza desde este
amanecer.
Naturaleza
abejas, flores, polen, miel;
catarinas, mariposas, aves
alegran mi vista y
mis oídos.
Me dan una esperanza
geranios multicolores
Es éste un
nuevo día.
Árbol
Déjame llorar y lamentar la osadía
que existe entre nosotros,
sentada aquí, en el pasto,
mientras contemplo el vigor de la
gente
al acabar contigo y yo no hacer
algo por él.
Meditación
Aún contemplaba la primavera
sin saber que la lluvia
estaba por llegar.
Higo
Déjame tu perfume en los dedos
porque no sé cuándo voy a degustar
tus secretos de nuevo
en lo más dulce de mi profundo
paladar.
Pan
Comieron pedacitos de tortilla,
pan en migas que yo les preparé,
algo de sopa que mi abuela guisó hoy.
Bebieron agua en su bandeja
porque las palomas son seres de luz.
Té
En días de invierno desayuno
melancolía
con té de yerbabuena, mientras
observo inmóvil
el café negro tuyo que nunca beberás.
Cielo
Algodones de luz,
las nubes,
cuando las muestra el sol.
Manzana
Piel de manzana
que en ciruela pasa se convierte
al mirarse en el espejo
y recordar su juventud.
Estudio
Como jugar al tenis y desgastarnos
toque a toque
con el riesgo del oponente y sus
sorpresas,
así el examen que resuelvo ahora
frente a una hoja con múltiples
opciones
y poco tiempo para pensar mis
tiros.
Pero hallo respuestas con que
acierto
la mejor de mis jugadas.
Después del duro encuentro con el
lápiz,
papel y el escritorio, seco mi
rostro, bebo agua
y agradezco a la vida por prepararme hoy.
Rosas
Rosa mágica en los cuentos
infantiles.
Rosa de los vientos, cambiante como
inmóvil,
así la quiso Borges.
Rosa sin cortar, renovada,
perpetua,
como Pacheco la pidió: nadie corte
a la rosa
para que siempre existan otras
rosas.
II El presente
de este mar
Errante
Goza el presente en tus sandalias
porque el futuro será polvo,
arena errante entre las
huellas
del agitado mar.
Mar
Comienza un viaje de labio a labio
como remos que escuchan el chapaleo
interminable.
Nadie nos ve. Nadie nos oye.
Sólo nosotros en el presente de
este mar.
Olas
Hora de hablar de las olas del mar
que al comunicarse nos dejan
tatuados su sabor a sal
porque el mar se puede abrazar.
Gitano
Sus ojos revelan un destino
al mirarlos tan hondos recorrer mi
silueta
y sentir en mi espalda el marfil de
sus dedos
danzar intensos juegos.
Pero él no sabe que soy sirena,
ni que mi mar es poderoso para
tragar sus huellas.
Satisfacción
Caminar por la playa a la orilla
del mar.
El sol sobre mi espalda, la espuma
entre mis pies.
El color de las nubes sonríe en mis
pupilas.
Sólo esto necesito. Sólo esto. Nada
más.
Arena
Perdernos en la arena.
Desvanecernos en el mar,
nunca solos, como Alfonsina Storni,
como Virginia Woolf.
Juntos, tomados de la mano:
dorados, bajo las vetas de este
mar.
Espuma
Andar entre la espuma,
a la orilla de este mar,
contigo, en el silencio;
escuchar el oleaje
entre los pies desnudos,
en la arena finita,
como este caminar.
Sinfonía
Espero tu llegada en la playa
donde me prometiste que veremos vetas
de este cielo reflejadas en el mar.
Nadaremos hasta llegar al fondo
de todos los oleajes:
novios en una misma sinfonía
hasta el
final.
Plenitud
Espero tu llegada en la playa
donde tú prometiste que veremos
las vetas de este cielo reflejadas
en el mar.
Nadaremos ida y vuelta hasta
encontrar la paz.
Storni
Quisiera estar en tu mar,
nadar hasta lo profundo,
donde llegaste tú,
convertirme en sirena,
como lo hiciste allá.
Luz
Senda la luz de tu cuerpo
en el oleaje de este mar,
acaricia mi espuma;
soy sirena hasta agitarme
en lo grato de tu sal.
Sirena
Detrás del vidrio, alejada,
no distingo tu cuerpo.
Sólo sé que te vas.
Desapareces con la noche.
Misterio
En el crepúsculo de la tarde se
mira a una sirena.
Con el canto nocturno desaparece
una vez más.
Ojos
Verdes como la primavera, aquellos
ojos;
como castillos en la arena con
corales,
piedritas y estrellas del algún antiguo mar.
Brisa
Fresca, fresca, respira en el aire la brisa, en esta
playa;
mientras tomados de la mano sonríes y me dices,
con certeza, que el mar se parece a mí.
III Rompecabezas
Vagabundo
Camina con temor bajo el crepúsculo
donde la noche, insolente, y la ciudad, incierta.
Sus pasos cansan. Está muy
lejos el alba de llegar,
mientras él se pregunta en cada
huella de sus tenis rotos
lo cerca o lejos que está la
eternidad.
Banca escolar
Escribo sentada en la banca
escolar.
Recuerdo a mi amiga con su melancolía
en las venas,
con los ojos frustrados al no
encontrar el amor bello.
Llegó a su casa, dejó caer el agua
fría en sus cejas, sus pestañas,
la boca tierna en forma de corazón
contrito.
Pupilas verdes se van frente al
espejo, como el amor perdido.
Así era ella. Así se fue.
Secreto
El secreto en
tus ojos tiene varias puertas.
Descifrarlo, sólo los expertos.
Tiempo
Tu mirada es el misterio,
ceniza de un cigarro frente a la
inmensidad.
Por la ventana me miras, enfermo,
sentado en el sillón.
Triste, con el reloj detrás.
Karenina
El tren de la nostalgia se anuncia
pronto a ella,
quien llora pensamientos en cada
voz que escucha,
mientras arriba exacto su último
vagón.
Rompecabezas
Armar y desarmar nos quiebra la
cabeza
cuando tomamos decisiones
o resolvemos las tareas.
Pero esos laberintos tienen un
final.
Parque
¿De qué color fueron sus ojos?
¿Hojas verdes de álamos acorazonados y otoñales,
como fue el parque donde caminamos
tomados de la mano,
mientras miramos a niños jugar en
la resbaladilla?
¿Fueron café maple en días soleados
cuando pupilas se encontraron en abrazos
cercanos
con los primeros besos al salir de
aquella escuela?
¿Fueron azules como el cielo añil
de los exámenes
al estudiar muy juntos y concentrados
para ser mejores?
¿O fueron grises al descender la
niebla sabernos distantes
porque cambiaste de ciudad y no hay
tecnología
que sostenga nuestras huellas sobre
aquel umbral?
Incógnita
Para mí tú eres un rosal,
un enorme árbol de buganvilias en primavera,
un nogal generoso en los meses de
intensa lluvia.
Pero yo,
¿qué soy para ti?
Niñez
Caminar con la música en la mente,
oler té de canela y rodear el
parque
de la infancia y mis
recuerdos.
Encontrarnos de nuevo,
después de algunos años,
y saber que los juegos amados de
ese tiempo
son sólo esto: jardín antiguo,
ensueños de un viejo amor.
Rapunzel
Detrás de la ventana el amor se
congela
en su melancolía: no saber ya de él.
Encerrada en los muros del hastío,
mientras el hierro la consume.
Ella corta su cabellera, tan rubia
y mítica.
El príncipe no volverá jamás.
Cine
En día soleado me enamoré de él.
Era alguien que iba al cine, como
yo.
Por más que seguí sus pasos y él
los míos,
los niños interrumpían con
refrescos y palomitas;
los novios, con besos, lociones
frescas.
Pero el aroma a maderas de su bufanda,
sus ojos en los míos, entre la
multitud,
quedarán guardados en mi memoria
para siempre.
Presagio
¿Será que mi vida pasará muy pronto
o la de un ser querido está por
fenecer?
Álbum
Las primeras estampas de tu vida no
se repetirán.
Las segundas y las terceras lo
harán por siempre.
Abuela
Me quedo callada, sentada en tu
sofá
para esperar tu abrazo y dormir
tranquila,
para soñar contigo y el chocolate
que me diste hace muy poco,
con tu alegría de siempre,
sin importar cansancio, canas,
la jorobita envuelta en ese chal.
Eres ángel de veras cuando no está
mamá.
Hermanito
Cada risa entre sueños revela tu
felicidad.
Tu historia siempre es mágica;
la acompañan enanos, alguna Blanca
Nieves
y las botas de un gato que te hacen
bien bailar.
FIN
María María Gómez Álvarez es originaria del Barrio El Calvario, en el municipio de Zinacantepec, Estado de México. Este es su primer poemario, el cual recoge versos que ha hecho desde su niñez. Es estudiante de la Universidad Autónoma del Estado de México, donde próximamente publicaran fragmentos de su obra en la revista universitaria.
Sascha Schneider (1870-1927) pintor y escultor originario de Alemania. Destacó por su obra de tinte místicos y escandalosos. Fue uno de los cofundadores del instituto Kraft-Kunst para modelos. Durante un viaje en barco por la costa de Swinemünde, sintió sed y, por error, bebió un líquido quitamanchas. Como consecuencia, sufrió un colapso y murió.
Maravilloso, de principio a fin
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