miércoles, 10 de septiembre de 2025

Compendio de cuentos de terror


 

Con su Compendio de cuentos de terror, la niña Valeria Ixchel Amador Martínez, originaria de Tepotzotlán, ganó el tercer lugar (compartido) de nuestro Duodécimo Concurso Estatal Pensador Mexicano de Literatura Escrita por Niñas, Niños y Jóvenes 2024. Por cuestiones de logística, hasta el día de hoy hemos podido publicar su trabajo, que esperamos disfruten tanto como nosotros. Y por cierto, envíen sus trabajos a nuestro concurso, ya que cierra el 20 de septiembre. Den click a la convocatoria:

https://tepovillachapayanexas.blogspot.com/2025/07/xiii-concurso-estatal-pensador-mexicano.html



Caperucita negra


Érase una vez una niña llamada Caperucita Roja, a ella le gustaba

cortar flores al bosque para dárselas a su mamá, pues su mamá le hacía

coronas de flores para decorar su habitación. Una vez estaba

caminando en el bosque cuando vio una flor de colores muy llamativos,

cuando la toco ella al momento sintió una sensación extraña en su mano

hasta el hombro, después vio a un lobo trató de escabullirse pero se

tropezó con una piedra, el lobo la tomó del brazo pero ella agarro de su

bolsa sus tijeras y se las clavó en el estómago y causó que el lobo se

muriera, ella riéndose de lobo empezó a tomar un color negro oscuro en

su ropa, cabello color blanco y sus ojos de color rojo regresó a casa con

un costal donde traía al lobo, su mamá le pregunto -que traes ahí- y

caperucita roja respondió -no tengo nada-. Su mamá sospechaba

mucho de su hija entonces fue a su habitación cuando no estaba y vio

al lobo, espantada salió corriendo pero su hija la acuchilla y termino con

su vida, caperucita muy feliz salió de su casa en busca de más lobos

para matarlos y se dice que si pasas de noche por ese bosque veras a

lo lejos una niña que te estará persiguiendo, si no te sigue es que eres

libre pero si te sigue es porque llego el día de tu muerte.



La Masha del terror


Érase una vez una niña llamada Masha que vivía junto a un bosque con

sus abuelos una vez salió de su casa a jugar con sus amigos y sus

abuelos le dijeron que si encontraban una cabaña de color café no

entraran porque ahí vivía el oso, cuando fueron a jugar al bosque

encontraron esa cabaña entonces, decidieron entrar pero Masha dijo

que no podían entrar porque era muy peligroso, los niños no le hicieron

caso y entraron y Masha se quedó a fuera porque tenía miedo de entrar,

después se escucharon dentro de la cabaña los gritos de sus amigos

entro y vio a un oso grande de color café comiéndose a sus amigos

espantada salió corriendo pero el oso la agarro y se la comió y su alma

se fue cerca de un lago que estaba cerca de la casa del oso , cada vez

que una persona se acercaba a ese lugar por la noche morían ahogados

pues Masha los agarraba de los pies y los sumergía a las aguas

profundas del lago, algunas personas que sobrevivían a las aguas

profundas decían que la niña tenía su rostro con los ojos negros y la

boca llena de sangre roja pues se comía a sus víctimas.



El hombre fantasma


Érase una vez una niña llamada Jimena a ella le gustaba ver televisión

por la noche porque su mamá le daba permiso porque su mamá

trabajaba de noche. Una vez estaba en la cocina preparándose un

coctel de frutas cuando escucho en el sótano que se calló algo,

rápidamente corrió hacia el sótano haber que se había caído, estaba

oscuro y vio atrás de una estantería una sombra alta con un sombrero,

ella vio una lámpara tirada entonces la agarro y la prendió pero

desapareció esa persona, espantada decide regresar a la cocina pero

al regresar vio un cuchillo clavado en la pared ella decidió quitarlo pero

de repente se apagó la luz de la cocina, ella estaba demasiada

espantada entonces decidió ir a su cuarto pero al llegar vio la ventana

abierta entonces la fue a cerrar, pero vio la misma persona que estaba

en el sótano espantada se esconde en su closet, espero un rato cuando

escuchó alguien entrar a su casa y también escuchó que venía hacia su

habitación ella su cubre la boca con sus manos para no hacer ruido,

pero la encontró y la agarró de los brazos y se la llevó para matarla, su

mamá estaba muy espantada porque su hija no estaba por ninguna

parte de la casa, 3 meses después encontraron el cuerpo de su hija

junto al río y no tenía ni sus ojos, piernas y sus órganos de su cuerpo.



El titiritero


Érase una vez un titiritero llamado José que a todas las personas les

fascinaban sus títeres porque se parecían tan reales, y por eso al

público le gustaban sus modelos, pero había un secreto, pues el usaba

a personas o victimas para usar sus pieles y ropa para que parecieran

tan reales y luego los desechos que sobraban los metía en bolsas

negras y las tiraba a la basura para que nadie los encontrara. También

usaba animales, bebes recién nacidos y familias enteras.

Todo el público lo admiraba por sus títeres, pero en su pueblo fueron

muchas las personas que desaparecieron, y pensó que podía ir a otras

poblaciones a usar más personas y poco a poco se acabaron las

personas, hasta que todas las poblaciones de ese país se acabaron,

entonces como no tenía más víctimas y en las ciudades había muchas

personas entonces se mudó a esas ciudades y de noche caminaba por

esos callejones solitarios y si veía a una persona la atrapaba, la mataba

o dormía con inyecciones y los echaba en su costal para llevarla a su

casa, si lo encontrabas de noche nunca regresabas a tu hogar y toda tu

eternidad tu alma se quedaría en un títere.


*Todas las ilustraciones fueron hechas por la autora de los cuentos


Entrevista con Valeria Ixchel Amador Martínez en Casa de Teja, Tepotzotlán, 2025

martes, 8 de julio de 2025

XIII CONCURSO ESTATAL PENSADOR MEXICANO DE LITERATURA ESCRITA POR NIÑAS, NIÑOS Y JÓVENES 2025




En Honor a don José Joaquín Fernández de Lizardi, vecino de Tepotzotlán y primer novelista de las Américas y con motivo de las fiestas patronales de San Miguel Cañadas y en el marco de la Peri.Feria.Encuento de artes en resistencia, El Sitio Maya, El Jorobado de Tepotzotlán, Vuelos en Globo (Hacienda Los Dolores), Tata Teatro, Galería Sixtos, Amatt (Ateneo de Música y Arte Tepotzotlán), restaurante bar Los Arcos, Casa de Teja y Creartonarte convocan al:
 
XIII Concurso estatal pensador mexicano de literatura escrita por niñas, niños y jóvenes
2025
 
1)           Abierto a niños, niñas y jóvenes que tengan entre 4 y 17 años de todos los municipios del Estado de México y la capital Toluca, ya sea originarios de las entidades mexiquenses (aún si viven en otros estados o países) o bien que, no siendo originario del Estado de México, vivan en cualquier comunidad de la entidad.
2)           No pueden participar aquellos escritores y escritoras que ganaron el primer lugar en las emisiones anteriores.
3)      Los participantes deberán enviar un cuento o poesía o texto experimental de mínimo una cuartilla y máximo 50 páginas, de tema y forma libres. La única condición es que sea totalmente de su autoría y no haya sido premiado en otro concurso. CON EL PERMISO FIRMADO DE SU PADRE, MADRE O TUTOR.
4)      Los trabajos se presentarán en hoja tamaño carta, a mano (con letra legible), máquina de escribir, impreso de computadora o vía electrónica a paraelconcursoliterario@hotmail.com
5)      Los trabajos también podrán ser entregados de manera personal en El Sitio Maya (carretera estatal Arcos del Sitio s/n, San Miguel Cañadas, Tepotzotlán, de 9 am a 5 pm) o en las otras entidades convocantes o enviarse por servicio postal o mensajería a la siguiente dirección: Carretera Estatal a Arcos del Sitio s/n, El Sitio Maya, pueblo de San Miguel Cañadas, municipio de Tepotzotlán, Estado de México, código postal 54656.
6)      El escrito comenzará con el título de la obra. El nombre completo del autor estará debajo del título y al final de cada escrito deberán ponerse los siguientes datos de contacto: dirección y teléfono y, en caso de contar con él, correo electrónico.
7)      La fecha límite para enviar los trabajos será el 20 de septiembre del 2025. Para mayores informes, acceder a la página electrónica de El Jorobado de Tepotzotlán: tepovillachapayanexas.blogspot.mx así como a la página de facebook Jorobado de Tepotzotlán.
8)      Premios: Primer Lugar $1,500 pesos, paquete de libros y publicación de la obra en formato digital; Segundo Lugar $500 pesos, paquete de libros y publicación de la obra en formato digital; Tercer Lugar paquete de libros y publicación de la obra en formato digital. Se otorgarán menciones honoríficas. Los premiados tendrán como incentivo extra un año de alberca gratis en El Sitio Maya. El resultado del concurso se dará a conocer el 29 de septiembre, día de San Miguel Arcángel, del 2025. La premiación se hará de manera presencial en la sede de la Peri.Feria.Encuentro de artes en resistencia y en El Sitio Maya durante los primeros días de octubre.
 
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sábado, 22 de marzo de 2025

El Cuento de Vah Curufin

 


Con " El Cuento de Vah Curufin", Diego Andrés Aguilar García, originario de Naucalpan de Juárez, recibió una mención honorífica en nuestro Duodécimo Concurso Estatal Pensador Mexicano de Literatura Escrita por Niñas, Niños y Jóvenes 2024. Esperamos disfruten de esta historia fantástica:


El Cuento de Vah Curufin



Para mi madre.

 

Había una vez, un árbol diferente, al que diario le crecían hojas negras.

No había sido chamuscado, ni había sufrido alguna quemadura.

Simplemente, tenía hojas negras. Sus padres, un roble acogedor para las aves

de la fuente y un pino afilado como una lanza, lo bautizaron como:

Vah Curufin.

La Semilla Oscura en el idioma de los árboles.

Como una oveja negra en un rebaño, Vah Curufin se quedaba en la tierra

mientras el resto de sus compañeros charlaban en el cielo.


Cada vez que intentaba acercarse a los mayores, los otros siempre le

respondían lo mismo:

—Eres muy pequeño. No encajas en nuestras gruesas ramas.

Y como siempre, Vah Curufin bajaba la mirada desilusionado.

Un día, mientras sus compañeros se divertían con el cálido sol, Vah Curufin,

privado de la luz, decidió por primera vez, explorar su pequeño tallo.

Ahí, pegado a su raíz negruzca, dormía plácidamente

un simpático hongo rojo con puntitos blancos.

—¿Que haces aquí?— Preguntó Vah Curufin agitando su tallo.

El pequeño hongo abrió los ojos y dando un bostezo, miró a la rama negra.

—Me llamo Matkyn— Respondió el hongo con una sonrisa—. Significa

‘‘Brillante y Peligroso’’ en el idioma de los hongos.

—Matkyn— Dijo Vah Curufin pensativo.

—Me pregunto: ¿Que hace un árbol tan único y especial como tú aquí? En esta

oscuridad, privado del caluroso sol.

—Soy muy pequeño. No hay lugar para mí arriba con los mayores—Dijo Vah

Curufin.

El hongo pensó un momento. Se miró fijamente y con una sonrisa, le habló al

árbol:

—Me llaman ‘‘Brillante y Peligroso’’ porque tengo una capa luminosa que me

da atracción. Pero detrás de ella, escondo un veneno con el cual me

gusta picar a todo aquel que se crea un presumido.

Vah Curufin se sorprendió. El hongo le lanzó un guiño.

—Y aunque no soy tan grande y bello como los árboles, tengo la capacidad de

protegerme y si me lo preguntas, el poder cuidarse es mejor que verse bien.

Así que quien quiera que se te acerque, tendrá que pasar antes por mi nefasta

piel.


Pasaron los días. Y mientras la luna dormía a todos los árboles, Vah Curufin y

Matkyn se divertían en su noche de juegos.

Columpiaban a las serpientes.

Reunían pájaros carpinteros, colibríes, águilas calvas, majestuosos halcones

para el concierto de las ranas y los sapos.

Y bailaban muy alegres la danza de las abejas, quienes vinieron después a

reclamar su baile.

En una tarde a inicios de invierno, mientras jugaban con una mariquita al ‘‘Un…

dos… tres… ¡rama quieta!’’, escucharon unos misteriosos pasos. Cuando

dieron una pequeña mirada, se dieron cuenta de que se avecinaba una

muchedumbre de leñadores.

Y sin piedad, empezaron a cortar todos los árboles.

A los robles les quitaron la madera para hacer casas.

Y a los pinos les colocaron cascabeles y estrellas para que diesen alegría a

miles de familias en la fiesta de navidad.

Sin embargo, ningún leñador se atrevió a tocarle una sola rama a Vah Curufin

ya que a pesar de ser muy pequeño, tenía a Matkyn, quien lo defendería hasta

el fin de los tiempos.

Y así, todo el bosque fue convertido en un mar nevado.

El hongo venenoso y el pequeño árbol ennegrecido salieron de la nieve y se la

sacudieron.

Aunque Vah Curufin y Matkyn se sentían muy solos sin la presencia de los

mayores, ambos se dieron cuenta, que solo se necesitaban el uno al otro.

Y un poco mejor, se dieron un fuerte abrazo en la nieve clara.

Cuando llegó la primavera, todo recobró la calma.

El sol derritió la nieve.

La nieve se convirtió en agua.

Y el agua se convirtió en lago.

Y los salmones llegaron tras la estación, batallando

contra la corriente y chapoteando ¡aquí y allá!

El señor oso salió de su cueva con su pijama blanca y

su gorrito de bolita. Bostezó, saludó a la pareja de

amigos, se estiró y se fue a pescar al lago.

Y por fin, Vah Curufin y Matkyn pudieron disfrutar

de los rayos del sol que tanto les hacía falta.

Pasaron los años. De un año, pasó una década.

Vah Curufin y Matkyn seguían disfrutando de todo a su alrededor.

Pero Vah Curufin empezó a crecer. Sus ramas se hicieron gruesas y su tronco

se volvió impenetrable.

El pájaro carpintero no podía picar su tronco ni siquiera para encontrar una

cucaracha intrusiva.



Los leñadores intentaron talarlo. Pero su tronco era misteriosamente fuerte.

Descargaban el hacha y el hacha rebotaba haciéndolos vibrar.

Ningún leñador pudo cortarlo.

Y así, Vah Curufin, más poderoso que la roca misma, creció.

Y creció.

Y creció aún más. Y Matkyn envejeció.

Ya no podía jugar como antes. Así que mientras Vah Curufin bañaba a los

pájaros bebés con sus hojas mojadas, Matkyn se recostaba en su tronco y

decía:

—Mi veneno es muy fuerte. Pero lo que es más fuerte, es la amistad.

Una noche. Mientras la madre pájaro dormía acogiendo a sus polluelos, Vah

Curufin se acercó a Matkyn:

—¿Estás bien?— Le preguntó el enorme árbol tiernamente.

—Estoy perfectamente bien—Le respondió con un hilo de voz—. No hay mejor

vida que estar a tu lado.

Y con estas palabras, el hongo se durmió para siempre.

Y el corazón de Vah Curufin se quebró.

Cuando Vah Curufin, alcanzó una altura gigantesca, más grande que una

ballena azul, de sus ramas negras surgió… una semilla.

La semilla cayó al suelo.

Y a esta le siguió una segunda ¡y una tercera! ¡y una cuarta! ¡y una quinta!

Los hijos de Vah Curufin salieron de la tierra y se estiraron con sus pequeñas

ramas. Alzaron la mirada y vieron el mundo.

—¡Que mundo tan grande, papá!

Uno de los hijos, vio de arriba a abajo a su padre y sorprendido, le preguntó:

—¿Como es que eres tan grande papá?

—Con paciencia— Respondió el viejo árbol—. La paciencia quita y la paciencia

da. Si dominas la paciencia, puedes hacer lo que sea.


Ilustraciones de J. R. R. Tolkien


miércoles, 5 de marzo de 2025

El Gato Volador

Con "El gato volador", la tepotzotleca Camila Estrada González, ha recibido una vez más la mención honorífica en nuestro Duodécimo Concurso Estatal Pensador Mexicano de Literatura Escrita por Niñas, Niños y Jóvenes 2024,  y con ello queremos reconocer su tenacidad, su naturaleza creativa y sobre todo su esfuerzo, porque el talento es nada si no se acompaña de trabajo constante. Esperamos disfruten de esta historia felina:



El gato volador

 Había una vez un gato color naranja atigrado muy bonito llamado Spaguetti. Su familia creía que Spaguetti siempre había sido “raro” porque éste quería aprender a volar y por ésta razón se hacía amigo de cualquier tipo de aves, pues les pedía que le enseñaran a volar. Su familia nunca lo había tratado igual que a sus otros hermanos y lo hacían valer menos, cuando iban de vacaciones, a Spaguetti lo dejaban en casa o si lo llevaban, lo ignoraban.

En la escuela, Spaguetti no se libraba de las burlas, humillaciones y de ser tratado injustamente, siempre le escondían su lunch o sus útiles escolares, lo usaban como ayuda en las tareas cuando les convenía y el resto del día lo ignoraban o le hacían burla, siempre estaba solo en el recreo.

Un día, Spaguetti decidió marcharse de su casa porque ya no aguantaba las críticas y desigualdades que vivía constantemente, además estaba muy flaco y hambriento ya que su familia solo comía aves y a él no le gustaba comerse a sus amigos. Otras veces, cuando comían pescado, solo le dejaban las sobras al pobre gato. Después de un largo viaje, únicamente acompañado por sus amigos y amigas las aves, Spaguetti encontró la casa perfecta, hasta parecía sacada de un sueño:

Era una roca hueca de la parte de abajo, justo para tener un techo con el cuál cubrirse, había pasto, un río con peces gordos y abundantes que podría compartir con las aves y no se acercaban los humanos por esa zona. Estaba decidido, Spaguetti se quedaría a vivir allí, dejó en un hueco de la cueva lo poco que tenía: una charola vieja, una manta, un sobre de comida que hacían los humanos y una fotografía de su abuela que había fallecido y era la única que había comprendido a Spaguetti y lo había respetado y querido. Sus cosas las cargaba en una simple manta café, luego de dejarlas se dispuso a explorar los alrededores, todo era muy bonito y Spaguetti le agradeció al universo que le dio un lugar tan hermoso para vivir.

Después de un tiempo viviendo ahí, Spaguetti se puso más gordito, pues ahora comía todos los días, hizo amigos aves y conoció a otros animales que vivían por ahí y que eran muy amigables y dispuestos a ayudarse entre sí, claro que no todo siempre fue de color rosa, había algunas veces que se peleaban los vecinos, había veces que se secaban las cosechas y más cosas, pero aún así, Spaguetti disfrutaba su vida nueva. Sin embargo, había algo que le faltaba a Spaguetti: volar. Tristemente comprendió, gracias a sus amigas las aves que la forma en que estaba formado su cuerpo no podría cumplir su sueño de volar, pero tenía otras habilidades, cómo ser muy rápido, trepar árboles, rocas y muros muy fácilmente, además de ser muy ágil al caer: siempre en cuatro patas. Cuando Spaguetti entendió que todos eran diferentes y únicos aceptó que no podría volar, pero sí disfrutar de la vida con sus propias habilidades de gato.

Cierto día, mientras Spaguetti estaba recolectando pescados, llegó una visita inesperada, era su hermano. El gato naranja atigrado vió de reojo a un gato de un tono gris uniforme que se acercaba, Spaguetti lo reconoció de inmediato, pues nadie tenía un tono como el de su hermano. Al principio fue incómodo, pues Spaguetti hacía mucho que no veía a nadie de su familia y pensaba que todos lo odiaban, su hermano fue el primero en hablar: se disculpó con Spaguetti por no apoyarlo como un hermano a pesar de que siempre le pareció muy interesante la forma de pensar de Spaguetti. Éste dudó en aceptar las disculpas de su hermano porque pensó que podía ser un engaño de su familia que le quitaría todo lo que había construido hasta ahora, pero después de reflexionar, Spaguetti comprendió a su hermano y aceptó sus disculpas sinceras. Estaba muy feliz, ahora tenía a alguien de su familia que lo apoyaba y en quien confió conforme pasaba el tiempo.

Y colorín colorado, Spaguetti el gato se despide con un abrazo.


Ilustraciones de Utagawa Kuniyoshi (1797-1861)


viernes, 7 de febrero de 2025

Cuentitos


Con sus Cuentitos, la pequeña Abril Villanueva Álvarez, de tan sólo 4 años, se hizo acreedora a una mención honorífica en nuestro Duodécimo Concurso Estatal Pensador Mexicano de Literatura Escrita por Niñas, Niños y Jóvenes 2024. Originaria de Izcalli, pero formada literariamente en la Casa de Teja de Tepotzotlán, Abril —conocidos por algunos enanos como Blanca Nieves—, aún no sabe escribir, así que le dictó sus historias a su mamá. La mente de una niña es una habitación al revés donde la luz y las tenebras juegan a las escondidas, y si no nos creen, lean estos Cuentitos:

 

Cuentitos



Conejita

Había una vez una conejita que estaba con su familia y se perdió.

La familia la andaba buscando, así que todos se fueron en su búsqueda.

La conejita estaba espantada por que se perdió en el bosque y se encontró con un lobo que la ataco, pero de pronto salió un león que mato al lobo, entonces la conejita y el león se hicieron amigos.

La conejita se puso feliz porque su familia la encontró y estaban sorprendidos por ser amiga del león .

Y fin.

 


El planeta pato.

Había una vez unas ardillas que iban despegando hacia el planeta pato para ahí encontrar a sus amigos los patos que estaban por irse de migración, así que unieron sus planetas para que las ardillas pudieran cuidar ambos planetas a la vez.

De pronto vino la nave enemiga, las ardillas rápidamente dispararon los cañones hacia los gansos que eran los enemigos, que siempre querían comenzar la guerra.

Esta vez los enemigos perdieron la batalla y se rindieron por que los patos también estaban de regreso, pero planeaban hacer un robot ganso que destruyera todo a su paso para la próxima vez.

 


Un león y una casa embrujada.

Había una vez un león que iba a ir a ver a su familia, pero se equivocó en el camino y se perdió en el bosque, encontró una casa embrujada le dio curiosidad se metió y había tres habitaciones, las conto, una, dos, tres; y pensó que puerta podría escoger y se decidió por la primera.

Abrió la puerta, entro y se encontró con tres lobos que se lo querían comer y mejor huyó y se fue a la segunda habitación en donde apenas abrió la puerta vio un espantapájaros que hacía cosas tenebrosas así que se dio la vuelta y fue a la tercera habitación, en ella había una piscina y ahí si entro y decidió refrescarse, pero al estar nadando se dio cuenta que había tiburones mecánicos y mejor salió corriendo.

El león ya quería huir y llegar con su familia, pero cada que intentaba llegar a la puerta de salida que tenia la llave algo tenebroso lo perseguía, aun así, decidió enfrentar todos sus miedos y tomar llave y salir. Fin.

 


Gatito espacial 3 000

Había una vez un gatito que esta huerfanito y vivía en la montaña, le encantaba mirar las estrellas imaginando que ahí vivía su familia, un día se encontró una computadora llamada 3 000 que le sirvió para construir un cohete y poder viajar hacia el espacio. La computadora le dio rutas para despegar y empezar a conocer el universo.

Cuando tuvo todo listo despego y en sus viajes visito todo tipo de planetas, hasta un día pudo entrar a un agujero negro.

Conoció muchísimos alienígenas y los lugares donde vivían.

Cuando volvió a la tierra construyo una casa utilizo piedras que había recolectado de cada uno de los planetas que visito a lo largo de todos los años en los que paso de viaje.

El gatito espacial paso el resto de su vida en esa casa, escribiendo libros con historias de los planetas que pudo conocer. Fin.

 

Ilustraciones de Mark Ryden


 






martes, 21 de enero de 2025

Bitácora privada


 


Este año, el jurado decidió dividir el tercer lugar de nuestro CONCURSO ESTATAL PENSADOR MEXICANO DE LITERATURA ESCRITA POR NIÑAS, NIÑOS Y JÓVENES entre dos obras totalmente dispares, que muestran la heterogeneidad del certamen, tanto en edades como en temáticas. “Bitácora privada”, del también músico Benjamín Hernández Miranda, de 17 años, originario de San Pedro Xalostoc, muestra una narrativa educada, que ha pasado ya por talleres literarios y cuyo autor manifiesta su vocación de escritor y el deseo de permanecer en las letras de manera profesional. Es extraño que nos lleguen obras eróticas a nuestro concurso, aunque no inédito, pues en años anteriores hemos conocido la visión de niñas, niños y adolescentes en torno a la sexualidad, a veces de manera luminosa, otras tantas también oscuras y conmovedoras. “Bitácora privada” refleja las lecturas de Benjamín hacia uno de los grandes maestros del género: El Marqués de Sade. Una oportunidad para el lector de adentrarse en la conciencia y el alma de un muy joven escritor no pocas veces complejo. Especialmente emotivo es para mí reconocer la formación de Benjamín, pues proviene del taller de mi camarada Aldo Rosales, escritor al que respeto. Esperamos disfruten su lectura:  



Bitácora Privada




Julio 15.

He soñado que, al abrir mi refrigerador únicamente encuentro un nido de ratas muertas.

Al despertar, abro la puerta de mi departamento y volteo hacia el final del pasillo. Empiezo a observar su rostro delgado, con labios como fresas. Bajo la vista y veo por pechos, un par de lunas, delicadas, recorro su vientre hasta llegar a aquel césped que adorna las fronteras del camino hacia el paraíso. Me saluda.

Comenzamos a caminar hacia el elevador. Observo su cabello creando olas excitantes.

Mientras bajamos, me dan ganas de agarrarla y empezar a besar su cuello, pero me resisto.

Al llegar abajo, la veo subir al camión escolar y yo parto. Paso por un supermercado, un cine, tiendas de ropa, hasta llegar a una heladería frente a unas bancas, desde las cuales, observo cómo pasan parejas, unas con prisa, otras molestas. Comienzo a recordar cómo, junto con mi hermano, íbamos a conquistar a quien pasara y nos atrajera.

Escucho las campanadas de la iglesia y entonces, sé que es hora de partir. Camino unas cuantas calles y llego a donde tuve que trabajar durante cinco años obligatorios, un comedor especialmente para personas de mi tipo. Ahí compro el menú de hoy, unos tacos dorados que quién sabe a qué barranco los fueron a recoger. Sigo mi camino, llego a las 2:00 pm al edificio, junto con el camión escolar, Sofía baja de prisa, observo cómo sube al elevador, me apresuro para poder subir junto a ella, pero el elevador cierra las puertas frente a mí.

Vuelvo a llamar al elevador, las puertas comienzan a cerrarse y vuelvo a estar oculto del mundo, solo: tengo miedo, golpeo los cuatro extremos para poder salir, sin resultado, me siento, abrazo mis rodillas, esperando que vengan…, y surge la luz, salgo corriendo hasta mi departamento.

 

Julio 16.

Sofía hoy tiene algo diferente, pero no logro ver qué.

Mientras bajamos en el elevador, la observo por detrás descifrando cuál es la diferencia. No lo logro. Abajo, ella sube al camión escolar; y mientas lo hace yo paro un taxi. Llegamos a su escuela, ella entra y yo, miro tras los barrotes. Sofía no quita la vista de un chico alto, piel marrón claro, con un pantalón largo y unca camisa rosa: yo lo conozco, entran a sus salones y los pierdo de vista. Una lágrima surge de mi ojo izquierdo, observo cómo mi padre se marcha, para nunca más volver, escucho mi voz gritando: «¡Vuelve, por favor!, ¡¡No fue mi culpa!!» se va apagando aquella última letra. Emito un sonido sordo y, vuelvo a estar frente a la escuela, me tambaleo y por poco caigo.

Cuando llega la hora de salida, nuevamente regreso detrás del camión escolar, Sofía baja y subimos los dos juntos, veo cómo su falda se mueve en el aire, llega a su departamento, me aproximo al mío y entro.

 


Agosto 18.

Han pasado muchas cosas desde que no abro esta libreta. Para empezar, he pasado por la revisión de mi supervisor, no tuve ningún problema: su cerebro no sirve más que para caminar, comer y defecar. Revisó mi diario personal, en el que tengo que escribir lo que hago a diario. Si tan solo encontrara esta libreta, me regresa a prisión, pues me prohíben relacionarme con menores de edad y, aún más fijarme en ellas, entonces me inculparían de cualquier crimen y sería perpetua, es por ello que la tengo bien escondida.

Sofía ha cambiado bastante, cuando la sigo, me doy cuenta de que cada día está más hermosa. Aquel chico llega junto con ella los días de escuela; ambos bajan tomados de la mano y me saludan, me da náuseas el pensar que se acuesta con aquel novato, pero sus genes, son los mejores con los que podría estar.

 

Agosto 21.

Hoy es fin de semana y los padres de Sofía vienen para, como ellos dicen, “ver que todo esté en orden”, son los días que más odio, pues no la puedo ver como a diario.

Esta vez, también llegó el chico y junto con él, sus padres: su padre no es muy distinto a él.

Espero a que el pasillo esté en silencio y entonces, voy por mi comida; sabe a estiércol, quemada. Esta vez, me atendió uno nuevo.

Mientras como, veo cómo se intenta escapar; los policías, inmediatamente lo meten a una habitación donde, yo sé que le advierten y amenazan con regresar a prisión. Una hora después salió, lastimado, golpeado, abusado, y regresó al trabajo.

Al volver, llamo al elevador y, al llegar éste abajo, sale Sofía junto con el chico y sus padres, como siempre, Sofía y el chico me saludan, pero no puedo moverme y menos hablar, el padre parece que ve un fantasma, sale como si yo no existiera y se van.

 

Septiembre 25.

No sé cuánto tiempo ha pasado, mis reservas se agotaron, no he visto a Sofía.

Ya tengo hambre, salgo y llamo al elevador, no llega, salen de con Sofía los padres del chico, se acercan a mí, el elevador aún no llega. Intento escapar, pero cada uno cubre un lado, me dirigen a un rincón oscuro, no tengo cómo defenderme, me golpean y luego, me fuerzan a arrodillarme, me abren la boca y solo siento cómo entran y salen de mí, escucho decir: «primero pase usted», siento una mano en mi hombro, y me aparto de inmediato, me golpeo en la pared y quedo dentro del elevador. Todos me miran extrañado, «Hola», los saludo intentando aparentar como si nada hubiera pasado.

«Hola, tío» me dice el padre, pierdo el control. «Perdone, me recordó a un familiar» añade casi al instante. ¿Qué debía hacer ahora? ¿Debía decirle que sí era yo aquel tío suyo, que tanto le quería y a quien admiraba cuando tan solo tenía unos cuantos años y luego se encargaron de borrar su existencia para salvar el honor de la familia?

No volví a decir nada ese día.

Septiembre 26.

Subimos al elevador, cierra las puertas y lo atoro, el chico intenta apartarme para seguir subiendo, yo saco un cuchillo y lo apuñalo, me acerco a Sofía, la tomo por la cintura y la beso, acaricio su cuerpo, ella no se resiste, vuelvo a accionar el elevador y la llevo a mi departamento. Cada vez que me acerco a ella, tengo miedo de que suceda este impulso.

 

Septiembre 28.

«Disculpe a mi padre por el otro día, seguramente le recordó a su tío que murió cuando él apenas era un niño, dice que era muy cercano a él». Con que muerto ¿eh?, mi familia fingió mi muerte para que fuera olvidado más fácil. Tenía ganas de llorar en aquel momento, pero me detuve; al llegar arriba, ellos salieron y, antes de que desaparecieran de mi alcance, tomé al chico por el brazo, «tu padre no se equivocó, nunca morí» le dije y lo solté, era hora de que se fuera sin saber más.


Octubre 10.

«¿Quieres saber por qué fingieron mi muerte?» le pregunto al chico mientras subíamos en el elevador, él afirmó. «antes de irte, toca mi puerta» terminamos de subir y entro a mi departamento, no pasó ni una hora cuando escucho el sonido de la puerta, me acerco y abro, venía con Sofía. «Sofía, no sé si deberías escucharlo tú también» dije esperando a que ella se fuera, no lo hizo, los pasé les serví té y… vuelve a sonar la puerta.

“no los pueden ver aquí” “¿Dónde los escondo?” vuelve a sonar la puerta, “la última advertencia, ahora van a derribarla”. Sin darme cuenta estoy dando vueltas por la habitación, el chico se levanta, me toca el brazo para tranquilizarme, pero yo lo empujo, cae a donde estaba sentado, “un nuevo guardia” «No fue mi culpa» grito. La puerta me devuelve el grito “cadena perpetua” caigo al piso, abrazo mis rodillas, el chico vuelve a tocarme «no, por favor, no» sollozo, me suelta, escucho cómo el guardia electrocuta a alguien, cierro los ojos, llorando. Cuando los abro, distingo la silueta del chico metiendo algo en su bolsillo, se acerca a Sofía y después, comienza a caminar a la puerta, la abre. “Él los llamó, me quieren llevar a aquel agujero de nuevo”. Entra alguien, mis lágrimas no me dejan ver, me levantan y me sientan en una silla. «¿Qué hace ella aquí?» mi voz apenas se distinguía del llanto, a lado de Sofía, distingo dos siluetas altas, de hombre, «No hice nada» repito una y otra vez. Pierdo el control por completo, no sé qué esperar ahora.  Los recuerdos de lo que viví durante todo ese tiempo me penetran simultáneamente. «¡¡No fue mi culpa!!» Me desmayo.

Al despertar, estoy rodeado por cinco personas dos de ellas paramédicos. Veo a Sofía. «¿Cómo se encuentra?» escucho decir a alguien, seguro es un policía que espera mi última confesión. «Ha despertado» le responden los paramédicos. Se arrodilla junto a mí. «¿Estás bien?» me pregunta con mucha calma, «Soy Pablo, el padre de David» aclara inmediatamente al ver mi confusión, su tono de voz me tranquiliza, «Usted es mi tío». Lo miro y distingo su rostro mientras una lágrima surge de su ojo derecho. Volteo a ver a Sofía y le pregunto cuántos años tiene, «16» me contesta.

 

Octubre 12.

«Tío, quiero saber la verdad» Ahí estaban los tres nuevamente, sentados en mi departamento. «Tengo un problema» confieso con voz temblorosa y apenas audible «Me gustan de una edad específica  de 14 a 16, me relacionaba con muchas. Iba a las plazas con mi hermano menor a cazar, por lo regular, quinceañeras, hermosas,  vírgenes, era fácil y divertido: primero la conquista y en el momento adecuado, poseerlas, pero llegó el día en que cumplí 18 y no pude parar» «tuviste problemas con alguna?» Pregunta David «Sólo con una, yo tenía 22 años, tu padre ha había nacido, llevábamos saliendo más de seis meses, pero una vez, la caja estaba vacía, no quedaba ni uno, pero a ella no le importó y quedó embarazada. Sus padres al enterarse, me acusaron de violarla y terminé en prisión» me dejo sumergir en los recuerdos, en lo bien que se sentía poseerlas, sentir su humedad mientras escuchaba sus gemidos de placer en mi oído, en ese instante, el placer se convirtió en llanto y me escuché a mí mismo, suplicando que pararan. «¿Y el bebé?» pregunta mi sobrino regresándome a la realidad. «la obligaron a abortar».

No noté la cara de desprecio o asco que esperaba por parte de Sofía y David, en cambio, noté preocupación. «¿Pasa algo malo?» pregunté, Sofía agachó la cabeza mientras lo negaba. Realmente estaba preocupada.

Octubre 23.

Al regresar de comer, escucho gritos provenientes del apartamento de Sofía. «!David, ¿Estás estúpido?! ¡Eres mayor de edad! Sofía, ¿Cómo pudiste permitirlo?» escucho cómo la puerta de su apartamento se azota.

 

Noviembre 15.

«Sofía, ¿qué te pasa?» le pregunté al verla llorando. «Estoy embarazada, mis padres ya se dieron cuenta y van a acusar al responsable de violación»

 

Noviembre 18.

«Cúlpame a mí» le digo mientras subíamos en el elevador.  «Cúlpame a mí y vive tu vida con David»  «No puedo hacerlo» me responde a lo cual yo insisto «Así todos estamos a salvo» al ver su cara de confusión le atreví a confesar «Desde que te vi,  me obsesioné contigo,  en más de una ocasión tuve el impulso de atacarte, y ya no quiero hacer más daño a nadie.  Acúsame a mí y así nadie correrá peligro» ella no me respondió, no me dijo qué iba a hacer o qué pensaba. Se fue.

 

Hola:

Aprecio mucho lo que has hecho por mi hijo, Sofía y él me lo contaron todo, te debo una. Decidieron tener al bebé, espero lo conozcas lo más pronto posible. Sofía y David se van a casar después de que ella dé a luz, pero ya te contaré en persona. Te visitaré lo más pronto posible, y si te otorgan la fianza, avísame. La pagaré.

Cuentas con todo mi apoyo, te quiero

Con afecto: Pablo, tu sobrino.

 

Ilustraciones de Egon Schiele