Con
el cuento pulquero "La lección de Saúl", Camila Estrada González,
originaria de Tepotzotlán, se hizo acreedora a una mención honorífica de nuestro UNDÉCIMO CONCURSO ESTATAL PENSADOR MEXICANO DE
LITERATURA ESCRITA POR NIÑOS Y JÓVENES 2023, y del favor del dios del pulque Ome Tochtli.
La lección de Saúl
Había una vez un niño llamado Saúl, que
no respetaba la naturaleza; pisaba las plantas, las arrancaba, dejaba pelones
los retoños de los arbolitos y si le picaba una planta con sus espinitas, la rompía
por puro enojo. Saúl vivía en el campo, en una casa muy bonita, a sus padres,
no les gustaba que el niño no respetara la naturaleza, ya le habían dicho
muchas veces que no hiciera eso, pero Saúl no les hacía caso porqueestaba en el
celular o viendo la tele sin permiso.
Un día, sus papás,
hartos de que no respetara la naturaleza su hijo, decidieron llevarlo con su
abuelo, que vivía en el desierto; le prepararon ropa, su bote de agua y se
fueron. Saúl pensaba que era muy injusto que lo llevaran hasta allá, se puso de
muy mal humor porque no iba a poder usar el internet ni jugar videojuegos, sus
papás le dijeron que era lo que se había ganado por no respetar la naturaleza.
Cuando Saúl llegó a
casa de su abuelo salió a ver algo que golpear, observó pura arena, después siguió
caminando y se encontró con unos niños que estaban jugando a la pelota, entonces
le dijeron:
— -¿Quieres jugar con nosotros niño?-.
Saúl muy malhumorado les dijo:
— -¡NO! ¿Qué no ven que estoy enojado? ¡Y
además no me llamo “niño”! Me llamo Saúl
Saúl se fue marchando enojadísimo y
cuando caminó más, levantó la vista y se encontró con algo gigante, en los
bordes de esa cosa había muchas espinas y eran muy gruesas. Saúl se espantó
mucho y empezó a llamar a gritos a su abuelo. Él llegó corriendo muy
confundido; Saúl le dijo:
— -¡Ay abuelo! ¿Qué es esa cosa, que me dio
un gran susto?
— -¡Oh hijo, hubieras conocido esta planta
desde muchísimo antes!
— -¡¿Es una planta?! ¡Está gigante!
— -¡Sí!, ¿verdad? Se llama maguey y tiene
una flor muy bonita llamada quiote, mira, aquí hay otra planta que ya tiene su
quiote.
— -¡Wow!
—
También del maguey se saca una bebida
muy rica llamada pulque y sabe muy rica, ¿quieres probarla?
— -Bueno-. Contestó Saúl.
Y su abuelo sacó una herramienta rara
que dijo que era para raspar el maguey. Lo sirvió en dos jarritos, uno para
Saúl y otro para él. Saúl probó la refrescante bebida y le supo deliciosa. Su
abuelo le dijo que el maguey también se podía
utilizar para hacer ropa, comer su centro y hacer un vaso con la penca del
maguey que son sus tallos y las espinitas son sus hojas.
Saúl se quedó
maravillado con la hermosa planta y le dijo a su abuelo que le mostrara más
plantas. Poco a poco Saúl se fue enterando de plantas maravillosas y empezó a
cuidar la naturaleza, ya no arrancaba las plantas y a veces platicaba con
ellas.
El abuelo de Saúl llamó
a sus papás para que se enteraran de que Saúl había cambiado bastante y que
hasta se quería llevar unos hijitos del maguey para plantarlos en su casa, sus
papás fueron a llevárselo y se sorprendieron tanto de su hijo, se sintieron muy
felices y se fueron a su casa con Saúl y luego iban a visitar a su abuelo.
A Saúl le gustaba visitar a su abuelo y agarró el gusto de dibujar, tenía muchos amigos, tanto como en casa de su abuelo, como en su casa. También hizo su propio huerto donde plantó frutas y verduras, flores y magueyes. Desde entonces Saúl vivió muy feliz con sus papás y su abuelo.
FIN